Aunque miles de capitalistas festejaban el 25 de diciembre de 1991 la disolución de la unión soviética y cientos de millones de proletarios y proletarias lloraban por que el sueño de un futuro sin explotación se convertía en una pesadilla, algo aun más triste si cabe estaba ocurriendo. La URSS era un líder mundial en la ideología del proletariado pero también lo era en el desarrollo científico, miles de proyectos científicos fueron cancelados tras la caída de la URSS, sin fondos y con un país dividido era imposible continuar una labor científica que había conseguido multitud de logros en campos tan dispares como la medicina o el espacio.
En algunos campos se han tardado dos décadas para que los países capitalistas pudieran empezar a igualarse al nivel que tenía la URSS. En la televisión durante los últimos años se nos ha informado sobre el LHC, el Acelerador de Partículas que iba a encontrar la partícula de Dios, pues bien, la URSS tenía en construcción un Acelerador similar cuando llego su disolución.
En el pequeño asentamiento urbano de Protvino situado a las Afueras de la provincia de Moscú (a 100 km de la capital soviética) se venía desarrollando desde la década de los años 60 una importante investigación en el campo de las partículas subatómicas. Comenzado a construir en 1958 y terminado el primer acelerador en 1967 era un pionero en las investigaciones de este tipo. Ya en la década de los años 80 se pusieron a construir el mayor acelerador del mundo con el triste final antes mencionado.
La construcción estaba situada a las afueras de la ciudad,tenía un recorrido de 21 km y se encontraba a unos 50 metros de profundidad.
Muchos medios occidentales se preguntan ¿qué hubiera pasado si se hubiera construido?, algunos afirman que se construirían armas para atacar a occidente, pero no, la realidad es que se hubiera conseguido avances científicos en la década de los años noventa y no dos décadas más tarde.
Una vez más se pone de manifiesto que la desaparición de la URSS ha sido un desastre para los Rusos, Ucranianos, Letones, Bielorrusos… en definitiva para la humanidad entera.
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