miércoles, 25 de septiembre de 2013

China comienza la producción del nuevo caza J-15




Foto: EPA

Este mes la televisión china transmitió un reportaje sobre la visita del líder chino, también presidente de la Comisión Militar Central, Xi Jinping, al teatro de operaciones militares de Shenyang donde presenció una sesión de entrenamiento del primer portaaviones del país, el Liaoning. 

Esta fue la primera ocasión en la que el mundo pudo ver el nuevo caza embarcado chino J-15 pintado en los colores de las Fuerzas Armadas del país asiático. El experto del Centro ruso de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Vasili Kashin, evaluó las perspectivas de uso del nuevo avión de combate.



Anteriormente los cazas navales que realizaban pruebas a bordo del portaaviones estaban pintados de amarillo lo que indicaba que continuaban siendo propiedad del fabricante, la Corporación de Aviación de Shenyang. El conocido experto militar chino, el contralmirante retirado, Yin Zhou, afirmó en la entrevista en televisión que los nuevos colores son muestra de que las pruebas del caza ya están finalizadas y ha comenzado su producción en serie.



La Armada china no hizo ninguna declaración oficial al respecto. Quizás se deba a que los militares esperan que se termine de fabricar el número de los aparatos suficiente para formar una escuadrilla y, entonces, exhibir sus posibilidades.



Sin embargo, está claro que una vez formada la primera escuadrilla tendrá que pasar cierto tiempo hasta que los aviones funcionen a pleno rendimiento. Los primeros despegues y aterrizajes en cubierta del J-15 se realizaron hace menos de un año, en noviembre de 2012. Aún están por llevar a cabo los despegues con máxima carga y diversas armas, una capacidad que algunos observadores habían puesto en duda: en el Liaoning no están previstas las catapultas de despegue, el caza despega solo con la potencia de sus dos motores, lo cual determina restricciones de peso del aparato. Una vez efectuadas las pruebas de los aviones con plena carga se podrá comenzar las misiones de entrenamiento de combate.



No cabe duda de que tanto la puesta a punto del portaaviones Liaoning como el comienzo de la producción en serie de los J-15 son grandes logros de la industria militar china. Pero estos avances todavía tardarán en transformarse en ventajas reales de las Fuerzas Armadas del país.



Es evidente que la tarea número uno de Pekín será la de formar a los pilotos de los nuevos cazas embarcados para la Armada. Los necesitará no solo la flotilla de aviones de “Liaoning” sino también la del nuevo portaaviones, más grande y con capacidad para llevar más aviones de combate cuya construcción fue anunciada por las autoridades chinas.



Una de las ventajas del programa de portaaviones del país asiático en comparación con el de Rusia consiste en que el J-15 se diseñó tanto en versión monoplaza como biplaza, para poder ser usado como avión de entrenamiento. Rusia no llegó a lanzar la producción en serie del biplaza Su-33, aunque ahora sí está desarrollando un caza naval biplaza, MiG-29KUB. El hecho de disponer de un caza biplaza permitirá facilitar el proceso de formación y entrenamiento de los pilotos.



En general, se puede constatar que el programa de aviación embarcado en China se ha desarrollado con éxito. Los fallos y demoras son inevitables a la hora de incorporar en el ejército los nuevos aparatos de últimas generaciones, pero estas dificultades se verán superadas dentro de unos años. Es más que probable que para finales de este decenio China cuente con una flota considerable de cazas embarcados pesados.



Entonces, las autoridades militares tendrán que plantear la cuestión de optimización de su uso. Para entonces, los rusos Su-33 ya estarán retirados de servicio y los J-15 serán los cazas navales pesados más grandes del mundo. Rusia ya empezó la producción en serie de los nuevos cazas multipropósito MiG-29K (monoplaza) y MiG-29KUB (biplaza), de la llamada generación 4++. Disponen de modernos sistemas de control electrónicos, son menos visibles para los radares y pueden llevar una mayor cantidad de combustible y armamento. Al mismo tiempo son más pequeños y ligeros que el J-15 y el Su-33. La plataforma del J-15 se irá quedando obsoleta, a la vez que sus dimensiones se irán convirtiendo en un inconveniente ya que los portaaviones chinos llevarán menos aparatos.



Lo más probable es que China planee en un futuro equipar sus portaaviones con los cazas de quinta generación, el J-31. Pera por el momento es imposible prever los resultados de este proyecto. Por tanto, la aviación naval china deberá apostar por modernizar los J-15 aumentando su alcance y capacidad de carga.




La Voz de Rusia, 22-09-.2013



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