sábado, 15 de julio de 2017

Así son las armas futuristas de Rusia


13 de julio de 2017 BORÍS YEGÓROV, RBTH
El desarrollo de nuevas tecnologías también ha llegado al mundo del armamento. Si durante más de un siglo la base ha sido la industria pesada y los principios científicos tradicionales, asistimos a la llegada del futuro. Rusia ya trabaja en el desarrollo de armamento radioelectónico, láser y sónico. Aunque mucha de la información es secreta RBTH presenta algunos de los principales programas.

Armas láser. Fuente:Getty Images

Armas radiolectrónicas

Las armas radioelectrónicas paralizan los equipamientos enemigos gracias a poderosas y concentradas explosiones de energía. Este tipo de armas pueden atacar los sistemas de control aéreo y a drones así como neutralizar las municiones guiadas con fuertes impulsos de microondas.

Según los desarrolladores rusos, no se trata de un arma de ciencia ficción y ya ha sido probada con éxito. Carece de análogos en el mundo, dice. De hecho, un caza Su-24 deshabilitó el USS Donald Cook con este arma cuando el fisgón buque estadounidense se acercó demasiado a las costas rusas del Mar Negro

El arma se instalará en los cazas rusos de sexta generación, que se están desarrollando actualmente, aunque su principal misión consistirá en destruir Vehículos Aéreos No Tripulados (VANT) desde tierra. Si se consiguen cegar los sistemas de radar, los sistemas electrónicos y de navegación del enemigo se obtiene una gran ventaja desde el principio de la batalla. Después de esto es posible asegurar la victoria por otros medios.


Además de cegar aviones, tanques y buques, este arma será capaz de provocar un miedo irracional entre los soldados enemigos, algo que supuestamente ocurrió en el caso del USS Cook, cuando marinos estadounidenses quedaron paralizados por el pánico que les provocó saber que su barco carecía de defensa alguna.
Resultado de imagen de Cañón de riel ruso


Cañón de riel

Un cañón de riel es un lanzador de proyectiles electromagnético que en el futuro podría convertirse en una poderosa arma. Por medio de un campo magnético puede acelerar los proyectiles hasta una velocidad de 3 km/seg. Esto lo acerca a la velocidad orbital (7,9 km/seg), un punto en el que comienzan a darse otros principios físicos. A esas velocidades un cilindro de plástico de 15 gr es capaz de penetrar placas de aluminio de un grosor de varios centímetros. Ningún blindaje de tanque sería capaz de resistir un impacto como este.

Actualmente se está probando esta arma en Rusia. Los científicos afirman que el principal objetivo consiste en crear generadores compactos de gran potencia porque el cañón de riel requiere gran cantidad de energía para poder funcionar adecuadamente.

Armas láser

La tecnología láser en el ámbito militar se utiliza sobre todo para la localización, para establecer objetivos y para la navegación. Su uso en combate es solo una cuestión de tiempo. La gran mayoría de la información sobre la investigación moderna de este tipo armas en Rusia es secreta. Aunque el ejército desarrollará sistemas de láser que podrán ser utilizados en vehículos, aviones y barcos.

Los jets A-60 y MiG-35 estarán equipados con sistemas láser para deshabilitar los sistemas de navegación de la aviación enemiga. Sin embargo este tipo de láseres no se parecerán a los haces que se ven en las películas tipo La Guerra de las Galaxias, explica el experto militar Dmitri Drozdenko en Radio Sputnik.
Resultado de imagen de jets A-60


Para poder generar energía suficiente como para destruir un avión por completo, se necesita un aparato de grandes dimensiones. Es necesario algo tan grande que no se podría colocar en un avión, añade el experto.

Durante la Guerra Fría la URSS produjo investigaciones y desarrolló armas láser. Se diseñaron pistolas para cosmonautas pero no se adaptaron al uso militar por su incapacidad para infligir un daño serio.

En cualquier caso, las tecnologías que aparecen en la famosa trilogía no son materia de ciencia ficción. EE UU también está probando sistemas que puedan destruir al enemigo con haces de luz. El área de defensa antimuniciones (ADAM, por sus siglas en inglés) de Lockheed Martin puede acabar con misiles enemigos, VANT y pequeños buques a corta distancia. Por ahora no hay información disponible acerca de desarrollos similares en Rusia.

Armas sónicas

Este tipo de armas utilizan el sonido para causar el pánico entre los soldados enemigos. Incluso se pueden dañar órganos internos, que provocan la muerte. La información sobre este tipo de tecnología está clasificada pero se sabe que tanto EE UU como Rusia tratan de desarrollarla. Por ejemplo, ambos han diseñado balas sónicas pero la disipación de la potencia de las ondas acústicas reduce los daños y solo se pueden utilizar en distancias cortas.


El otro problema es que hay que crear un sonido o ultrasonido que ataque solo al enemigo. Si resulta imposible crear ese espacio entonces podría afectar a las tropas propias.



En la actualidad este tipo de tecnología es utilizada sobre todo por la policía de EE UU en protestas. A nivel militar no resulta práctico por el gran consumo de energía y su eficacia a distancias muy cortas.

Aunque en la doctrina militar de la Federación de Rusia de 2010 hay un apartado referido al uso de armas sónicas en las guerra del futuro y lo más seguro es que la investigación en este campo continúe.

https://es.rbth.com/tecnologias/defensa/2017/07/13/asi-son-las-armas-futuristas-de-rusia_802117

Frente Nadmorski (costero): El plan militar de la URSS para que la Polonia comunista invadiera Alemania, Dinamarca, Bélgica y Holanda en caso de guerra con la OTAN



La asociación histórico-cultural POLAND FIRST TO FIGHT, con base en España, tiene la finalidad de promover y divulgar la historia y cultura de la nación polaca en el periodo comprendido entre su independencia en 1918 y el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945



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El Ejército Popular de Polonia tenía que formar un frente costero y atacar a Alemania, Dinamarca, Bélgica y Holanda bajo mando militar soviético en caso de un conflicto armado directo con la OTAN durante la Guerra Fría, cumpliendo un plan acordado entre la Polonia comunista y la Unión Soviética–parte de una operación mucho más amplia y compleja. Increíble pero cierto. Un plan que no fue revelado a la opinión pública hasta el año 2006.
Alianzas militares en Europa durante la Guerra Fría. Foto: wikimedia commons
El Ejército de la Polonia comunista



Después de la Segunda Guerra Mundial las nuevas autoridades comunistas de Polonia, que inició entonces un costoso proceso de reconstrucción, se vieron obligadas a recortar el presupuesto militar y reducir el número de efectivos. En 1948 el ejército polaco contaba con 140.000 soldados.

La situación, sin embargo, cambió en 1949 con la rápida escalada de la Guerra Fría, que obligó a Polonia, bajo el mandato soviético, a mover ficha. El gobierno lanzó un plan para aumentar el gasto en el ejército, reorganizarlo, aumentar el número de soldados y dotarlo de armamento de última tecnología. A principios de 1950 se extendió el servicio militar obligatorio a dos años para las fuerzas de tierra y a tres años para la armada y la aviación. Con el estallido de la Guerra de Corea, los planes para fortalecer al ejército se aceleraron. En 1953 había ya 380.000 soldados y el número de oficiales casi se triplicó. En 1952 un 15% del PIB polaco estaba destinado al ejército.

El ejército polaco en todo momento careció de independencia militar y estuvo completamente subordinado al ejército soviético. Buena muestra de ello es el hecho que numerosos oficiales soviéticos ocupaban puestos de mando, empezando por Konstanty Rokossowski, que fue incluso ministro de defensa nacional. Algunos de estos oficiales soviéticos tenían origen polaco pero la mayoría no. Se erradicaron las tradiciones militares polacas anteriores a la guerra para reemplazarlas por las soviéticas. Los sombreros militares polacos rogatywka fueron eliminados y el juramento hacía referencia a la alianza con el ejército soviético.
El Ejército popular de Polonia en Przemysl. Foto: phw.org.pl

En 1955 la República Popular de Polonia, junto con otros países del llamado Bloque del Este, forman el Pacto de Varsovia. Polonia contaba con el segundo mayor poder militar dentro de la alianza. Un año más tarde Konstanty Rokossowski y la mayoría de oficiales soviéticos se fueron de Polonia, pero este hecho no rebajó el nivel de dependencia polaca de la URRS.

Hasta la desaparición del Bloque del Este, el Ejército Popular de Polonia estuvo condenado a la coalición con el Ejército Soviético y a recibir suministros de equipo por parte de este, mientras constantemente se preparaba para una guerra con los países de la OTAN, que nunca llegó a suceder. Una alarma de guerra (nuclear) que el gobierno comunista usó como herramienta de propaganda y control ciudadano con el fin de evitar revueltas y tensión social.
La concepción del Frente Nadmorski



Apareció por primera vez la idea del Frente Nadmorski con unos ejercicios militares practicados por el ejército polaco junto con el ejército soviético en mayo de 1950. Dicho frente estaba formado por tres divisiones de tierra del ejército popular de Polonia (los ejércitos 1,2 y 4) además de algunas fuerzas del ejército del aire, actuaba bajo el mando del general Poplavsky.Plano del primer ataque nuclear previsto dentro de la operación del Frente Nadmorski

La misión del llamado Frente Costero–o también conocido como Frente Polaco en el marco más amplio de toda la operación militar soviética–durante esos ejercicios era, por un lado, la defensa del litoral báltico ante desembarcos marinos y, por otro lado, una vez fuerzas del ejército soviético hubieran repelido el ataque de los ejércitos de la OTAN, tomar el norte de Alemania y Dinamarca para permitir la salida de las fuerzas navales soviéticas hacia el Mar del Norte y el Océano Atlántico.

Un protocolo acordado por los gobiernos de la República Popular de Polonia (PRL) y la Unión Soviética entre 4 y el 7 de enero de 1955, antes de la oficialización del Pacto de Varsovia, oficializó la potencial activación del Frente Nadmorski.

Durante los ejercicios Burza (tormenta en polaco) de 1961 se introduje como objetivo por primera vez Holanda y Bélgica además de la zona norte de la República Federal Alemana y Dinamarca.

El primer objetivo del frente polaco era, con ayuda de la Flota Soviética en el Báltico y las armadas polaca y germanoriental, controlar en 8 días el territorio de Dinamarca para poder dominar el acceso al Mar del Norte a través de los estrechos que conectan este con el Mar Báltico. El ataque polaco tenía que recibir el apoyo de un fuerte ataque nuclear y toda la operación tenía que durar unos 15 días.

La distribución de misiones para los ejércitos polacos era la siguiente:
Ejército 1: Ataque desde más allá del río Odra a los cuerpos alemán occidental y holandés del Grupo Norte de los Ejércitos de la OTAN y continuación hacia Dinamarca
Ejército 2: Ataque desde más allá del río Odra a los cuerpos alemán y holandés y continuación del ataque hasta la costa alemana del Mar del Norte.
Ejército 4: Ataque desde la posición del ejército 2 en el norte de la República Federal Alemana a Holanda y Bélgica.Copia del documento original con el esquema del primer ataque nuclear previsto dentro de la operación del Frente Nadmorski. Foto: wkopi.pl/WIW

El hecho que se quisiera lanzar esta operación militar del Frente Nadmorski a través de la Costa Báltica tenía tres razones muy claras:
La ubicación geopolítica de Polonia y amplio acceso al mar de esta que hizo que se organizara ya durante la parte final de la guerra la defensa de la costa. En el lado occidental existía una zona de seguridad: la República Democrática Alemana y su ejército, lo que evitaría un ataque directo a Polonia desde el oeste.
Las limitadas posibilidades operativas de los ejércitos 1,2 y 4 polacos, que eran mucho más débiles que los del frente organizado por el ejército soviético e incluso el frente checoslovaco. En este sentido las fuerzas del Pacto de Varsovia eran conscientes que el frente báltico sería el peor defendido por los ejércitos de la OTAN y sería buena idea lanzar por allí el frente polaco.
El mando militar de la Unión Soviética temía que los soldados polacos no quisieran luchar contra soldados de Reino Unido, Estados Unidos y Francia. En el frente costero su principal enemigo sería el ejército de la República Federal Alemana, la Bundeswehr.

En 1965 se aprueba un segundo plan estratégico de ataque para el Frente Costero de las Fuerzas Armadas de los estados del Pacto de Varsovia. Era parecido al que se entrenó en 1961 pero concretaba que el frente polaco protegería a los ejércitos soviéticos 1 y 2, defendería la costa báltica de posibles desembarcos de las fuerzas de la OTAN y contaría con el apoyo de las divisiones mecanizadas del ejército germanoriental.
Desarrollo y no ejecución del plan en los años 1970 y 1980



En 1970 el entonces Ministro de Defensa Nacional polaco Wojciech Jaruzelski aprobó una versión definitiva del plan del Frente Nadmorski. Hay que tener en cuenta que después de la crisis checoslovaca de 1968–la intervención militar soviética con participación polaca y del resto de fuerzas del Pacto excepto Rumanía para frenar la Primavera de Praga–ya se había empezado a aplicar la Doctrina Brézhnev: si el sistema socialista estaba en peligro en uno de los países la URSS tenía que intervenir para salvar al sistema. Por eso, el régimen comunista polaco quería mostrar su compromiso con la Unión Soviética tanto en el mantenimiento de un comunismo a la soviética, como en a su alianza militar, para evitar cualquier represalia militar soviética sobre territorio polaco. Una amenaza de intervención mlitar, que, sin embargo, tras el estallido de la Guerra en Afganistán era ya impensable.Unidades del ejército popular de Polonia en Praga en 1968. Foto: histmag.org

A finales de los años 1960 y principios de los 1970 el Pacto de Varsovia contaba con una clara superioridad armamentística respecto a la OTAN en el centro de Europa. Sin embargo, los analistas de la OTAN veían una amenaza de las fuerzas del pacto de Varsovia sobre Europa occidental. La organización atlantista, al conocer los planes soviéticos gracias a sus actividades de inteligencia, aumentó el armamento en Europa occidental pero de forma limitada, suficiente como para evitar ninguna acción militar del Pacto de Varsovia.
Fuerzas de tierra de los países europeos clasificados por alianzas militares a mediados de los años 1970. Número de divisiones acorazadas, mecanizadas y aerotransportadas de cada estado. Foto: Pomocnik Historiczny “Zimna Wojna” Polityka

En 1984 se crea la Jefatura de los Ejércitos Occidentales del Pacto de Varsovia con sede en la base soviética de Legnica en la Baja Silesia. De esa jefatura dependían el Frente Polaco Nadmorski, el primer y el segundo frente occidentales de la Unión Soviética y el Frente Checoslovaco. Dentro de Polonia los soviéticos tenían armas nucleares y 100.000 soldados en sus bases.Copia del mapa original con el plan de la operación ofensiva del Frente Nadmorski de 1970, es decir el ataque de la República Popular de Polonia a Alemania, Dinamarca, Bélgica y Holanda con el uso táctico de armamento nuclear. Foto: Pomocnik Historiczny “Zimna Wojna” Polityka.

Fue el coronel polaco Ryszard Kuklinski quien, actuando como espía, reveló a la OTAN los detalles, alcance y agresividad de los planes del Tratado de Varsovia. Él sabía que en Polonia quedaría un agujero negro nuclear después del contrataque de la OTAN. En otras palabras, es posible que el general (a título póstumo) polaco evitara la Tercera Guerra Mundial.

Entre finales de los años 1980 y principios de los 1990 la situación de los países del Bloque del Este cambió radicalmente. Con la caída del comunismo estos estados recuperaron su verdadera independencia respecto a la Unión Soviética, cuya desintegración acabó también con el Pacto de Varsovia. Los últimos militares soviéticos en Polonia abandonaron el país en 1993.

Unos eventos que condujeron al fin de la Primera Guerra Fría (en 2016 nos encontramos inmersos en los inicios de La Segunda Guerra Fría, que se inició con el Maidan en Kiev y la invasión rusa de Crimea en 2014) y a que el plan del Frente Costero polaco perdiera su razón de ser, nunca fuera activado y fuera olvidado para siempre. Esperemos.

Fuentes



Atomowa Groza. Schrony w Nowej Hucie. Editado por el Museo de PRL en Nowa Huta, Cracovia
Pomocnik Historyczny POLITYKA “Zimna Wojna”
Wikipedia


https://lapoloniadelospolacos.com/2016/11/02/frente-nadmorski-costero-el-plan-militar-de-la-polonia-comunista-para-una-invasion-de-alemania-dinamarca-belgica-y-holanda-en-caso-de-guerra-con-la-otan/

BALTOPS 2017 resucita las tácticas de la guerra fría


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Baltic Operations, o BALTOPS, es un ejercicio naval anual realizado para miembros de la OTAN en el Mar Báltico.

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La edición de este año de BALTOPS concluyó el mes pasado y, aunque los ejercicios dieron a la Alianza una oportunidad muy necesaria para la práctica operacional en el Mar Báltico, también nos dieron una codiciada mirada sobre las capacidades que la OTAN está fortaleciendo y las contingencias que la Alianza está preparando para. Los importantes ejercicios de este año hicieron hincapié en la integración del poder aéreo y naval, que siguió a la tendencia observada desde el año 2015 en el cambio de la OTAN hacia la guerra de alto nivel mediante la mejora de las capacidades antisubmarinas (ASW), defensa aérea, aterrizaje anfibio y caza minera.

Pero los ejercicios BALTOPS, que tienen el objetivo declarado de mejorar la interoperabilidad entre las fuerzas navales de la OTAN y aumentar la estabilidad de la región báltica, no siempre se han centrado en estos objetivos; Desde el final de la Guerra Fría, BALTOPS ha puesto menos énfasis en la práctica de escenarios simétricos de combate a favor de la preparación para operaciones antiterroristas y de mantenimiento de la paz. A pesar de romper con estas tendencias posteriores a la Guerra Fría, las tácticas vistas en las ediciones más recientes de la serie BALTOPS no carecen de precedentes; Curiosamente, las raíces de estos ejercicios pueden remontarse directamente a aquellas capacidades que la OTAN consideró más importantes para mantener una ventaja decisiva en el Mar Báltico durante la Guerra Fría. Sin embargo, incluso si las tácticas históricas están siendo revisadas hoy por la OTAN, mucho ha cambiado desde el colapso de la Unión Soviética,

Pero antes de examinar los paralelos entre las tácticas del pasado y las vistas en BALTOPS hoy, es necesario un resumen de la estrategia naval de la Guerra Fría en el Mar Báltico.
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Desde el comienzo de la guerra fría, el mar Báltico fue una bendición y una maldición para los aliados de la OTAN. Dada la ubicación geográfica del mar, se dividió esencialmente en dos esferas de influencia a lo largo de la misma línea que dividió el Pacto de Varsovia y las potencias de la OTAN en el continente europeo. La parte oriental estaba dominada por las fuerzas marítimas soviéticas -principalmente la Flota del Báltico de la Bandera Roja-, mientras que la parte occidental era principalmente patrullada por las marinas alemana y danesa. Esta división en el Mar Báltico garantizaba que la OTAN tendría una extensión acuosa para contener los buques soviéticos antes de que pudieran llevar a cabo asaltos anfibios en las costas aliadas y que la Flota del Báltico podría quedar atrapada en el Mar Báltico si la Alianza podía negar el acceso soviético El estrecho danés. A la inversa,

Reconociendo estas ventajas y vulnerabilidades, tanto los planificadores navales de la OTAN como los del Pacto de Varsovia adoptaron medidas específicamente adaptadas a este entorno de seguridad. Por ejemplo, la OTAN confiaba en minas submarinas para restringir el acceso soviético a las costas aliadas ya través del estrecho danés. Los documentos estratégicos estadounidenses de los años ochenta sugieren que Alemania y Dinamarca serían los principales responsables del despliegue de minas alrededor de los puntos de choque del Báltico y en los estrechos al primer signo de hostilidades. El B-52 estadounidense incluso practicó la caída de minas en el estrecho desde el aire. Las minas llegaron a ser tan importantes que los aliados que bordeaban el mar Báltico especializaron sus marinas para el barrido y el despliegue de la mina, entre otras tareas.
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La guerra submarina también desempeñó un papel importante en las estrategias de ambas partes, ya que los subs podrían ser utilizados para romper hostiles y defender los SLOC amigables a través del Báltico. Los submarinos eran un componente particularmente importante de la estrategia soviética del bastión naval , que fue adoptada durante los últimos años de la guerra fría y pidió establecer un perímetro defensivo a miles de kilómetros de las costas soviéticas para impedir que los barcos de la OTAN lanzaran ataques anfibios contra el Pacto de Varsovia territorios. Los submarinos diesel-eléctricos, como los más comunes en la flota del Báltico, eran especialmente expertos en patrullar este perímetro y emerger de las profundidades para atacar los recipientes enemigos entrantes si fuera necesario. Naturalmente, la Alianza invirtió fuertemente en capacidades de guerra anti-submarina (ASW)
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Los componentes clave detrás de la estrategia marítima de la Guerra Fría han resurgido claramente hoy, y esto es solamente lógico. Los puntos de estrangulación y los litorales poco profundos del Mar Báltico requieren el uso de minas para restringir la libertad de movimiento y los submarinos para interrumpir las SLOCs enemigas. La ubicación geográfica de las costas amistosas y hostiles alrededor del mar Báltico garantiza que la planificación de los desembarques anfibios seguirá siendo un componente clave de todas las estrategias navales decentes del Báltico. En algunos casos, estas tácticas se asemejan tanto a sus predecesores de la era de la Guerra Fría que los ejercicios modernos de BALTOPS parecen sacar páginas directamente del libro de jugadas de la Guerra Fría; En 2016, un ejercicio vio a los bombarderos B-52 estadounidenses lanzando minas inertes a las aguas bálticas, una operación específica que había sido planeada y practicada décadas antes.
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Si bien las realidades geográficas del Mar Báltico pueden garantizar que las tácticas de hoy para la región reflejan las del pasado, los cambios radicales en el entorno político y geoestratégico de la región del Mar Báltico desde la caída de la Unión Soviética requieren un reconocimiento entre la Alianza de que estas tácticas pueden Sólo será eficaz si se utiliza para cumplir una estrategia modificada.

El primer y más importante cambio que ha surgido en las últimas dos décadas es la redefinición de las esferas de influencia del Mar Báltico. Mientras que en el pasado la parte oriental del mar estaba rodeada de satélites soviéticos y dominada por buques soviéticos, hoy en día el Báltico está rodeado casi por completo por estados miembros de la OTAN o potencias neutrales, con excepción de la base naval Baltiysk en el enclave de Kaliningrado y Kronstadt Naval Base en el Golfo de Finlandia. Esto sugiere que Moscú tendrá más dificultades para proyectar el poder naval profundamente en el Báltico y esencialmente imposible mantener un perímetro defensivo tan lejos de las costas rusas como en el pasado. Por lo tanto, hay más ambigüedad hoy en día en cuanto a si los rusos pueden considerar cualquier porción del Mar Báltico como un "patio trasero" personal como lo hicieron durante la Guerra Fría. Además,
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En segundo lugar, las capacidades de la Alianza han disminuido desde el cierre de la Guerra Fría, alterando en gran medida el equilibrio militar entre la OTAN y Rusia en el Mar Báltico. A medida que el foco internacional pasó a la contrainsurgencia y al mantenimiento de la paz, Rusia fue percibida como una amenaza menor por parte de Occidente, llevando a la Alianza a abandonar muchas de sus capacidades de Guerra Fría en favor de tecnologías específicamente diseñadas para la guerra asimétrica. A pesar del rápido cambio de posición de la OTAN a raíz de la anexión de Crimea, la revocación del deterioro del arsenal de la Alianza que ha ocurrido durante las últimas dos décadas y media continúa siendo un reto. Por ejemplo, durante la Guerra Fría, grandes escuadrones de aviones de patrulla marítima (AMP) volaron sobre el Mar Báltico y otros puntos de estrangulamiento acuosos, localizando submarinos soviéticos hostiles. Sin embargo, Desde la disolución de la Unión Soviética, muchos aliados de la OTAN han desmantelado sus programas de AMP o han mantenido la nave anticuada, tratando de actualizarlos con partes más nuevas. Si bien la Alianza reconoce la necesidad de estas capacidades de AMP y los planes del Reino Unido de recuperar una pequeña flota de AMP durante la próxima década, este ejemplo todavía ilustra cómo las modernas capacidades marítimas de la OTAN son sólo una concha de lo que eran en otro tiempo. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Muchos aliados de la OTAN han desmantelado sus programas de AMP o han mantenido la nave anticuada, tratando de actualizarlos con partes más nuevas. Si bien la Alianza reconoce la necesidad de estas capacidades de AMP y los planes del Reino Unido de recuperar una pequeña flota de AMP durante la próxima década, este ejemplo todavía ilustra cómo las modernas capacidades marítimas de la OTAN son sólo una concha de lo que eran en otro tiempo. 
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Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Muchos aliados de la OTAN han desmantelado sus programas de AMP o han mantenido la nave anticuada, tratando de actualizarlos con partes más nuevas. Si bien la Alianza reconoce la necesidad de estas capacidades de AMP y los planes del Reino Unido de recuperar una pequeña flota de AMP durante la próxima década, este ejemplo todavía ilustra cómo las modernas capacidades marítimas de la OTAN son sólo una concha de lo que eran en otro tiempo. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Si bien la Alianza reconoce la necesidad de estas capacidades de AMP y los planes del Reino Unido de recuperaruna pequeña flota de AMP durante la próxima década, este ejemplo todavía ilustra cómo las modernas capacidades marítimas de la OTAN no son más que una cáscara de lo que solían ser. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado.

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 La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Si bien la Alianza reconoce la necesidad de estas capacidades de AMP y los planes del Reino Unido de recuperar una pequeña flota de AMP durante la próxima década, este ejemplo todavía ilustra cómo las modernas capacidades marítimas de la OTAN no son más que una cáscara de lo que solían ser. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Este ejemplo todavía ilustra cómo la capacidad marítima moderna de la OTAN no es más que una concha de lo que eran en otro tiempo. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades. Este ejemplo todavía ilustra cómo la capacidad marítima moderna de la OTAN no es más que una concha de lo que eran en otro tiempo. Para complicar las cosas, Rusia ha hecho importantes inversiones para mejorar y modernizar sus medios militares en los últimos años, y estos avances han incluido una acumulación de capacidades A2 / AD en Kaliningrado. La OTAN debe reconocer estos desarrollos y ajustarse a ellos en futuras decisiones estratégicas y de adquisición de capacidades.

Las tácticas de la OTAN practicadas en el Mar Báltico hoy tienen fuertes raíces en la doctrina marítima de la Guerra Fría. Gran parte de esto es por necesidad; Tácticas como la guerra submarina, la patrulla y el reconocimiento, la minería y el dragado de minas, y los aterrizajes anfibios son tácticas naturales que cabría esperar ver ejecutadas en el paisaje único del Mar Báltico. Sin embargo, los cambios en las capacidades del arsenal aliado y el ambiente geoestratégico moderno marcan una ruptura aguda de la situación estratégica vista en el mar Báltico durante la guerra fría. La Estrategia Marítima de la Alianza (AMS) de la OTAN se publicó en 2011 cuando Rusia apenas se consideraba una amenaza, y muchos observadores sostienen que necesita seriamente una actualización porque es anticuada y no planea suficientemente el entorno actual. BALTOPS puede estar permitiendo a la OTAN reforzar sus tácticas probadas en el Mar Báltico, pero las tácticas son tan fuertes como la estrategia que se utilizan para ejecutar. Por lo tanto, el verdadero desafío será garantizar la nueva estrategia que estas tácticas apoyan en última instancia - el sucesor de AMS 2011 - reflejará suficientemente los desafíos únicos que se ven hoy en las aguas bálticas.


https://www.icds.ee/blog/article/baltops-2017-resurrects-cold-war-tactics/

Operación Dropshot: el plan de EE UU para destruir la URSS en 1959





11 de julio de 2017 JAIME NOGUERA, RBTH
El plan estadounidense establecía el lanzamiento de 300 bombas nucleares y otras 29.000 bombas convencionales sobre 200 objetivos y cerca de 100 ciudades y pueblos de la Unión Soviética, para así acabar de un solo golpe con el 85% del potencial industrial del país.


Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial los EEUU, que eran los únicos poseedores de armamento atómico, estudiaron la posibilidad de lanzar un ataque “preventivo” contra la Unión Soviética que eliminase del tablero de juego a la superpotencia de las fichas rojas. Los Estados Unidos temían una posible invasión de la URSS en Europa occidental, Oriente Medio y Japón. 

En septiembre de 1948, el presidente estadounidense Harry S. Truman aprobó un documento del Consejo de Seguridad Nacional (NSC 30) sobre “La política de la Guerra Atómica”, que declaró que los Estados Unidos debía estar preparado para “utilizar con prontitud y eficacia todos los medios apropiados disponibles, incluidas las armas atómicas, en interés de la seguridad nacional y que debía planificar en consecuencia”.

Harry S. Truman (en el centro) junto a Iosif Stálin y Winston Churchill.Fuente: Dominio público

Curtis LeMay, verdugo frustrado de la URSS

El General LeMay era famoso por haber dirigido la campaña de bombardeos estratégicos contra el Japón, que concluyó con el bombardeo nuclear de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Esto le valió recibir Doctorados Honoris Causa en Leyes en las universidades John Carroll, Kenyon College, la Universidad del Sur de California la Universidad Creighton y la Universidad de Akron, entre otras distinciones.

Luego organizó el Mando Aéreo Estratégico (SAC o Strategic Air Command, instancia suprema de mando de las fuerzas aéreas estratégicas de Estados Unidos) como organismo para gestionar una posible guerra nuclear durante la guerra fría. Evidentemente: contra la URSS. Antes de que este organismo estuviese totalmente operativo, en 1949, LeMay propuso lanzar el inventario atómico completo en manos de EE UU (133 bombas) contra 70 ciudades soviéticas y capitales de Europa del Este en un período de 30 días. Basaba su estrategia en que los soviéticos no tenían una fuerza capaz de equiparar al SAC en esos momentos y el tiempo jugaba en favor de los rusos.

Curtis E. LeMay durante la Guerra Fría como Jefe del SAC (Strategic Air Command, Mando Aéreo Estratégico) de la Fuerza Aérea de EE UU. Fuente: Dominio público

Dropshot: el plan de Washington para el fin del mundo

El 1949 se elaboró el plan Dropshot, que preveía que EE UU atacaran la Rusia soviética y arrojaran más de 300 bombas nucleares y 20.000 toneladas de bombas convencionales en 200 objetivos situados en 100 áreas urbanas, incluyendo Moscú y Leningrado (el actual San Petersburgo).

Además, se confeccionó una lista de blancos para ataques nucleares en los territorios de la Unión Soviética y sus aliados que contenía la friolera de mil doscientas ciudades desde Alemania Oriental en Occidente hasta China en el Oriente. Moscú encabezaba la lista con 179 "blancos designados" (entre ellos, la mismísima Plaza Roja) mientras que en Leningrado se habían fijado 145. La potencia del armamento atómico empleado fluctuaría entre 1,7 y 9 megatones (la bomba atómica Little Boy, arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 era de aproximadamente 0,013-0,018 megatones).

Berlín Oriental, como Varsovia (Polonia) o Budapest (Hungría), estaba en la lista junto a otras ciudades ubicadas más allá de las fronteras soviéticas e incluía a 91 blancos designados.

Entre 75 o 100 de los 300 artefactos nucleares tendrían la misión de destruir en tierra la aviación soviética de combate. Sin embargo, lo más perturbador de los listados de objetivos que pueden revisarse en The National Security Archive desde su desclasificación en el año 2015, era una serie de objetivos que aparecían bajo el epígrafe “Categoría 275” u “objetivos de población”. Se estimaba que, con el ataque norteamericano, morirían unas 60 millones de personas.

En caso de que la URSS se negara a rendirse tras el devastador ataque, Estados Unidos continuaría bombardeando regularmente las áreas urbanas e industriales hasta conseguir su destrucción total.

Además, los planificadores proponían dar inicio a una campaña terrestre contra la URSS para obtener una “victoria completa” con los aliados europeos.

Pero los planes norteamericanos iban más allá de la actual Rusia. Beijing aparecía en el top 20 (era la número 13) de las ciudades objetivo de los bombarderos de EE UU, con 23 zonas identificadas para ser devastadas.
¿Cómo planeaban hacerlo?
Según los documentos desclasificados en 2015, las cabezas nucleares serían lanzadas desde aviones emplazados en bases de Reino Unido, Marruecos y España. Además, se emplearían bombarderos intercontinentales B-52, que en los momentos de la confección del plan agresor estaban empezando a ser distribuidos a la Fuerza Aérea de EE UU.
Fuente: Dominio públicoFuente: Dominio público
¿Qué pasó entonces?


Degún el libro Operation World War III: Secret American Plan ("Dropshot") for War with the Soviet Union in 1957 de Anthony Cave Browndurante un largo periodo de tiempo, el único obstáculo en el camino para iniciar ese ataque nuclear masivo fue que el Pentágono no poseía suficientes bombas atómicas (en 1948 Washington se regodeaba de tener un arsenal de 50 bombas de este tipo), ni de disponer de aviones para llevar a cabo el ataque. Por ejemplo, ese mismo año la Fuerza Aérea de Estados Unidos tenía sólo treinta y dos bombarderos B-29 modificados para arrojar los mortales ingenios radioactivos.

En 1949 el arsenal nuclear de EE UU había alcanzado ya las 250 bombas atómicas y el Pentágono llegó a la conclusión de que una victoria sobre la Unión Soviética era ya “posible”. Por suerte para el género humano, la prueba de la bomba atómica soviética ese mismo verano asestó un duro golpe a los planes militaristas estadounidenses. Así lo describe profesor Donald Angus MacKenzie, de la Universidad de Edimburgo, en su ensayo “Planificación de la Guerra Nuclear y Estrategias de coacción Nuclear”.

“La prueba de la bomba atómica soviética el 29 de agosto de 1949, sacudió profundamente a los estadounidenses, que habían creído que su monopolio atómico podría durar mucho más tiempo. Sin embargo, no alteró de forma inmediata el modelo de planificación de la guerra. La cuestión clave a considerar era qué nivel de daño forzaría una rendición Soviética”.

Fuente: Getty Images

El héroe olvidado

En enero de 1950, el científico Klaus Fuchs, físico teórico nacido en Alemania y miembro del equipo del Proyecto Manhattan, que construyó la primera bomba atómica de Estados Unidos, fue arrestado, juzgado y (tras reconocer su culpabilidad) sentenciado a catorce años de prisión por pasar secretos militares a una nación aliada (sí, la Unión Soviética todavía, de cara a la galería, estaba catalogada como estado aliado).

Fuchs había suministrado información vital a la Unión Soviética sobre el Proyecto Manhattan de forma absolutamente desinteresada, partiendo de sus convicciones políticas y la certeza del profundo peligro que suponía el monopolio nuclear que pretendió lograr Estados Unidos. Esto sirvió de forma decisiva para que los soviéticos creasen su propia arma nuclear.

Fuenter: Dominio público

El estado soviético agradeció a Fuchs sus actos condecorándolo con la Orden de la Amistad de los Pueblos, uno de los más altos galardones de la Unión Soviética. Fue liberado el 23 de junio de 1959, tras lo que emigró a Alemania Oriental, donde continuó con su carrera científica, logrando una considerable prominencia. Murió en 1988.

https://es.rbth.com/cultura/historia/2017/07/11/operacion-dropshot-el-plan-de-eeuu-para-destruir-la-urss-en-1959_800270

Pruebs de la capsula de escape del los Borey





https://twitter.com/AncientSubHunt

Ensayo mayor desfile naval en la historia de Rusia se celebró en San Petersburgo

https://tvzvezda.ru/news/forces/content/201707150948-cmph.htm

Submarinos 'del juicio final': Los 5 mejores sumergibles estratégicos



Aunque solo Rusia dispone de submarinos estratégicos de cuarta generación, la revista 'Forbes' no les otorga el primer lugar por una importante razón.
Un submarino de la clase Boréi, proyecto 955, Rusia.
Ildus Gilyazutdinov / Sputnik
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Hoy en día, Rusia, China, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia poseen submarinos 'del juicio final'. Esos sumergibles pueden permanecer bajo el agua durante meses y resultan muy difíciles de detectar, debido a que casi no emiten sonidos y rara vez emergen.

Cada submarino estratégico está equipado con una planta de propulsión nuclear y porta al menos misiles balísticos con varias cabezas nucleares de alcance intercontinental.

La revista estadounidense 'Forbes' ha confeccionado una clasificación con los mejores sumergibles de este tipo, que suponen uno de los elementos de la tríada de la disuasión nuclear.

1.º: Clase Ohio de Estados Unidos

El primer USS Ohio entró en servicio en 1981 y, tras más de 35 años de servicio y 157 lanzamientos exitosos, su trayectoria certifica que son sinónimo de potencia, excelencia técnica y máxima fiabilidad.
Un submarino de la clase Ohio, Estados Unidos / US NAVY / Reuters



La serie clase Ohio incluye incluye 14 submarinos con 24 silos para los misiles balísticos Trident II, capaces de lanzar 2.800 kilos de carga útil —14 ojivas W-76, con 100 kilotones de TNT por misil— a 7.800 kilómetros de distancia con carga plena y hasta 12.000 si es reducida.

Su precisión es mejor que cualquiera de los competidores gracias a que su rango intercuartílico —margen de error— varía entre 90 y 120 metros. Además, la fiabilidad de estos submarinos es sorprendente: cada uno cumple misiones en alta mar el 60 % de su vida útil.

2.º: Clase Boréi-proyecto 955 de Rusia
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Un submarino de la clase Boréi, proyecto 955, Rusia / Ildus Gilyazutdinov / Sputnik

A día de hoy, solo Rusia dispone de submarinos estratégicos de cuarta generación, debido a que sus pares de EE.UU. y Reino Unido no entrarán en servicio antes de 2030.

De este modo, la Armada de Rusia ya ha recibido tres Boréi y espera otros cinco. Se trata de unas naves, más baratas, que emiten un ruido considerablemente menor y funcionan de manera más fácil y automatizada.

A pesar de estas caraterísticas, la publicación los puso en segundo lugar por la actual fiabilidad de los misiles que portan, 16 cada uno. Esos proyectiles R-30 Bulavá acaban de engrosar el arsenal nuclear de Rusia, tienen una carga útil dos veces menor y de sus 26 lanzamientos han fracasado en ocho ocasiones, la mayor parte en la primera fase de pruebas.

3.º: Clase Vanguard de Reino Unido
Un submarino de la clase Vanguard, Reino Unido / David Moir / Reuters

Los submarinos estratégicos clase Vanguard comenzaron a operar al servicio de la Armada de Reino Unido en 1993 y su producción continuó hasta 1999, cuando recibieron la cuarta unidad.

También portan misiles Trident II, aunque solo 16, en lugar de los 24 de los Ohio estadounidenses. Sin embargo, registraron el único fallo con ese armamento en junio de 2016

Su tecnología de producción difiere muy poco porque fue desarrollada con ayuda de empresas norteamericanas y, aunque la versión británica es algo simplificada y reducida, también ofrecen un alto rendimiento... aunque son los más caros del mundo: su coste ronda las 1.500 millones de libras, más de 1.950 millones de dólares.

4.º: Proyecto 667BDRM Delfín de Rusia
Un submarino del proyecto 667BDRM Delfín, Rusia / Ramil Sitdikov / Sputnik

Estos sumergibles, codificados como Delta-IV por la OTAN, son el principal componente naval de la disuasión nuclear de Rusia. De las siete unidades construidas, seis todavía están activas.

En cuanto al nivel de ruido y otras características, los Delfín son similares a los Ohio estadounidenses, aunque portan 16 misiles —como los Vanguard— R-29RМU2 Sineva y R-29RMU2.1 Lainer, cuyas últimas versiones superan en peso útil a los Trident II. Sin embargo, esos proyectiles rusos emplean combustible líquido y 'Forbes' estima que eso complica "significativamente" el funcionamiento del submarino y reduce su seguridad.

Sin embargo, en 1991 el submarino K-407 Novomoskovsk de esta clase estableció un récord aún imbatido cuando, durante la Operación Beguemot-2, disparó en una ráfaga todos sus misiles con un intervalo mínimo entre lanzamientos: 16 misiles de 40 toneladas.

5.º: Clase Triomphant de Francia
Un submarino de la clase Triomphant, Francia / Jérôme Hary / AFP

Francia comenzó a poner en servicio los submarinos Triomphant en 1997 y ahora dispone de cuatro sumergibles de esa clase pero, pese a aparecer más tarde que sus competidores, no les aventaja en nada.

Además, los tres primeros ejemplares poseían el bastante débil misil de reentrada múltiple M-45, que porta seis ojivas nucleares y solo tiene un alcance de 6.000 kilómetros —solo el cuarto Triomphant porta misiles con un alcance máximo de 9.000 kilómetros—, mientras que los proyectiles de sus rivales pueden recorrer unos 10.000 y portar hasta 10 ojivas.

En cuanto al coste, la situación es aún peor: el último sumergible de esta serie valió 3.100 millones de dólares, un importe inédito para los submarinos estratégicos de tercera generación, teniendo en cuenta que sus características dejan mucho que desear.

https://actualidad.rt.com/actualidad/244346-submarinos-juicio-final-estrategicos