domingo, 18 de septiembre de 2016

USS AKRON, EL PORTAAVIONES VOLADOR DE LA US NAVY.





Portaaviones voladores. Quizás el concepto te lleve a pensar en el Helicarrier de Los Vengadores, en el Valiant de U.N.I.T. de Doctor Who si eres más friki, o en la películaSky Captain y el mundo del mañana (esto ya es para nota, a pesar de que aquí además de portaaviones voladores aparecían Angelina Jolie, Jude Law o Gwyneth Paltrow).

Pero no. Este artículo va sobre algo mucho más real. Desde 1931 hasta 1935 la marina de los Estados Unidos de América operó dos gigantescos dirigibles, el USS Akron y el USS Macon, con capacidad para transportar cinco avionetas, cuatro en su interior y una más colgada en el exterior. El fatal destino de ambos, unido a la tragedia del Hindenburg alemán, impidió el desarrollo de esta tecnología más allá de la ficción.

El USS Akron sobre Manhattan.

Los dirigibles fueron las primeras aeronaves motorizadas de la historia. Básicamente se trataban de un globo inflado con un gas elevador (hidrógeno o helio) del que se suspendían una o varias góndolas en las que se colocaban los motores, el puente de mando o los espacios para el transporte de los pasajeros.

Los dirigibles se podían dividir en tres tipos en función de su estructura: flexibles, que no contaban con ningún tipo de estructura y mantenían la forma gracias a la presión del gas elevador; semirrígidos, que contaban con algún tipo de estructura de metal para darles rigidez; o rígidos, en los que una estructura exterior de metal cubierta por una tela les daba forma y contenía en su interior uno o más globos del gas elevador.

Aunque se trataba de un invento francés, el principal desarrollador de los dirigibles fue el conde alemán Ferdinand Von Zeppelin. De hecho, su apellido aún designa a los dirigibles rígidos, su especialidad, en muchos idiomas. Von Zeppelin comenzó con sus diseños durante la última década del siglo XIX, y su primer prototipo, el LZ1(LZ de Luftschiff Zeppelin, en alemán, Barco Aéreo Zeppelin), realizó su vuelo inaugural el 2 de julio de 1900 sobre el lago Constanza.

El LZ1 de Von Zeppelin.

Von Zeppelin siguió trabajando en sus dirigibles, captando la atención de los militares, aunque sin conseguir grandes pedidos de estos. Entre la población civil, el tirón de los dirigibles era aun mayor. Aprovechando esta circunstancia, Alfred Colsman, director general de la empresa del conde Luftschiffbau-Zeppelin, y con una visión comercial superior a la de este, crea en 1909 la DELAG, la primera aerolínea comercial de la historia, aunque sus primeros vuelos no eran más que recorridos turísticos alrededor de la base del dirigible.

Para cuando la DELAG estableció su primer servicio regular entre Friedrichshafen y Berlín en 1919 al final de la Primera Guerra Mundial, las reparaciones de guerra impuestas por los vencedores a Alemania les obligaron a entregar sus dos únicos dirigibles, el LZ 120 Bodensee y el LZ 121 Nordstern a Italia y Francia respectivamente.

El dirigible LZ7 Deutschland en un anuncio de la DELAG.

El uso de los dirigibles como arma en la Gran Guerra no pasó desapercibido para ninguna de las grandes naciones de la época, entre ellas, los Estados Unidos, que reclamaron a Alemania dos de estas aeronaves entre las reparaciones de guerra. Como la mayor parte de los dirigibles alemanes habían sido destruidos por sus propias tripulaciones al final de la guerra, los americanos aceptaron la construcción de uno nuevo por Von Zeppelin mientras ellos mismos se encargaban de la construcción del segundo.

El construido en suelo americano entró en servicio en 1923 como USS Shenandoah. En ese momento EE.UU. contaba con una gran ventaja estratégica frente a sus competidores: mientras estos tenían que utilizar hidrógeno como gas elevador, altamente inflamable, los EE.UU. contaban con las pocas reservas de helio descubiertas en el mundo en la época. El helio, un gas noble, genera una sustentación solamente un 8% inferior al hidrógeno y no reacciona con nada, evitando los pavorosos incendios que seguían a los accidentes de los dirigibles. Para inflar el Shenandoah se tuvieron que utilizar casi todas las reservas mundiales de helio, y cuando los alemanes entregaron en 1924 a la marina estadounidense el dirigible construido por Von Zeppelin y bautizado como USS Los Angeles, tuvieron que compartir estas escasas reservas hasta que el Shenandoah se estrelló en 1925.

El USS Los Angeles anclado en el buque USS Patoka.

Los primeros vuelos del Los Angeles para la marina hicieron que esta empezara a darle vueltas a la idea de utilizar los dirigibles como portaaviones, lo que al final los animó a encargar la construcción de dos nuevas unidades a la compañía Goodyear-Zeppelin en 1928. El proyecto de estas aeronaves exigió la construcción del hangar más grande del mundo, el Goodyear Airdock, en la ciudad de Akron, Ohio (EE.UU.). Tomando el nombre de la ciudad, los dirigibles de la clase Akron estaban diseñados como plataformas de reconocimiento y exploración para la flota de los EE.UU. Su capacidad de observación se extendía gracias al uso de los aviones que transportaban, que también les servían de defensa ante posibles amenazas.

El USS Akron saliendo del Goodyear Airdock.

El Akron fue flotado en agosto de 1931, dos años después de comenzar su construcción. Con sus 239 metros de eslora, era la mayor aeronave jamás construida. Su estructura estaba construida en una nueva y ligera aleación de aluminio, e introducía diferencias considerables de diseño frente a los dirigibles de Von Zeppelin. Al estilo de los barcos, cada cuatro cuadernas se colocaba una bulárcama en forma de anillo, mientras que tres quillas sustentaban longitudinalmente las cuadernas.

La estructura interior del Akron, dentro del Goodyear Airdock.

El dirigible estaba equipado con ocho motores a gasolina, colocados dentro del casco, cuatro en cada banda, que hacían girar cuatro hélices de madera de dos palas y cinco metros de diámetro, con capacidad para inclinarse con respecto al plano horizontal, lo que unido a la capacidad de los motores de girar a la inversa, permitía manejar el dirigible en todas las direcciones. El alcance del Akron era de 11.000 kilómetros a velocidad de crucero de 55 nudos, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 69 nudos.

El USS Akron despegando en Ohio.

El hangar para aviones del dirigible se encontraba a popa de la góndola en la que se ubicaba el puente de mando. El Akron podía transportar hasta cinco F9C Sparrowhawk. Los aviones se sacaban del hangar colgados de una estructura denominada trapecio a través de una compuerta en forma de T, con el piloto a bordo y el motor en movimiento. El piloto soltaba el avión y este se separaba del dirigible. Al regreso, el piloto debía colocar el avión en posición hasta que podía engancharse de nuevo al trapecio. Una vez enganchado, el trapecio se elevaba dentro del hangar y el avión repostaba y se rearmaba.

Uno de los Sparrowhawk colgado del trapecio del USS Akron.

El Akron se mantuvo en operación durante dos años, hasta la noche del 3 de abril de 1933. Una tormenta en la costa de Nueva Inglaterra acabó con el dirigible estrellándose en el Atlántico. El accidente dejó tan sólo 3 supervivientes frente a las 73 víctimas ahogadas o fallecidas por la hipotermia. La falta de chalecos y botes salvavidas incrementó el número de fallecidos, en la mayor catástrofe de la aviación hasta 1950.

Prensa de la época recogiendo el accidente del USS Akron.

El otro dirigible de la clase Akron, el USS Macon, flotado en marzo de 1933, sufrió el mismo destino. El 12 de febrero de 1935, el Macon se precipitaba al mar en la Bahía de Monterrey, al sur de San Francisco. Las lecciones aprendidas en el accidente del Akron salvaron a la mayoría de la tripulación, gracias a la inclusión de chalecos salvavidas y botes inflables. Tan solo 2 de las 72 personas a bordo fallecieron.

La pérdida de ambos dirigibles frenó por completo su desarrollo en los EE.UU. Mientras tanto, en la Alemania nazi, el Graf Zeppelin y el Hindenburg, construidos una vez que las restricciones impuestas al final de la Primera Guerra Mundial habían finalizado, paseaban con éxito la esvástica por todo el mundo. Aunque se necesitaba de una gran tripulación para manejarlos y grandes instalaciones en tierra, eran más rápidos que los trasatlánticos y ofrecían a los pasajeros las mismas comodidades.

El Hindenburg sobrevalorado Nueva York.

Hasta la fatídica fecha del 6 de mayo de 1937, en la que momentos antes de su aterrizaje en Lakehurst, una base aérea de la marina al sur de Nueva York, el Hindenburg se desintegraba consumido por el hidrógeno de su interior. A pesar de que de las 98 personas a bordo sobrevivieron 62, el accidente se grabó en el imaginario colectivo a través de las imágenes de los noticieros.

El Hindenburg en el momento del accidente.

Los repetidos accidentes y la progresiva evolución de los aviones acabaron con los dirigibles. Los dos últimos grandes zepelines, el Graf Zeppelin y el gemelo del Hindenburg, el Graf Zeppelin II fueron desmantelados en 1940. Hoy en día su uso está dirigido casi exclusivamente al mundo de la publicidad, aunque la investigación y desarrollo de estas aeronaves se encamina hacia su utilización como plataformas de comunicación o el transporte de cargas pesadas a largas distancias.
Características generales.

Eslora: 239,3 metros
Manga (diámetro del casco): 40,5 metros
Puntal: 44,7 metros
Propulsión: 3.344 kW (8 x 418 kW)
Velocidad: de crucero 55 nudos; máxima 69 nudos
Alcance: 11.000 km a 55 nudos
Tripulación: 60 personas
Capacidad de carga de aviones: 5 unidades



https://vadebarcos.wordpress.com/

¿Qué ocurrió en el Incidente Vela?


Hace ahora 31 años, dos explosiones de gran intensidad fueron detectadas en el Atlántico sin que sepamos aún con certeza cuál es su origen
ABC / MADRID
Día 23/09/2010 - 14.55h

El 22 de septiembre de 1979, un satélite de vigilancia estadounidense -el Vela 6911- detectó dos destellos luminosos de gran intensidad en el Atlántico Sur, entre África y la Antártida. La lectura de los sensores ópticos del satélite no fueron demasiado claras pero pudo determinarse que la potencia necesaria para generar algo de esa magnitud se encontraba dentro del rango de dos a tres Kilotones. Los expertos suponen que pudo tratarse de ensayos nucleares clandestinos de Israel o Sudáfrica, o bien de un evento similar al que devastó Tunguska hace 100 años. ¿Que fue lo que originó el Incidente Vela?
NEOTEO
Los estallidos luminosos pudieron estar provocados por explosiones nucleares secretas

Estados Unidos puso en marcha el Proyecto Vela para realizar un seguimiento de los ensayos nucleares que tenían lugar sobre la superficie o en la atmósfera de nuestro planeta. En 1963, el Tratado sobre Ensayos de Explosiones Nucleares (Partial Test Ban Treaty) había sido firmado por 130 países y prohibía todas las explosiones nucleares excepto las subterráneas, con el fin de evitar las precipitaciones radiactivas. Desarrollado por DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) y supervisado por la fuerza aérea de ese país, el Proyecto Vela se apoyaba sobre tres pilares: Vela Uniform, que intentaría la detección de explosiones nucleares subterráneas a través de los eventos sísmicos relacionados; Vela Sierra, varios satélites diseñados para detectar señales de explosiones nucleares en la atmósfera; yVela Hotel, otros satélites concebidos para detectar señales nucleares provenientes del espacio. En principio el programa debía funcionar durante unos pocos años, pero la robustez de los Vela -diseñados para funcionar durante 6 meses- hizo que se extienda durante 26 años.Resultado de imagen de satélites en total, seis del tipo Vela Hotel y seis del Vela Sierra
Había 12 satélites en total, seis del tipo Vela Hotel y seis del Vela Sierra, y giraban en órbitas ubicadas ente 100 mil y 113 mil kilómetros de altura, por encima de los cinturones de Van Allen. Estaban provistos con 12 detectores externos de rayos X y 18 detectores internos de neutrones y rayos gamma, que funcionaban gracias a la energía proporcionada por sus paneles solares. También tenían dos sensores especiales capaces de detectar destellos con duraciones menores al milisegundo, necesarios por que las explosiones nucleares atmosféricas que eventualmente tendrían que reportar producen una única señal de corta duración.

2 y 3 kilotones

En efecto, una explosión de este tipo emite un flash que dura alrededor de 1 milisegundo, seguido por una segunda luz -más prolongada pero menos intensa- que dura algunos segundos. Esto ocurre porque el primer destello es alcanzado rápidamente por la onda de choque atmosférica -compuesta de gas ionizado- que, aunque emite bastante luz, se vuelve rápidamente opaco y oculta la explosión. No se conoce ningún fenómeno natural que pueda producir este efecto, por lo que los Vela no tenían problemas en detectar estas explosiones.

El 22 de septiembre de 1979, luego de haber informado con éxito 41 explosiones nucleares correspondientes a otros tantos ensayos efectuados por las superpotencias de la época, el satélite Vela 6911 registró con sus sensores ópticos dos destellos extraños. Si bien tenían las características habituales de explosiones nucleares atmosféricas, se habían producido en una región del planeta -el Atlántico Sur, entre África y la Antártida (47º S, 40º E)- en el que no se esperaba detectar algo así.
La potencia fue estimada de las explosiones fue de entre 2 y 3 Kilotones, de 10 a 20 veces menor a la de la Bomba de Hiroshima. La prensa rápidamente llamó a estos destellos “Incidente Vela”. Los servicios de inteligencia comenzaron a trabajar, y se barajaron dos hipótesis principales. La primera de ellas, a la que se asignaba una mayor probabilidad, era que estos flashes fuesen el resultado de dos detonaciones nucleares secretas pertenecientes a Israel o Sudáfrica. La segunda, que un objeto proveniente del espacio exterior -posiblemente un cometa o un meteorito- había detonado por el recalentamiento sufrido al ingresar en nuestra atmósfera dando lugar a algo similar al “Evento Tunguska” pero sobre el mar.

Sospechas de Sudáfrica
Si bien la prensa olvidó rápidamente el incidente, las agencias de inteligencia querían saber a toda costa que era lo que había ocurrido, y seguían todas las pistas. En aquella época, Sudáfrica había comenzado con un programa de desarrollo de armas nucleares, y cuando Vela 6911 captó los destellos, varios barcos de la marina sudafricana se encontraban efectuando maniobras en esa zona. Cuando todo parecía indicar que esta nación era la responsable Mordechai Vanunu, un ingeniero nuclear israelí, reveló que su país había estado desarrollando desde hacia 10 años su propio programa nuclear en el desierto de Néguev, y había colaborado estrechamente con los sudafricanos. Estas declaraciones hicieron suponer a muchos que ambas naciones, en forma conjunta, habían efectuado las pruebas. Sin embargo, y aunque un primer informe del gobierno de los Estados Unidos atribuía los destellos a una explosión nuclear sudafricana, una comisión especial compuesta por expertos designados por la administración Carter concluyó que, “al no haberse encontrado radiación en las proximidades del evento”, no se podía asegurar que esta fuese la causa del fenómeno.

Radiación en la zona
En medio de la confusión, se sumaron las voces de los responsables del radiotelescopio de Arecibo (“hemos detectado un suceso inusual en la ionosfera”), del gobierno de Australia (“Hemos registrado índices anormales de radiactividad en la zona.”) y de los científicos encargados de diseñar y supervisar el funcionamiento de los Vela (“el satélite ha funcionado correctamente, y su fiabilidad queda demostrada al haber detectado ya 41 ensayos nucleares.”). El tiempo pasaba, y parecía que jamás sabríamos que ocurrió. Pero en febrero de 1994, el Comodoro Dieter Gerhardt, en cuyo currículo figuraban actividades tan diversas como “espía soviético”, “convicto” y “comandante de la Base Naval Simon's Town en Sudáfrica”, sorprendió a todos al declarar públicamente que “a pesar de no estar involucrado directamente, puedo afirmar que el flash fue producto de una prueba atómica Israelí-Sudafricana, cuyo nombre en código era Operation Phenix. Se suponía que no sería detectada, pero el clima cambió y los norteamericanos la descubrieron.” La reputación de Gerhardt no era la mejor, y el incidente continuó sin tener una causa oficialmente reconocida. Tres años más tarde, en 1997, un periódico israelí citó al ex Ministro de Relaciones exteriores de Sudáfrica quien confirmaba que el incidente Vela había sido una prueba nuclear sudafricana. Sin embargo, y volviendo a sembrar las dudas, poco tiempo después el funcionario declaró que sus dichos habían sido “sacados de contexto.”
Aún hoy muchos de los documentos relacionados con el incidente permanecen como “clasificados” por distintos gobiernos, lo que ayuda muy poco a aclarar lo ocurrido. La hipótesis que responsabiliza a un objeto extraterrestre parece haber perdido fuerza, sobre todo luego de lo expresado por los australianos respecto a la presencia de radiación en la zona. Es mucho más probable que haya sido algún ensayo nuclear clandestino producido durante la Guerra Fría, aunque todavía no lo sepamos con certeza. Dentro de algunos años, cuando se liberen algunos de los documentos que permanecen en secreto, quizás sepamos la verdad.


http://www.abc.es/20100923/ciencia

Bombas nucleares y armas sucias lanzadas en Irak

Artículo publicado en http://laesferaazul.blogspot.com.es/2011/07/bombas-nucleares-y-armas-sucias.html el 29-11-2011

En los noventa luego de la operación de Tormenta del desierto comandada por George Bush padre, vi un trabajo de investigación periodística producido por una cadena nacional en donde se mostraban los bunkers iraquíes atacados por los aviones de E.E.U.U. (era una criatura obsesionada con las guerras). Se sabe que fue una verdadera masacre sobre población civil indefensa pues aquellos bunkers estaban poblados por mujeres y niños más que nada a pesar de que los estadounidenses se esforzaron por desembarazarse del rótulo de “asesinos de bebes” o “baby killers” luego de ocurridas todas estas cosas.


En el reportaje, una de las sobrevivientes iraquíes de la operación Tormenta del desierto recordaba a parte de su familia que falleció en uno de los bunkers como consecuencia de los bombardeos. Llegó a mostrar para este medio occidental lo que quedó del refugio y de sus seres queridos, ya que lo habían convertido en un museo para la memoria histórica. Confieso que terminé estupefacta con una de las imágenes que presentaba puesto que el calor de las bombas fue tan intenso que desintegró por completo los cuerpos hasta el punto de impregnar sus imágenes en las paredes del bunker. Pude ver como mostraba el video que había allí la tenue imagen de una madre con su niño.
Es horroroso saber lo que la barbarie humana puede hacer en pos de justificaciones absurdas que le sirven de disfraces para organizar sacrificios humanos cruentos.
Pero después hubo algo que también me llamó la atención: que los cuerpos se habían evaporado dejando como sombras desdibujadas en los maltratados muros justo igual como había sucedido en las explosiones de las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki al finalizar la Segunda Guerra Mundial. ¿Casualidad o coincidencia? Soy una incrédula de las casualidades y para mí las coincidencias no son meros adornos, si existen deben ser por algo. En aquel tiempo, me llevó a pensar que si la explosión en el bunker tuvo el mismo efecto que esas bombas nucleares sobre los cuerpos humanos, entonces qué clase de bombas arrojaban los norteamericanos sobre los bunkers con civiles desarmados. A tan temprana edad y yo ya tenía estos dilemas, más aún en esta época de la vida donde solo te tenes que preocupar por comer, dormir, el colegio y los amigos, donde las chicas solo hablan de novios, salidas, música y diversión y no sobre el destino de la humanidad y la perdición de la sociedad.
Lo cierto es que los remanentes que dejaron tales artefactos bélicos tenían efectos devastadores como los tienen cualquier armamento nuclear, que se comprobaron con el tiempo y que llevaron a confirmar mis sospechas.

Nuevamente, cuando E.E.U.U. volvió a atacar a Irak, allá por comienzos del nuevo milenio, se suscitaron otros misterios en torno al arsenal bélico que el gobierno de los Estados Unidos había enviado a utilizar: en los hospitales iraquíes llovían los afectados con extrañas heridas para las cuales ningún médico iraquí estaba capacitado para tratar, ni siquiera sabían con qué clase de armas los hirieron. Algo similar suele ocurrir cada vez que Israel ataca a los palestinos, atrae la atención las inusuales armas que se emplean sobre la población porque corresponden a un tipo de armamento nunca antes visto con el que es imposible realizar algún tipo de tratamiento médico efectivo sobre los heridos, quienes siempre terminan falleciendo irremediablemente después de una terrible agonía.
Y según lo que escuche entonces en el 2003, las heridas de las víctimas de los ataques de los aliados también fueron dolorosísimas y extrañas a parte de efectivamente mortales.
Otro hecho raro del que también tuve conocimiento fue el de unos niños que se encontraban jugando justo cuando les cayó una luz del cielo que no causó ni una clase de ruido por lo que no podía decirse que fue una bomba. Uno de los menores que alcanzó a refugiarse por temor a un bombardeo, después se dió cuenta que sus compañeros habían desaparecido completamente sin haber mediado ninguna explosión, sin encontrarse sus cuerpos. Hasta el momento nadie puede tener explicaciones concretas acerca de lo que ocurrió. Es muy probable que tratándose de una potencia occidental, hubiera sido un arma experimental de la que poco sabemos sobre su existencia. Hasta no hace muchas décadas tampoco se sabía que Israel también experimentaba con la fuerza nuclear, solo a partir del Incidente Vela y las revelaciones de un técnico israelí que actuó de espía y que traicionó a su propia nación, se supo que en esos lugares se cuecen habas igualmente.
En el documental, titulado "La strage nascosta" ("La masacre oculta"), se presenta testimonios sobre los diferentes ataques de los Estados Unidos a Irak. Estos testimonios pertenecen a ex soldados norteamericanos y residentes de Faluya, además de videos y fotografías que permiten sustentar su denuncia contraria a las negaciones del Departamento de Estado de los EUA. En esta investigación se sostiene que se utilizó fósforo blanco de manera indiscriminada sobre la ciudad causando heridas graves a civiles, entre ellos mujeres y niños. Queda claro que desde la convención de Ginebra se ha prohibido la utilización de esta clase de materiales altamente peligrosos, más todavía si se los usa en la población civil.
"Escuché que se había dado la orden de ser cuidadoso porque se estaba utilizando fósforo blanco en Faluya. En la jerga militar esto se conoce como Willy Pete. El fósforo quema los cuerpos, deshaciendo la carne hasta dejar los huesos", dijo Jeff Englehart, activista contra la guerra y ex soldado norteamericano entrevistado por Sigfredo Ranucci, director del documental.

"Yo vi los cuerpos quemados de mujeres y niños. El fósforo explota y forma una columna de humo. Quienquiera que se encuentre en un radio de 150 m no tiene ninguna esperanza", añadió Englehart.
"Una lluvia de fuego cayó sobre la ciudad, y la gente que fuera blanco de sustancias de diferentes colores se empezó a quemar. Encontramos a la gente muerta con heridas muy extrañas, con sus ropas intactas", le dijo el biólogo iraquí Mohamed Tareq, estudioso de los hechos a Ranucci.
Cuando el presidente Bush hijo invadió Irak en el 2003, casi toda la munición norteamericana, granadas de los tanques, misiles de medio y de largo alcance, bombas antipersonales, bombas inteligentes, obuses, misiles de crucero y cualquier cosa diseñada para ayudar al bando anglo-norteamericano poseía uranio empobrecido. Demasiado uranio empobrecido.


Hechos los cálculos resulta que se ha usado aproximadamente según cifras del Pentágono, alrededor de 1815 toneladas de uranio. Claro el dato de estas cifras, se obtuvo clandestinamente, por parte de oficiales del bando de los aliados que no eran estadounidenses ni británicos.
No todos saben cuán perjudicial pueden ser 1815 toneladas y mucho menos de polvo de oxido de uranio empobrecido (UOD), que es en lo que el uranio se convierte cuando es disparado o explotado. Es el equivalente a 1.333 camiones o vehículos que pesen 1.360 Kg. cada uno. Y en el peor de los escenarios, cabe destacar que el uranio empobrecido no puede ser eliminado, no hay tratamiento ni cura. Permanecerá y sobrevivirá a la vida de los cuerpos de los marines y de los iraquíes, porque como se puede ver, dura miles de años, quiere decir que aún después de muerta toda esta pobre gente sus cuerpos seguirán siendo potencialmente peligrosos en términos de contaminación radioactiva.
Aquí salta la pregunta: ¿Cuántas bombas de Nagasaki se requieren para igualar la radiación del 2003 en Irak?
La respuesta dada por uno de los expertos que no dió su nombre y que trabajó en analizar el caso, fue de alrededor de 250.000.
Pero no esto no acaba aquí si quieren llegar a pensar. No señores, sucede que la radiación del 2003 en Irak no fue la primera que hubo, ni que habrá porque para el periodista canadiense William Thomas esto no es ninguna primicia.
Thomas viene, desde hace años, trabajando por su parte con veteranos de la Guerra del Golfo Pérsico. Gracias a él tenemos información nunca antes divulgada:
Según la acusación del veterano Jim Brown, durante la primera guerra del Golfo se lanzó una pequeña bomba nuclear de cinco kilotones entre la ciudad iraquí de Basora y la frontera con Irán. Si fue así, se trataría de la tercera bomba nuclear usada durante una guerra, tras las de Hiroshima y Nagasaki.

Una bomba nuclear de cinco kilotones es una bomba relativamente pequeña, más pequeña de la de Hiroshima, que era de 16 kilotones y la de Nagasaki, que era de 22. Sin embargo, los efectos de la radiactividad son igualmente terribles.

¿Cómo se puede contrastar su testimonio? Se obtuvo del banco de datos online del Centro Sismológico Internacional, que en el área cerca de la ciudad de Basora en Iraq se registró un fenómeno sísmico de fuerza equivalente a cinco kilotones, que corresponden a una magnitud de 4,2 aproximadamente en la escala Richter. Esta fue la única actividad sísmica detectada durante los 43 días de Tormenta del Desierto registrada precisamente en la zona señalada por Jim Brown, entre la ciudad de Basora y la frontera con Irán. Está catalogado con el número 342793 y sucedió el 27 de febrero de 1991, justo el último día del conflicto, a las 13:39. Nueve centros sísmicos lo detectaron: 2 en Irán, 4 en Nepal, uno en Canadá, uno en Suecia y uno en Noruega. Estos dos últimos midieron incluso la intensidad de la explosión, equivalente a 4,2 aproximadamente. En cuanto a su profundidad, se clasificó en el primer nivel superficial, que va de 0 a 33 km.



Para los sismólogos, las características de este sismo no se encuadran dentro de un movimiento de tierra natural sino artificial, es decir de uno provocado por el hombre. La fuerza que se liberó en este sismo corresponde a la explosión de una bomba nuclear de pequeñas dimensiones justo como lo indicaba Brown (los expertos de instituciones encargadas en energía nuclear en Irak, así como sus físicos encontraron algo que le llamó la atención en aquellos días, el porqué de que sus contadores radioactividad registraron drásticamente elevados niveles de radiación sin haber fugas aparentes en sus equipos).
Las razones del ejército norteamericano en tirar una bomba de estas proporciones, en palabras de Brown, eran las de acabar con la guerra. Pero el desastre para la población iraquí no se detuvo y diversos acontecimientos internacionales fueron la excusa para volver a invadir el país. Hoy, las fuerzas armadas de los Estados Unidos y de los aliados no se retiran de Irak pese a las promesas destiladas de los distintos presidentes…todavía. 
Para Jim Brown, existe evidencia certera y su testimonio de que en Afganistán, entre el 1 y el 3 de marzo del 2002 hubo otra bomba nuclear lanzada sobre ese territorio que no tuvo repercusión mundial porque fue convenientemente disimulada.
Y a la hora de disimular sus acciones, gobierno de los E.E.U.U. es un especialista: el uranio empobrecido y el uranio no empobrecido, el que se usa para bombas nucleares, muestran una especie de firma radioactiva que permite confundirlos, no distinguirlos. O sea que se puede disimular la detonación de una pequeña bomba nuclear de uranio no empobrecido con el uso de uranio empobrecido en las armas. Con este material, los efectos inmediatos que se provocan en los individuos, los palacios, los vehículos imitan de alguna manera los efectos que provoca una explosión nuclear más grande, como pueden ser la desecación de los cuerpos, la destrucción inmediata de las calles, la pérdida de sangre por los ojos y la nariz. Las radiaciones que emiten estos pequeños proyectiles de uranio empobrecido se quedan para siempre, pero si estos proyectiles se usan repetidamente, como por ejemplo en las ametralladoras del avión A10, provocan un impacto fuerte de radiaciones, no sólo a través del polvo que liberan sino en las radiaciones que se propagan por la explosión de los proyectiles.

Concluida la guerra del Golfo, los EUA se embarcó en otra guerra, en la de la exYugoslavia. Esa vez el mismo presidente Clinton fue el jefe de las fuerzas aliadas en el conflicto étnico que enfrentó a serbios de Milosevic contra musulmanes, bosnios, croatas y otras minorías en la guerra de los Balcanes y el uranio empobrecido fue su brazo derecho (terminó con miles de vidas y con amplios territorios contaminados). No se puede dudar que lo hayan utilizado antes, ni tampoco después.
Son muchas las personas, demasiados los niños que han enfermado después de la “Tormenta del Desierto” en la zona de Basora. El doctor Jawad Al Ali, director del Insituto Oncológico del hospital de Basora, autor de varias investigaciones sobre la radiactividad en la ciudad ha encontrado lo siguiente:

· En 2001 la mortalidad a causa de tumores superó el número de 600 muertos anuales.
· En 1989 los muertos por tumores sólo fueron 34.
En cuanto a las fotos, el Dr Ali ha guardado las fotos de los casos más raros, como el histiocitoma fibroso maligno. Son tumores muy raros, estrictamente asociados a las radiaciones, están causados por ellas, de modo que se han documentado con fotos esos tumores.
Ali guardó fotos de niños con tumores, porque parece que los tumores han cambiado los grupos de edad en que se manifestaban, algunos tumores que antes se manifestaban en pacientes de edad avanzada ahora lo hacen en pacientes muy jóvenes, de seis años, ha habido un desplazamiento de tipos de tumores de las franjas de edad de pacientes maduros a niños de diez años. Es algo rarísimo, lo mismo que la aparición de un tumor en el aparato linfático de niños de menos de diez años.



Todo esto se disparó cuando empezó a elevarse rápidamente el número de niños iraquíes hospitalizados que presentaban síntomas como pérdida de cabello, sangramiento, vientres hinchados atribuidos a un desarreglo del hígado y de los riñones; y por el número de pacientes, la mayor parte originarios del Sur afectados por leucemias y canceres. ¿Estaban ligados a la toxicidad química y radiológica de las municiones con uranio empobrecido? Al principio, los médicos iraquíes eran extremadamente reacios frente a una hipótesis como esa. Pero la generalización de los casos y de malformaciones de nacimiento condujeron, el 13 de enero de 1995, a la representación iraquí en las Naciones Unidas a dirigir una nota al Comité Internacional de la Cruz-Roja para protestar contra el uso de estas armas. En los Estados Unidos, desde 1991, antiguos combatientes de la guerra del Golfo afirmaban que padecían fatiga, pérdida de memoria, dolores, caída de cabello, problemas intestinales y cardiacos. Según ellos, estos síntomas « eran causados por el contacto con productos contaminantes ligados a la guerra como el humo del petróleo, pesticidas, (...) y posiblemente de radiaciones provenientes de armas ». Estos males fueron llamados « síndrome de la guerra del Golfo ». El doctor James Holsinger, sub-secretario de Salud en el Veterans Affairs Department, tuvo que reconocer, en junio de 1993, que antiguos combatientes del Golfo sufrían « enfermedades desconocidas » . Un programa emitido en febrero de 1994 en la cadena NBC presentó dos casos de contaminación probable por uranio. El primero es el del sargento Daryll Clark, quien explica como su grupo se encontraba cerca de los carros de combate iraquíes cuando los A-10 los destruyeron con obuses de 30 mm. Su hija pequeña nació después de la guerra con angiomas y ausencia de tiroides que, según los médicos del ejército, podrían ser debido a la exposición del soldado al UA (uranio empobrecido). Y no fue el único caso registrado de malformaciones en recién nacidos hijos de militares estadounidenses de los cuales se tiene información desde la guerra del Golfo a la última perpetrada por el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados.




Mientras aumenta el número de casos de canceres y malformaciones en recién nacidos entre los residentes de Irak y los soldados que intervinieron en las distintas guerras queda solo esperar que nos depara el futuro y que otras noticias tendremos acerca de las potencias mundiales y sus armas misteriosas.

Publicado por Estela en 15:14

China está desarrollando un avión espacial hipersónico que hace que el transbordador espacial primitivo Read m



China está desarrollando un avión espacial que va a ir por la pista a la órbita y de vuelta abajo a velocidades supersónicas, informa la revista Popular Science . Cuando se haya completado, el avión espacial hipersónico impulsará el país asiático a la vanguardia de la industria aeroespacial - eclipsando las capacidades del transbordador espacial ahora retirado y compitiendo con la vanguardia del Skylon británica.

La Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China (CATSC) es el centro de los mejores talentos y la tecnología en el campo aeroespacial para crear la nave de  siguiente generación híbrida y naves espaciales. El avión espacial utilizará un motor de ciclo combinado que le permite despegar de una pista de aterrizaje del aeropuerto y en órbita.

El despegue horizontal estará propulsado por un motor turboventilador o turborreactor, seguido de un motor estatorreactor que impulsará el avión hacia arriba, hacia la atmósfera. A medida que la nave espacial alcanza velocidades supersónicas, entonces se cambiará a un motor scramjet que empujará a través de la porción de "espacio interior" de la atmósfera que se encuentra entre los 20 kilómetros a 100 kilómetros sobre el nivel del mar. Una vez que es a través de este medio ambiente "cerca del espacio", el avión espacial, finalmente, hará uso de sus motores de cohete a bordo de maniobra en órbita.


¡Bombas lanzadas!

TomDispatch
Resultado de imagen de ¡Bombas lanzadas!

Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García



La precisión de ellos y la nuestra

En la mañana del 11 de septiembre de 2001, al-Qaeda lanzó contra Estados Unidos su fuerza aérea de cuatro aviones. Las aeronaves llevaban sus armas de precisión: 19 secuestradores suicidas. Gracias a la resistencia de sus pasajeros, uno de los aviones se estrelló en un campo de Pennsylvania. Los otros tres dieron en el blanco elegido para cada uno de ellos –las torres gemelas del World Trade Center, en Nueva York, y el Pentágono, en la ciudad de Washington–, con el tipo de ‘precisión’ que hoy asociamos con los proyectiles guiados con rayos láser de la fuerza aérea de Estados Unidos. Desde su primera salva, por así decirlo, este conflicto ha sido una guerra aérea. Con su 75 por ciento de índice de acierto, la misión del 11-S de al-Qaeda fue un triunfo que hizo historia al alcanzar con exactitud tres de los supuestamente cuatro blancos elegidos (a pesar de que nadie sabe con certeza hacia dónde se dirigía el cuarto avión estrellado en Pennsylvania, no caben dudas de que tanto el Capitolio como la Casa Blanca eran los iconos que faltaban para completar simbólicamente el poder económico, militar y político de Estados Unidos). Como resultado de estos ataques casi 3.000 personas que no tenían la menor idea de que estaban en la mira del bombardero de un oscuro movimiento del otro lado del planeta fueron masacradas.
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Aunque osado, se trataba de un plan brutal y una atrocidad de primer orden. Casi 15 años más tarde, semejantes acciones suicidas con armas de similar ‘precisión’ (aunque sin el componente aéreo) continúan golpeando en todo el Gran Oriente Medio, África y ocasionalmente en otros sitios –desde un partido de fútbol en Irak hasta una boda en Turquía (donde el ‘arma’ puede haber sido un niño)­– con un terrible saldo de muertes.
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Las consecuencias del 11-S han sido pasmosas. Aunque la frase no tendría resonancia ni significado (salvo en los círculos militares) hasta un año y medio después, cuando comenzó la invasión de Irak por parte de Estados Unidos, el 11-S quizá sea el ejemplo más logrado de ‘pavor y sobrecogimiento’ que podamos imaginar. El ataque fue inmediatamente encapsulado por los medios en titulares de grandes caracteres del tipo “El Pearl Harbor del siglo XXI” o “Otro día de la infamia”, y las imágenes de esas torres desmoronándose en Nueva York, en lo que casi instantáneamente pasó a llamarse “Zona cero” (como si la ciudad hubiera sufrido un ataque atómico) fueron mostradas cientos y miles de veces a un mundo estupefacto. Fue algo que es muy improbable sea olvidado por quienes lo vivieron.

En Washington, el vicepresidente se refugió en un profundo búnker subterráneo; el secretario de Defensa, llamó a sus ayudantes en el dañando Pentágono y los urgió a “Marcharse todos. Recoger todo, sea importante o no” (el primer atisbo de la próxima decisión de invadir Irak y derrocar a Saddam Hussein); y el presidente, que estaba leyendo un cuento para niños, The Pet Goat, en una escuela primaria de Sarasota, Florida, mientras se producía el ataque, se subió al avión Air Force One y partió inmediatamente hacia un destino que no era Washington. Aunque bastante poco después, aparecería en la ‘Zona cero’ con un megáfono en la mano y advirtiendo de que “¡Quienes derribaron estos edificios pronto nos van a oír!”.

Pocos días después, anunció una “guerra contra el terror”. Y el 7 de octubre de 2001, cuando todavía no había pasado un mes desde los ataques, la administración Bush lanzaría su propia guerra aérea enviando desde bases en Estados Unidos bombardeos Stealth B-2 con armamento de precisión guiado satelitalmente, como también bombardeos de largo alcance B-1 y B-52 desde la base británica de la isla Diego García, en el océano Índico; suplementado todo con ataques aéreos desde dos portaviones estadounidenses y cerca de 50 misiles crucero Tomahawk disparados desde buques de guerra. Esto no fue más que el inicio de una respuesta desde el aire contra al-Qaeda (a pesar de que la parte más importante de ella estaba de hecho dirigida contra el régimen Taliban que por entonces controlaba buena parte de Afganistán). Hacia el final de diciembre de 2001, unas 17.500 bombas y otros ingenios explosivos habían caído en territorio afgano; se informó que el 57 por ciento de ellos eran armas inteligentes “guiadas con precisión”. Sin embargo, también se arrojaron bombas perfectamente ‘tontas’ y de racimo rellenas con pequeños explosivos similares a una “lata de gaseosa” que se desparramaban en una amplia zona; no todas ellas estallaban al tocar el suelo y permanecían allí para que fueran recogidas por civiles incautos.

Si de verdad usted quiere tener una idea de qué es pavor y sobrecogimiento, piense en esto: han pasado casi 15 años y la guerra aérea no ha acabado. En Afganistán, por ejemplo, solo en los primeros cuatro años de la administración Obama (2009-2012) fueron lanzados 18.000 artilugios explosivos en todo el país. Este año, los B-52 –las viejas bestias de carga de Vietnam–, que durante habían descansado una década en Afganistán, volvieron a despegar cuando aumentaron las misiones contra los combatientes del Taliban y el Estado Islámico (en adelante, el Daesh).

Esto es solo para empezar a describir la naturaleza interminable de la guerra aérea estadounidense que en estos años se ha extendido a todo el Gran Oriente Medio y zonas de África. En respuesta al parco conjunto de ataques aéreos de al-Qaeda contra blancos en Estados Unidos, Washington lanzó una campaña aérea todavía inacabada, una campaña en la que se han utilizado cientos de miles de bombas y misiles, muchos de ellos ‘de precisión’ pero algunos del tipo ‘tonto’, contra un cada vez mayor despliegue de enemigos. Casi 15 años después, las bombas y misiles estadounidenses están dando en blancos de no solo un estado sino de siete países mayoritariamente musulmanes (Afganistán, Irak, Libia, Pakistan, Somalia, Siria y Yemen).

¿Cómo evaluar la ‘precisión’ de las campañas aéreas de al-Qaeda y de Washington? He aquí algunas claves:

1. Éxito y fracaso: 

Sin una pizca de exageración, se podría decir que a un costo de entre 400.000 y 500.000 dólares, el ataque aéreo de al-Qaeda creo la Guerra Global Contra el Terror en la que Washington ya ha gastado varios millones de millones de dólares. Con una diminuta fuerza aérea de aviones secuestrados y una campaña aérea que duró una sola mañana, ese grupo ocasionó que una administración que ya soñaba con la dominación del mundo se lanzara a una guerra aérea de ámbito mundial (con un importante componente en tierra) que convertiría el Gran Oriente Medio –una región por entonces relativamente tranquila (si bien en buena parte autocrática)– en un cúmulo de conflictos, países fallidos, ciudades en ruinas y refugiados que se cuentan por millones, en el que surgen como hongos las organizaciones extremistas islámicas dedicadas a sembrar el terror. Podría decirse que esto ha sido el esplendor de Osama bin Laden. Casi nunca un poder aéreo tan pequeño (incluso tal vez de cualquier tipo) ha influido tan determinantemente con unas consecuencias tan vastas. Es posible que se trate de la utilización más exitosa del bombardeo estratégico –es decir, el poder aéreo dirigido contra la población civil y la moral de un país enemigo– en la historia.

Por el otro lado, con una pizca de exageración, podría concluirse que rara vez se ha visto una campaña aérea sin fin (que lleva casi 15 años y continúa expandiéndose al costo de unos incalculables miles de millones de dólares) y de tan escaso éxito. Póngalo de otra forma: sería posible llegar a la conclusión de que en estos años, gracias a sus bombas y misiles, Washington ha dado a luz un mundo de organizaciones terroristas islámicas.

El 11 de septiembre de 2001, al-Qaeda era una modesta fuerza cuyos militantes en Afganistán tal vez fueran unos pocos miles; además, contaba con un puñado de simpatizantes desperdigados por el mundo. Ahora, hay franquicias y grupos imitadores de al-Qaeda –que suelen prosperar– operando en una zona de va de Pakistán a Yemen, de Siria al norte de África y, por supuesto, el Daesh, ese autodenominado ‘califato’ de Abu Bakr al-Baghdadi, mantiene todavía una considerable porción de territorio de Irak y Siria mientras su ‘marca’ se ha propagado a grupos activos desde Afganistán a Libia.

En grado mínimo, la campaña aérea de Estados Unidos, que ciertamente ha eliminado a bastantes jefes terroristas, “tenientes”, “militantes” y demás en el transcurso de estos años, no ha tenido la capacidad de detener el proceso y en cambio le ha hecho más fértil el terreno. Aun así, en respuesta a al próximo atentado terrorista (como ha pasado recientemente en Libia), las bombas continúan cayendo. Se trata de un récord bastante curioso en el generalmente decepcionante historial del poder aéreo, y merecedor de ser analizado más detalladamente. 

2. ¡Bombas lanzadas!

A finales de 2015, la cantidad de bombas y misiles utilizados en Irak y Siria era tan alta que, según se informó, se redujeron las reservas. El general Mark Welsh, jefe de estado mayor de la fuerza aérea dijo: “Estamos gastando munición a un ritmo mayor que el de reposición. Los aviones B-1 han arrojado bombas en números récord... Necesitamos tener los recursos que aseguren que estamos preparados para una lucha prolongada. Esta es una necesidad crítica”.

Esta situación se trasladó a 2016 a medida que las misiones de bombardeo en Siria e Irak no hicieron otra cosa que aumentar. Incluso a pesar de que tanto Boeing, que fabrica la munición utilizada por la Dirección conjunta, como Lockheed Hellfire, que produce los misiles Hellfire (imprescindibles para la campaña de asesinatos selectivos con drones que lleva adelante Washington en todo Gran Oriente Medio y África), aumentaron significativamente la producción de esas armas, continuaron las penurias

Creció el temor de que en algún momento no hubiera suficiente munición para las guerras en curso, en parte debido al gasto que implicaba la producción de varios tipos de armas de precisión.

Los guarismos relacionados con la campaña aérea de Estados Unidos, que está en el centro mismo de la operación “Determinación Inherente”, la guerra contra el Daesh en Irak y Siria iniciada en agosto de 2014 son asombrosos. Al final de 2015, el estudioso Micah Zenko estimó (sobre la base de documentación hecha pública por el comando central de la USAF) que ese año la fuerza aérea de EEUU había lanzado 23.144 bombas y misiles en ambos países (además de otros 5.500 arrojados por los socios de coalición) en el marco de lo que Washington denomina estrategia “matarlos a todos mediante ataques aéreos” –la cual, agrega Zenko, “no está funcionando” (de hecho, algunos estudios de la “estrategia del bolo central” o “del descabezamiento”, como se la llama a veces –el intento de destruir un grupo terrorista mediante la eliminación de su jefe– indican que no ha tenido el efecto deseado).

Hasta julio de 2016, la cantidad de munición empleada cada mes se ha mantenido respecto de 2015 –casi 13.400 para EEUU y cerca de 4.000 para el resto de la coalición–. Según las cifras de Washington, Estados Unidos ha realizado 11.339 ataques en Irak y Siria desde 2014 hasta agosto de este año a un costo de 8.400 millones de dólares pagados por los contribuyentes estadounidenses.

No tiene sentido aburrir al lector con las cifras más modestas de las bombas y misiles lanzados en tantos años de guerra en Pakistán, Yemen, Somalia y Libia. Apenas un dato: la guerra aérea estadounidense en el Gran Oriente Medio y África está ahora profundamente incrustada en la vida de nuestra capital nacional. Casi todos los candidatos más importantes para ocupar este año la Oficina Oval (incluso Bernie Sanders) se manifestaron a favor de la guerra aérea contra el Daesh; ninguno de los presidenciables podría dejar en tierra los drones que continúan operando en las misiones de asesinatos selectivos supervisadas por la Casa Blanca en una importante región del planeta. En lo esencial, tanto Hillary Clinton como Donald Trump están comprometidos con la continuación de la guerra aérea de Estados Unidos en un distante futuro.

Pensemos en esto como una especie de éxito; no en ultramar sino en casa. El lanzamiento de artefactos explosivos es el estilo triunfalista de vida de Washington; poco importa qué hacen –o no hacen– esas bombas soltadas en tierras lejanas.

3. Barbarie y civilización (o la precisión de ellos y la nuestra)

Al-Qaeda fue bastante precisa en su asalto a la ‘patria’ estadounidense. Su objetivo era claramente destruir dos construcciones icónicas y matar a quienquiera que pudiese estar en su interior. Su significado manifiesto era horrorizar y provocar. En ambos aspectos, las acciones fueron un éxito que superó lo que hasta sus planificadores pudieron haber imaginado. Con perfecta exactitud, marcó a todo el mundo por su absoluta barbarie.

La ‘precisión’ táctica de al-Qaeda y de las organizaciones que le sucedieron en la península Arábiga hasta el Daesh no ha cambiado mucho con los años. Sus armas de precisión son enviadas a los centros de la vida civil, como sucedió en la reciente boda en Turquía en la que un suicida –posiblemente un niño que portaba un cinturón con explosivos– mató a 54 personas, 22 de las cuales eran menores de 14 años, para generar ira e indignación. La brutalidad de este tipo de guerra tiene como objetivo –como lo expresa el Daesh– la destrucción de la “zona gris” de nuestro mundo y la creación de un planeta donde prime aún más el concepto ‘o nosotros o ellos’. Al mismo tiempo, semejantes ataques pretenden provocar a los poderes fácticos para que reaccionen de tal manera que se cree una onda de simpatía por el Daesh en el mundo donde opera; como también por los tipos de conflicto y caos en los que esas organizaciones tienen posibilidad de prosperar en el largo plazo. Osama bin Laden entendió esto muy tempranamente; hay quienes han hecho suyos su punto de vista.

Esa, por lo tanto, es su versión del bombardeo de precisión; si esta no es una definición de la barbarie, ¿de qué se trata, entonces? Pero, ¿qué decir de nuestra aportación a la barbarie –para utilizar una palabra que muy raramente se aplica a nosotros–? Tomemos la campaña oficial de bombardeo aéreo de la administración Bush –‘pavor y sobrecogimiento’–, en vísperas de la invasión de Irak, entre el 19 y el 29 de marzo de 2003. Se trataba de poner en juego un abrumador despliegue de poder aéreo, incluyendo 50 misiones de “descabezamiento”, que tenían el propósito de eliminar a los principales líderes iraquíes. De hecho, ni siquiera fue tocado uno solo. Según Human Rights Watch, esos ataques resultaron en la muerte de “docenas de civiles”. En menos de dos semanas, se lanzarían por lo menos 8.000 bombas y misiles guiados de precisión contra Irak. Por supuesto, algunos no dieron en el blanco elegido pero mataron a civiles; algunos alcanzaron su blanco en zonas urbanas densamente pobladas o incluso en pueblos con el mismo resultado de civiles muertos. Un pequeño número de misiles Tomahawk –de 750.000 dólares cada uno– de los 700 disparados en las primeras semanas de la guerra, no impactaron en territorio iraquí y cayeron en Irán, Arabia Saudí y Turquía.

En esas primeras semanas de guerra en las que Bagdad fue capturada y la invasión fue declarada un éxito, en las operaciones aéreas estuvieron involucrados 863 aviones estadounidenses, se realizaron más de 24.000 misiones de combate y, según una estimación, murieron más de 2.700 civiles, esto es, fueron eliminados casi tantos no combatientes iraquíes como los fallecidos en las Torres Gemelas. Un estudio encontró que en los primeros seis años de lo que acabaría convirtiéndose en una guerra aérea continua en Irak el 46 por ciento de las víctimas de las incursiones aéreas estadounidenses cuyo sexo pudo determinarse eran mujeres y el 39 por ciento eran niños.

De la misma manera, en diciembre de 2003, Human Rights Watch informó de que tanto los aviones de Estados Unidos y del Reino Unido como la artillería de ambos países había utilizado “casi 13.000 bombas de racimo –con alrededor de dos millones de explosivos menores– que habían matado o herido a más de 1.000 civiles”. Y lo más probable que puede haber pasado es que en los meses y años siguientes muchos más murieran al pisar o recoger alguno de esos pequeños explosivos que todavía no habían estallado, sobre todo niños, por su curiosidad. De hecho, los aviones de Estados Unidos lanzaron bombas de racimo en Afganistán (sin duda con los mismos resultados) y, más recientemente, fueron vendidas a Arabia Saudí para su dispendiosa y sangrienta campaña aérea en Yemen.

Para tener una idea de la dimensión de aquel asalto aéreo de 2003 recuerde el lector el portaviones Abraham Lincoln fondeado frente a la costa de San Diego para que el presidente Gorge W. Bush pudiera hacer su extravagante descenso aquel 1 de mayo y, bajo una pancarta en la que se leía ‘Misión cumplida’, declarar que “las operaciones de combate más importantes en Irak han acabado” y que Estados Unidos y sus aliados se habían “impuesto” (pues no; resultó que todavía no habían acabado). Casualmente, pocos días antes ese portaviones había regresado de una permanencia en el golfo Pérsico de 10 meses, durante los cuales sus aviones habían realizado unas 16.500 misiones de combate y arrojado unas 725 toneladas de bombas. Y eso, por supuesto, era apenas una parte de la campaña aérea contra las fuerzas de Saddam Hussein.

Que el pavor y el sobrecogimiento de la administración Bush, y la invasión y la guerra aérea posteriores no fuera imprecisa y poco efectiva tanto en el corto plazo como en el largo, ahora es indiscutible. Después de todo, el poder aéreo de Estados Unidos todavía hoy está retumbando en Irak. La pregunta que surge es: ¿No debería ser evidente que una guerra aérea que se ha prolongado al menos hasta 2010, y que ha recomenzado en 2014, que ha ayudado a reducir las asediadas ciudades iraquíes en montañas de escombros y no muestra señales de acabar alguna vez, es un acto de barbarie?

Está claro que, mientras no hay una forma adecuada de hacer el recuento de todas las víctimas civiles de las guerras aéreas estadounidenses del siglo XXI, los cadáveres de los no combatientes se apilan en Irak, Afganistán y otros sitios. Esta versión de guerra prácticamente eterna, con su destrucción y sus ‘daños colaterales’ (que, en circunstancias muy difíciles, algunas organizaciones han hecho todo lo posible por documentar) debería ser la definición de ‘barbarie y terrorismo de Estado’ en un mundo en el que la compasión no existe. Que se haya comprobado que nada de esto sirve para nada en los términos empleados por los propios terroristas parece importar muy poco ciertamente.

Pongámoslo en un modo más gráfico, ¿duda alguien que el asesinato de toda una fiesta de boda kurda (llevado a cabo supuestamente por un terrorista suicida del Daesh) fue un acto de barbarie? De ser así, ¿cómo llamamos los ocho casos documentados –vastamente ignorados en este país– en los que la fuerza aérea de Estados Unidos hizo volar por los aires similares fiestas de boda en tres países (Afganistan, Irak y Yemen) entre diciembre de 2001 y el mismo mes de 2013, asesinando casi a 300 asistentes?

Por supuesto, el lector ya conoce la respuesta de esta pregunta. En nuestro mundo no hay más que una barbarie: la de ellos.

4. Las raíces religiosas de las guerras aéreas; las terroristas y las que son ‘contra el terror’

Obviamente, al mismo tiempo que había un aspecto político en la guerra aérea de al-Qaeda contra Estados Unidos, en ella también había un aspecto profundamente religioso. Esto explica por qué 19 hombres elegirían inmolarse. Por más que hablemos de yihad o fanatismo, en el centro mismo del 11-S de al-Qaeda hay un núcleo de religiosidad.

Ahora bien, ¿cómo caracterizaríamos una actividad cuyos resultados son repetidamente negativos y, aun así, un gobierno continúa comprometido en ella desde hace 15 años sin un final a la vista? Agreguemos que, en seis de los siete países que Estados Unidos ha bombardeado o atacado con misiles, sus aviones tenían control absoluto del espacio aéreo desde el primer momento, y en el séptimo (Irak) fueron necesarias solo horas, o como mucho días, para conseguirlo. En otras palabras, casi durante cada segundo de estos 15 años de guerra, los pilotos estadounidenses no arriesgaron casi nada en los cielos enemigos –o en el caso de los operadores de drones, a miles de kilómetros de su objetivo, no corrieron absolutamente ningún riesgo–. Tanto pilotos como operadores eran casi dioses en relación con quienes debían morir ahí abajo; se trataba –como lo expresó un ‘piloto’ de dron– de “aplastar bichos”.

¿Cómo, en el transcurso de esa década y media, podía esa sensación de dominio y de verse como dioses no alcanzar una intensidad religiosa, incluso si la divinidad en cuestión era de tipo imperial? Sin duda, ya que estamos, debería suponerse esta sensación no tanto en los pilotos implicados cada día en la guerra pero sí entre los generales que la planificaban y la supervisaban, y el lo jefes políticos que la ordenaban y refrendaban. Esa sensación de tener tanto poder incuestionable en sus manos debe provocar una emoción –de tipo religioso– de omnisciencia y poderío difícil de resistir aunque los resultados sean tan insatisfactorios.

Lo que es evidentemente que en la guerra aérea de Estados Unidos tenemos, como también en la de al-Qaeda, un sistema de creencias que es tan profundo que ninguna circunstancia del mundo real parece capaz de debilitar. Esta es, para decirlo de otra manera, la versión estadounidense de la yihad, que no parece mostrar signos de que termine en algún momento más o menos cercano.

La guerra de los 30 años de Washington

En solo un par de años, alguien nacido el 11 de septiembre de 2001 estará en condiciones de alistarse como piloto para luchar en una guerra aérea comenzada cuando él o ella nacían. Hay razonables probabilidades de que cuando estos conflictos se conviertan oficialmente en ‘La guerra de los 30 años’ de Estados Unidos, su hijo o hija, nacidos dentro de unos años, pudiera estar empezando la escuela secundaria. Todavía recuerdo cuando oí por primera vez esa expresión aplicada a un interminable ciclo de guerras religiosas en Europa durante el siglo XVII. Me costó muchísimo pensar en un periodo de enfrentamientos bélicos tan largo; aquello me resultaba inimaginable, por no decir primitivo, teniendo en cuenta el poder letal de las armas modernas. Bueno, mientras las frases van y vienen, uno vive y aprende.

Tal vez este 11 de septiembre haya llegado el tiempo de que por fin los estadounidenses nos centremos en nuestra guerra eterna en el Gran Oriente Medio, nuestra propia desastrosa ‘Guerra de los 15 años’. De lo contrario, las primeras explosiones de su versión ‘Treinta años’ estarán en el horizonte antes de que nos enteremos de ello en un mundo posiblemente más desestabilizado y aterrorizado del que hoy podemos imaginar.


Tom Engelhardt es cofundador del American Empire Project, autor de The United States of Fear y de una historia de la Guerra Fría, The End of Victory Culture. Forma parte del cuerpo docente del Nation Institute y es administrador de TomDispatch.com. Su libro más reciente es Shadow Government: Surveillance, Secret Wars, and a Global Security State in a Single-Superpower World.




Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y Rebelión como fuente de la misma. 

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216768

UAV turco 'ANKA': la pesadilla de los terroristas



Ingenieros turcos han hecho grandes progresos en los últimos años en la tecnología de los vehículos aéreos no tripulados. Producida con capital nacional, es vehículo aéreo no tripulado más grande de Turquía y  lleva el nombre de la leyenda del Fénix, ANKA KUSU, que significa "ave Fénix", que tiene la intención de ser la mejor UAV en el mundo por ser capaz de llegar a una altitud de 30.000 pies de altura, siendo capaz de vigilancia de 24 horas al día y capaz de llevar una carga.

Diseñado por Turkish Aerospace Industries (TAI) ingenieros y muchas empresas subcontratistas locales, el ANKA turco, ha sido desarrollado para satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas de Turquía.

Tras la finalización de la instalación y la producción, ANKA, lanzó su primero con éxito el 16 de julio de 2010.

El UAV militar tiene como objetivo ser el mejor del mundo en su categoría con su salida del hangar y el sistema de encendido del motor. Uno de los pocos vehículos aéreos no tripulados día y noche, incluso en condiciones meteorológicas adversas, incluyendo reconocimiento, vigilancia, fijo / móvil de detección de objetivos, reconocimiento, identificación y seguimiento, este UAV puede llevar a cabo tareas de inteligencia de vídeo en tiempo real.



En la actualidad, ANKA es uno de los pocos sistemas no tripulados que pueden funcionar de esta clase, y con el fin de realizar sus funciones el UAV está cargado con la cámara Electro Día Óptica (EOD), Día (EO - electro óptico) / infrarrojo (IR - infrarrojos) / Laser Range Finder (LRF -Laser Range Finder), puntero láser (LD -Laser designador), y con el radar SAR Spotter / MTI- ISR.



http://www.yenisafak.com/en/

"La Flota rusa del mar Negro puede destruir a las tropas enemigas cuando están en puerto"





El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia asegura que Turquía ha dejado de ser "la dueña del mar Negro".
Sergey MalgavkoSputnik


La Flota rusa del mar Negro debe ser capaz de destruir a las tropas enemigas incluso cuando aún se encuentran en los puertos de partida y "ha demostrado que es capaz de hacerlo", ha revelado a los periodistas este miércoles el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Valeri Guerásimov, recoge TASS.


Guerásimov ha asegurado que "vengan de donde vengan", las potenciales tropas enemigas no deben llegar a la costa de Crimea (Rusia) y la Flota del mar Negro rusa tiene todos los recursos necesarios para impedirlo, "desde las herramientas de inteligencia, que permiten detectar objetivos a distancias de hasta 500 kilómetros, hasta los medios de destrucción".


 En particular, este militar ha indicado que los marineros de su país tienen a su disposición los complejos de misiles costeros Bastión, además de los submarinos con misiles Kalibr, la aviación naval y los aviones estratégicos con misiles de crucero, entre otras armas.


Por otro lado, Valeri Guerásimov ha señalado que el equilibrio de fuerzas en el mar Negro ha cambiado de manera sustancial.

Resultado de imagen de misiles costeros Bastión,
Así, a pesar de que hace algunos años las capacidades de combate de la Marina rusa "contrastaban claramente" con las de la Marina turca, que estaba considerada "casi como la dueña del mar Negro", hoy en día "todo es diferente" y este militar asegura que la Flota rusa del mar Negro "deja una buena impresión".


El jefe del Estado Mayor de Rusia ha recordado que tres submarinos rusos armados con el sistema de misiles Kalibr ya se encuentran en el mar Negro, otro está de camino y en 2017 llegarán dos más: un total de seis "submarinos diésel" con los equipamientos "más modernos".

Asimismo, los barcos pequeños y fragatas de la Flota del mar Negro de Rusia también pueden transportan misiles.



https://actualidad.rt.com/actualidad/

Primera entrega de C295W a Brasil


Para Tecnodefesa
15 de de septiembre de, el año 2016
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(Imagen: Airbus D & S)



Airbus Defence & espacio tiene  previsto entregar el primer avión C295W (W-winglets) en la versión de SAR de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) durante el primer trimestre de 2017 según lo informado por la propia empresa.

Tres unidades de la C295W configurado especialmente para misiones de búsqueda y rescate fueron encargados en junio de 2014. Estos aviones se unirá a los otros 12 C295 unidades que operan actualmente en la FAB. De acuerdo con Airbus D & S, el primero de la nueva solicitud debería haber sido entregado a finales de 2014 y no se han dado a conocer los motivos de aplazamiento.

El C295W está equipado con un sistema (FITS totalmente Integrated Tactical System ) la tecnología, el Airbus D & S está ofreciendo también la competencia de Canadá FWSAR ( Ala fija de Búsqueda y Rescate ), cuya finalidad es la de seleccionar un reemplazo para el Hércules y DHC veteranos C-130 -5 Fuerza Aérea de Canadá Buffalo. El contrato está valorado en 3,2 millones de dólares canadienses.

Airbus D & S contrato multimillonario disputa con Alenia italiana que ofrece su extremo C-27J y Embraer Defensa y Seguridad, proponiendo el KC-390. El FWSAR ha durado 14 años y el Gobierno de Canadá anunció que el ganador se dará a conocer a finales de este año.

http://tecnodefesa.com.br/airbus-programa-primeira-entrega-de-c295w-para-o-brasil/

Cazas australianos participaron en asalto de EEUU a Ejército sirio



Un súper avispón F/A-18F de la Real Fuerza Aérea Australiana aterrizando después de un espectáculo aéreo, año 2013.



Un súper avispón F/A-18F de la Real Fuerza Aérea Australiana aterrizando después de un espectáculo aéreo, año 2013.


El Ministerio de Defensa de Australia ha confirmado que cazas de su país participaron en el mortal ataque aéreo de EE.UU. al Ejército sirio.

Según un informe publicado este domingo por la agencia noticiera australianaABC news, el Ministerio de Defensa de Australia, en un comunicado emitido este domingo, afirma que aviones de combate australianos estuvieron implicados enlos bombardeos que llevó a cabo ayer sábado la denominada coalición anti-EllL (Daesh, en árabe) encabezada por EE.UU. en Al-Tarda, en las cercanías del aeropuerto de Deir al-Zur (este de Siria).

Conforme el reporte, este ataque acabó con la vida de unos 63 soldados del Ejército sirio que en esos momentos se encontraban ejecutando una operación contra el grupo terrorista EIIL.


Aviones de combate australianos estaban entre un número de aeronaves internacionales que participaron en esta operación militar de la Coalición”, informa el Departamento de Defensa de Australia en un comunicado.

“Aviones de combate australianos estaban entre un número de aeronaves internacionales que participaron en esta operación militar de la Coalición”, informa el Departamento de Defensa de Australia en un comunicado.

“Australia nunca atacaría intencionadamente a una unidad militar siria conocida y tampoco apoyaría activamente al grupo takfirí Daesh. El Departamento de Defensa expresa sus condolencias a las familias de todo el personal sirio que resultó muerto o herido en este incidente”, añade el mensaje.

Horas antes del ataque, el Ministerio de Defensa ruso había informado de que dos aviones F-16 y otros dos А-10 de la coalición que encabeza EE.UU. habían entrado en el espacio aéreo de Siria desde la frontera con Irak.

Después de la agresión estadounidense, esta misma cartera rusa criticó a Washington y dijo que poco después de los ataques aéreos, los extremistas de Daesh lanzaron una gran ofensiva contra las fuerzas sirias haciéndolas retroceder en sus posiciones, lo que resultó en el avance de los terroristas.

No obstante, informes posteriores aseguraron que aunque los ataques causaron, al principio, el avance de los terroristas hacia las posiciones del Ejército, las tropas sirias lograron recuperar el control sobre esta zona.

Por su parte, Washington confirmó haber lanzado los ataques pero alegó que fueron producto de un simple ‘error’

El CSNU celebró la noche del sábado una reunión urgente para abordar el ataque estadounidense, tras una petición de Rusia que consideró “muy difícil de creer” que la acción estadounidense no fuera intencional.


http://www.hispantv.com/noticias/australia/

La India negociará con Rusia compra de equipamientos militares



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Una delegación militar india de alto rango viajará en los próximos días a Rusia para negociar la adquisición de equipamiento militar importante.
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En su viaje a Moscú, la delegación india discutirá la compra de algunos equipamientos militares estratégicos que destinará a su Armada, informó el miércoles la agencia rusa de noticias Sputnik citando a fuentes gubernamentales rusas.

De acuerdo con la fuente, La India desea finalizar un acuerdo para el arrendamiento de un segundo submarino nuclear ruso después de que Estados Unidos se negara a compartir la tecnología para la construcción de un portaaviones de propulsión nuclear.

Las negociaciones llevan más de un año y en julio los medios informaron que Moscú y Nueva Delhi habían conseguido avanzar significativamente para el arrendamiento del segundo sumergible proyecto 971 con opción de compra.

La India planea realizar una profunda modernización del submarino para adaptarlo a su flota y dotarlo de misiles BrahMos, un proyectil desarrollado en conjunto por ambos países.
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La delegación también prevé iniciar los trámites para la compra de una serie de portaaviones rusos. La semana pasada, Moscú ofreció oficialmente su último portaaviones nuclear ‘Shtorm’ a La India.
Resultado de imagen de portaaviones nuclear ‘Shtorm
Según fuentes oficiales La India y Rusia concluyeron dos acuerdos muy importantes la semana pasada; el primero, la construcción de 200 unidades de Kamov Ka-226 Sergei, unos pequeños helicópteros utilitarios bimotor rusos, y la segunda, el desarrollo conjunto de una quinta generación de aviones de combate (FGFA).

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El PAK FA (Sukhoi T-50) conocido en La India como FGFA (Fifth Generation Fighter Aircraft) es un avión táctico con características únicas que combinan las funciones de aviones de caza y de ataque.
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Se espera que el contrato para la construcción y el desarrollo conjunto del FGFA se firme durante la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a La India previsto para el próximo mes de octubre. El Ministerio de Defensa indio espera que el proyecto se completé en los próximos 8-10 años.

Rusia y La India desarrollan una amplia cooperación militar, más del 70 por ciento del armamento del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada indios son de fabricación soviética y rusa.

mep/ncl/msf


http://www.hispantv.com/noticias/rusia