Turquía está a punto de adjudicar a China el suministro de armas antiaéreas y antimisiles de largo alcance, para gran asombro de sus aliados de la OTAN convencidos de que tales sistemas no podrán integrarse en el engranaje de alerta temprana desplegado en territorio turco, informó hoy el diario Hurriyet Daily News.
El Gobierno ya llegó a la conclusión de que la oferta de China es tecnológicamente satisfactoria, implica suficiente nivel de traspaso de tecnologías y es mucho más barata que las soluciones de la competencia. Un funcionario del departamento militar de Turquía dijo que la decisión está pendiente de la aprobación final por parte del ministro de Defensa, Ismet Yilmaz, y el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
“Esto nos dejaría a muchos atónitos, sin duda”, comentó un alto cargo diplomático de un país de la OTAN. “Turquía tiene todo el derecho a elegir su propio sistema de defensa aérea pero no entiendo del todo qué lógica hay en la elección de un sistema chino no interoperable con los sistemas existentes de la OTAN”, agregó.
Un agregado militar de un país miembro de la OTAN advirtió desde Ankara que el despliegue de un sistema chino para la protección del espacio aéreo turco podría tener repercusiones políticas. “Sería legítimo entonces cuestionar la trayectoria geopolítica de Turquía”, señaló.
China ofrece a Turquía la coproducción de sistemas antiaéreos HG-9. Sus rivales en el concurso son los sistemas estadounidenses Patriot, los rusos S-300 y los franco-italianos Aster 30 SAMP/T.
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