Rusia parece estar trabajando en un nuevo tipo de arma antisatélite. Uno que combina satélites pequeños y armados, un pequeño cohete y un interceptor MiG-31 que se duplica como la primera etapa del sistema en general.
Esa es la sorprendente evaluación de Bart Hendrickx, a quien The Space Review describió como un "observador desde hace mucho tiempo del programa espacial ruso".
Hendrickx a fines de abril de 2020 escribió un largo análisis en The Space Review , juntando evidencia fragmentaria que incluye fotografías, contratos gubernamentales y actividades de prueba.
Su conclusión es que Rusia está desarrollando un sistema antisatélite con el nombre de proyecto Burevestnik . A diferencia de la mayoría de los otros sistemas ASAT, Burevestnik no depende de una cabeza explosiva o de energía cinética para destruir su objetivo orbital.
En cambio, el arma despliega microsatélites depredadores que maniobrarían hacia sus objetivos en órbita terrestre baja y los desactivarían.
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