Arabia Saudita comprará a EE.UU. 15.000 misiles antitanque de la compañía Raytheon por valor de 1.100 millones de dólares. Varios expertos opinan que esta compra podría estar relacionada con el apoyo prestado por Riad a los rebeldes sirios.
De acuerdo con el informe Military Balance publicado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, el número total de este tipo de misiles del que dispone Arabia Saudita ascendió este año a más de 4.000. "Es una cantidad muy grande de misiles, entre ellos los de la versión más avanzada denominada TOWS, que son misiles rastreados ópticamente y guiados por cable", indica Jeffrey White, investigador del Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente (Washington Institute for Near East Policy) y exanalista de la Agencia de Inteligencia de Defensa, y se plantea: "El problema es: ¿cuál es la amenaza?",
Esa es la pregunta más difícil de responder, según publicó el portal de 'Foreign Policy'. En caso de un posible conflicto militar con Irán, la amenaza potencial más inmediata a la que se enfrenta Riad sería en gran parte la de un combate naval y aéreo en el golfo Pérsico. Aunque en los últimos años Arabia Saudita sí ha tenido una serie de enfrentamientos sangrientos con los insurgentes en el norte de Yemen, esos grupos no tienen más que un puñado de vehículos militares. En cuanto a Irak, que representaba una amenaza para los sauditas durante los tiempos de Saddam Hussein, actualmente está demasiado ocupado con sus problemas internos.
Sin embargo, hay un aliado del país que podría necesitar desesperadamente armas antitanque: los rebeldes sirios. En el pasado, Riad compraba misiles antitanque a Croacia y los entregaba a los milicianos antigubernamentales en Siria. Charles Lister, analista de asuntos relacionados con terrorismo e insurgencia, dijo que los rebeldes también recibieron incluso misiles antitanque chinos 100 HJ-8 a través de la frontera con Jordania y realmente muchos vídeos muestran a rebeldes sirios usando este tipo de armamento contra tanques de las fuerzas de Bashar al Assad.
No obstante, los sauditas no pueden enviar misiles antitanque de fabricación estadounidense directamente a los rebeldes, ya que Washington tiene leyes estrictas que prohíben transferir armas a terceros sin la aprobación explícita del Gobierno de EE.UU., que en el caso de Arabia Saudita no ha sido concedida. Si pese a esto, Riad transfirió armas a la oposición siria "se trata de una grave violación de la ley de EE.UU.", que "indudablemente conllevaría la suspensión de los actuales acuerdos de venta de armas", según las palabras de Aram Nerguizian, investigador principal del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales.
Varios expertos, indica el portal, explican que los sauditas podrían estar enviando sus arsenales de armas antitanque comprados a otros países a Siria y al mismo tiempo estar comprando misiles procedentes de EE.UU. para rellenar sus propios depósitos. "Sugiero que con una compra de este tamaño, los sauditas trasladaron sus actuales reservas en la dirección de la oposición [siria] y las sustituyeron por nuevas municiones", dijo Charles Freeman, exembajador de EE.UU. en Arabia Saudita.
Independientemente de cómo afecte a Siria esta compra de misiles, sin duda, es parte de un programa saudita de acumulación de armas que se ha llevado a cabo durante casi una década. De 2004 a 2011, según un informe de 2012 del Servicio de Investigación del Congreso (Congressional Research Service), Arabia Saudita firmó acuerdos de transferencia de armas por valor de un total de 75.700 millones de dólares.
Cómo planean los sauditas utilizar estas armas, todavía sigue siendo un misterio, subraya 'Foreign Policy'. Y no se trata solo de los misiles antitanque, sino también de avanzados aviones de combate que Riad recientemente compró a EE.UU. por 30.000 millones dólares, señala William Hartung, director del Proyecto de Armas y Seguridad en el Centro para la Política Internacional.
"Había un activista de un grupo de presión que decía: 'Cuando uno compra armas estadounidenses, no solo está comprando el arma, sino que está comprando una relación con EE.UU.'. Creo que ese es el concepto", afirma Hartung.
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