La general María Paulina Leguizamón es abogada y hace parte de la Justicia Penal Militar.Foto: Milton Díaz / EL TIEMPO
María Paulina Leguizamón se convirtió en la primera mujer en llegar a general en esa fuerza.
“Soy de corazón camuflado. No me va a creer, pero cuando era una niña y veía un soldado, decía enseguida que quería ser como él”.
La hoy general María Paulina Leguizamón habla con elocuencia. Alza los hombros, templa la voz y agrega: “La historia de las mujeres en el Ejército no la cambié yo, cambió hace rato desde que nosotras entramos con el amor, con el patriotismo, con el sacrificio, la abnegación y la entrega a seguir construyendo esta institución”.
Esta abogada, nacida en Tocaima, que solo llega al 1,63 cm de estatura y que tiene 8 especializaciones y dos maestrías, se convirtió este jueves en la primera mujer en ser general del Ejército del país.
“Es muy grande la responsabilidad y el compromiso. Pero tengo todo el amor en el corazón, toda la fuerza en el alma de este soldado y una gratitud infinita hacia el cielo”, cuenta emocionada al reconocer que esperaba este paso desde hace 28 años, cuando entró a las FF. MM.
Este jueves, cuando el presidente Juan Manuel Santos puso la insignia en su hombro que evidenciaba su asenso a Brigadier General, 40 cadetes recién graduadas la miraban desde el campo de paradas de Escuela Militar José María Córdova.
Ellas, apenas subtenientes, fueron testigo del histórico ascenso, que ya se dio en dos ocasiones en la Policía. “La mujer es un soldado de la democracia, ha construido el civismo y el institucionalismo”, dice Leguizamón, que está casada con un teniente coronel también del Ejército y tiene dos hijas universitarias de 19 y 16 años.
Su carrera en esta fuerza la ha desarrollado en el campo administrativo y en la Justicia Penal Militar, a la que define como un “cuerpo independiente y autónomo, que entiende esas lágrimas y esa sangre que cuestan los campos de batalla”.
Actualmente es magistrada de los tribunales marciales. Allí ha afrontado casos como el escándalo por el tráfico de armas en una guarniación de Cali y ha apoyado sentencias como la de los soldados que se apoderaron de una guaca de las Farc.
La general no duda en afirmar que es una defensora del fuero militar y que tiene un hermano exmilitar y otro activo y que lo único que no le gusta que le pregunten es por su edad porque, comenta bromeando, “es una falta al honor militar”.
Santos ordena continuar ofensiva militar
El presidente Juan Manuel Santos advirtió que la Fuerza Pública no puede renunciar a la persecución de los delincuentes y de los miembros de los grupos armados ilegales, ya que se podrían poner en riesgo los acuerdos de paz que se logren con la guerrilla. “Esa firma (la de la paz) también depende de que no bajemos la guardia. El pan demasiadas veces se quema en la puerta del horno”, dijo.
REDACCIÓN JUSTICIA
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