Una nueva tecnología 'silenciosa' ha sido desarrollada para neutralizar a los más modernos portaaviones sin ningún tipo de ataque de misiles o de torpedos.
Una nueva tecnología 'silenciosa' podrían hacer que los actuales portaaviones 'insumergibles' de dimensiones monstruosas pierdan su razón de ser: la de servir de base flotante para un grupo de aviones de combate.
Analistas militares consideran casi imposible que un misil atraviese los buques de escolta de portaaviones. Destruir con 'garantías' un grupo de portaaviones es algo que solo puede hacer una ojiva nuclear, aunque para ello tendría que penetrar a través de un fuerte sistema de defensa antimisiles de buques de escolta, sugiere el rotativo ruso 'Rossiyskaya Gazeta'.
Sin embargo, lo que no podrían hacer los ataques de misil o de torpedo, sí que podrían llevarlo a cabo armas de guerra radioelectrónica. De hecho, bastaría con interferir las comunicaciones por radio entre aviones de combate y su base-portadora (portaaviones) o el sistema de identificación amigo-enemigo.
Estos novedosos sistemas de lucha electrónica serán presentados en el salón aeroespacial ruso MAKS-2015, que se celebrará entre los días 25 y 30 de agosto en la ciudad de Zhukovski, cerca de Moscú.
Cabe recordar que nuevas tecnologías de lucha radioelectrónica fueron presentadas en el MAKS hace casi 20 años, en 1997, cuando que una modesta empresa rusa llamada Aviakonversia mostró un generador de interferencias de radio que 'desconectaba' señales de sistema de posicionamiento global GPS, hecho que impresionó a algunas empresas estadounidenses, que no tardaron en adquirir algunos de estos aparatos.
Al comienzo de la invasión de Irak a manos de las fuerzas armadas de Estados Unidos y de sus aliados, en 2003, ni un solo misil de crucero estadounidense pudo impactar su blanco. Al quinto día de ataques y tras perder varias decenas de caros misiles, Estados Unidos acusó a Rusia de haber suministrado sistemas de interferencia al Ejército iraquí. Finalmente, la inteligencia estadounidense pudo localizar lugares de ubicación de estos sistemas, que pronto fueron sometidos a intensos bombardeos.
'El caso del portaaviones"
El 'talón de Aquiles' de los grupos de portaaviones son los aviones que regresan tras cumplir su misión con pilotos agotados y escaso combustible. Expertos militares creen que si en ese momento se les anulara la navegación vía satélite, los pilotos sufrirían un estrés psicológico tan fuerte que sería poco probable que lograran apontar con precisión en sus bases flotantes.
Sin embargo, el verdadero desastre ocurriría si se neutraliza el sistema de identificación amigo-enemigo, lo que podría dar lugar al derribo de aviones de combate propios, ya que los sistemas de defensa antiaérea navales con frecuencia son operados automáticamente.
Ahora bien, surge la pregunta de cómo colocar un sistema de lucha electrónica en medio de los buques de escolta de portaaviones. Los ingenieros rusos sugieren que esto no es un gran problema, aunque evitan responder a la pregunta.
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