El Gobierno estadounidense ha reconocido este jueves que, el pasado 15 de enero, mientras se atacaba uno de los 'santuarios' de Al Qaeda en Pakistán, un drone de las Fuerzas Armadas de EE.UU. mató por error a dos rehenes de la organización terrorista: el ciudadano estadounidense Warren Weinstein y el italiano Giovanni Lo Porto.
A pesar de los cientos de horas de vigilancia a las que había sido sometido el lugar, la CIAasegura que autorizó el ataque cuando creyó haber comprobado que no había civiles en el interior del edificio.
El suceso ha traído de vuelta a la luz pública la apuesta de Barack Obama por hacer con drones la guerra contra Al Qaeda, y podría olbigar al presidente estadounidense a replantearse la forma en la que está combatiendo el terrorismo en algunos puntos del planeta. El director de la Unión Americana por las Libertades Civiles, Jameel Jaffer, considera que el hecho de que el Gobierno no detectara que había rehenes dentro del edificio demuestra que es un error utilizar drones para estas operaciones: “Éstos y otros ataques recientes en los que han muerto civiles han desvelado la diferencia que existe entre los estándares que el Gobierno de EE.UU. dice usar y los que se están usando realmente”.
“Como presidente y Comandante en Jefe, asumo la responsabilidad en todas nuestras operaciones antiterroristas”, ha declarado Obama; “en nombre del Gobierno de EE.UU., ofrezco mis más sinceras disculpas a las familias”. En el caso concreto de la muerte de Weinstein y Lo Porto, Obama no autorizó expresamente el ataque, ya que en su momento permitió a la CIA llevarlos a cabo cuando lo consideraran oportuno si respondían a determinados criterios. “Es una verdad amarga y cruel que, en la oscuridad de la guerra, y en especial en nuestra lucha contra los terroristas, a veces se cometen errores con consecuencias mortales”, reconoce Obama.
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