martes, 25 de febrero de 2014

«Una escisión en el Ejército ucraniano podría significar la guerra civil


Evgueni Kurmashov es director del departamento de ProgramaciónPolítica del Instituto Gorshenin de Kiev, uno de los politólogos más reputados del país. Durante esta conversación pasa revista a los varios peligros a los que se enfrenta Ucrania en la etapa de incertidumbre que se abre

—¿Existe un peligro real de confrontación entre quienes apoyan la revuelta contra el expresidente Yanukóvich y quienes están favor del antiguo régimen?

—Arrastramos una situación desde noviembre muy tensa. La gente en la plaza de la Independencia (el Maidan) estaba ya muy cansada. Ha habido muertos; y un desenlace positivo después de tantas semanas de lucha era algo muy ansiado. La culminación llegó el viernes con el pacto alcanzado con la oposición para limitar los poderes del presidente, adelantar las elecciones y formar un Gobierno de unidad nacional. Pero el acuerdo después se vio sobrepasado rápidamente por los acontecimientos. Lo que quieren ahora es que Yanukóvich y todo su régimen desaparezca de la escena lo antes posible y que nunca más vuelva a emerger. Pero, al mismo tiempo, hay otra parte de Ucrania, en las regiones del Este y en Crimea, que no está de acuerdo con lo que está pasando. Estas circunstancias incuban un conflicto que se presenta irresoluble y que puede ser muy peligroso.

—¿No sería mejor pensar que entre ambas partes terminará habiendo un consenso una vez pasadas las actuales convulsiones?

—Sí, claro, lo malo es que siempre hay políticos dispuestos a sacar partido de estas situaciones y a jugar con las contradicciones. Va a ser inevitable que desde un lado y del otro se tire de la cuerda más de lo prudente. Lo importante es la posición de la sociedad ante los llamamientos de los incendiarios de uno y otro lado.

—¿Y cuál cree que puede ser la posición de la población en el este y el sur del país, en Donetsk y Crimea. En la parte llamada prorrusa?

—Los medios de comunicación rusos influyen mucho en el este de Ucrania y en el humor y actitudes de sus ciudadanos. Desde Moscúnunca se vio con buenos ojos la revuelta del Maidan y ahora estarán previsiblemente muy irritado. Tampoco vieron nunca con buenos ojos a la antigua oposición que hoy se ha hecho con las riendas del poder, y que defiende la integración del país en la Unión Europea y en laAlianza Atlántica. Por eso, es previsible que rechacen frontalmente cualquier poder impuesto a golpe de movilizaciones por unos partidos que miran demasiado hacia Occidente.

—¿Rusia podría llegar a intervenir ante la situación cada vez más crítica del país?

—En Crimea sí. Un escenario al estilo de Abjasia (Georgia) es posible. Es decir, los crimeanos solicitarían ayuda a Moscú en contra del poder instalado en Kiev. Rusia ya tiene tropas en Crimea, la flota del Mar Negro, y sólo bastaría aislar la península del resto de Ucrania y proceder a su anexión.

—¿Qué papel podría jugar en todo esto el Ejército ucraniano?

—Esperemos que desempeñe un papel neutral porque intervenir encierra un enorme peligro de que las fuerzas armadas se escindan. Si el argumento del depuesto Yanukóvich para invocar una posible intervención militar es su legitimidad, hay que decir que el Parlamento también es legítimo. Una escisión en el Ejército sería catastrófica, supondría una guerra civil. La decisión sobre de qué lado combatir recaería sobre el comandante en jefe de cada unidad. Se puede decir «grosso modo» que los cuarteles en el Oeste estarían con el Maidan y los del Este con Yanukóvich o con quien quiera que represente a los sectores prorrusos, pero habría excepciones en ambas partes y el resultado sería muy complejo.

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