El submarino de la armada argentina ARA Salta, en el campo de regatas. | Matías Capizzano
Hasta el Ministerio de Defensa argentino ha tenido que dar explicaciones sobre el incidente ocurrido durante una regata infantil celebrada la semana pasada en Mar del Plata (Argentina), donde un submarino irrumpió en un campo de regatas repleto de veleros de clase Optimist. Un buque sumergible de 55 metros de eslora en medio de 170 pequeñas embarcaciones de 2,3 metros gobernadas por niños de entre 12 y 15 años de edad.
Pese a que desde el ministerio aseguran que "no existió riesgo de colisión, a la vez que no se registraron daños personales ni materiales en la maniobra", la organización de la 49ª Semana Internacional del Yachting comunicó que el submarino enganchó una de las boyas que limitan el campo de regatas, obligando a suspender la prueba el pasado 6 de febrero.
"El submarino siempre navegó en superficie y a velocidad de maniobra (nunca se produjo la inmersión)", subraya el Ministerio de Defensa en un comunicado. Sin embargo, en las imágenes recogidas por varios medios de comunicación argentinos se aprecia que éste emergió al campo de regatas en mitad de la competición. Estas informaciones sostienen que la repentina aparición causó el pánico entre los jóvenes participantes.
Aunque no hubo que lamentar daños, el ministro Agustín Rossi ha ordenado al jefe del estado mayor general de la armada argentina, Gastón Erice, efectuar un informe pormenorizado de los hechos ya que se trata de un grave error de coordinación con la organización de la regata.
Y es que, según la presidenta del Club Náutico de Mar del Plata, Susana Salerno, en declaraciones a Radio Continental, el comité de regata y los árbitros internacionales "planificamos el ingreso y el regreso del puerto con la prefectura naval para cuidar a los chiquitos".
Foto: Matías Capizzano
El partido socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR) también ha pedido informes al gobierno de Cristina Fernández sobre el incidente: "Esto es una muestra clara de la impericia y la falta de ejercicios de nuestras fuerzas armadas; los submarinos deben estar en aguas abiertas, patrullando nuestras riquezas marítimas, no dando vueltas en cercanías de los puertos y poniendo en riesgo la vida de estos jóvenes deportistas entre los que se contaban participantes extranjeros".
El submarino S-31 ARA Salta, que lleva más de 40 años de servicio, se disponía a entrar en el Puerto de Mar del Plata tras efectuar una prueba de funcionamiento del sistema de propulsión y baterías.
No es la primera vez que una competición náutica se ve afectada por la presencia de submarinos. En la Vuelta a España a vela de 2007, por ejemplo, un participante "se vio perjudicado por la aparición de un submarino en medio de la flota", según el comunicado que emitió en su día la organización de la prueba. Y en 2010, en aguas de Cartagena, la flota del circuito MedCup compartió campo de regatas con el submarino Mistral de la Armada Española mientras regresaba a su base.
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