No todas las brillantes ideas de la aviación soviética se hicieron realidad. Por diversas razones, algunos diseños de aviones nunca vieron la luz o fueron cancelados poco después de su lanzamiento. Russia Beyond presenta los proyectos aeronáuticos más extraordinarios de la URSS que han sido olvidados
K-7
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El avión gigante K-7, desarrollado en la década de 1930, era el avión más grande de la Unión Soviética en aquel entonces. Con una envergadura de 53 metros y siete motores AM-34, estaba destinado a servir como bombardero en la Fuerza Aérea Soviética. También podría ser utilizado como un avión de pasajeros.
La tripulación del avión debía consistir en 12 personas, incluido un contramaestre.
Sin embargo, el primer prototipo se estrelló en 1933 y otros dos quedaron sin terminar.
Proyecto 'Zvenó'
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El proyecto soviético conocido como 'Zvenó' (eslabón de la cadena, en español) se desarrolló en la Unión Soviética desde la década de 1930 hasta el comienzo de la Gran Guerra Patriótica en 1941. La idea era utilizar un avión bombardero como portador de uno a cinco cazas, permitiendo a estos aparato el para combustible significativamente.
Después del despegue, los cazas atracaban en el propio bombardero usando unos cierres especiales. El bombardero transportaba así a los cazas a lugares más allá de su alcance normal. Tras soltarse, los aviones parásitos llegaban a cabo su misión de combate y luego regresaban a cualquier aeropuerto amigo.
El avión transportador también podía despegar con varios cazas Polikárpov I-16, cada uno de los cuales portaba a su vez dos bombas de 250 kg. El I-16 no podía despegar con esa carga por sí mismo.
A pesar de varias operaciones exitosas durante el primer período de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto 'Zvenó' no se desarrolló más. El bombardero TB-3, que se había utilizado como avión “madre”, se retiró de la producción en serie debido a que era demasiado obsoleto. El I-16 también fue reemplazado por cazas soviéticos más avanzados.
Sujói T-4
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Este bombardero estratégico de reconocimiento de alta velocidad fue desarrollado por la oficina de diseño de Sujói a finales de la década de 1960 como la respuesta soviética al bombardero estratégico americano XB-70 Valkyrie.
La "valquiria rusa" fue diseñada para destruir los grupos de ataque de portaaviones mediante el lanzamiento de dos misiles de crucero hipersónicos X-45 anti-buque (un proyecto también inacabado).
El avión tenía características excepcionales como un fuselaje hecho de titanio y acero inoxidable, y un sistema de control cuádruple redundante de vuelo por cable.
El proyecto fue cancelado debido al costo extremadamente alto (1.3 mil millones de rublos) por cada aeroplano. La industria militar soviética optó por el desarrollo del Tu-160.
Mi-30
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El convertiplano más conocido en la actualidad es el American Bell Boeing V-22 Osprey, diseñado en la década de 1980. Sin embargo, es un hecho poco conocido que la Unión Soviética trató de de crear su propio aeronave de rotores basculantes a principios de los años setenta.
Los primeros prototipos del convertiplano Mi-30 debían aparecer en 1986, pero debido a la perestroika el proyecto fue cancelado.
Se asegura que se construyeron cuatro modelos, pero mientras volaban al lugar de la demostración, tres de ellos perdieron el control y se estrellaron. Se desconoce si se debió a un error del piloto o a un diseño defectuoso.
Su-47
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Este caza fue diseñado con sus alas en forma de flecha invertida y un fuselaje hecho de materiales compuestos. La Armada soviética ordenó el desarrollo de este avión para sus propias necesidades, pero la caída de la URSS acabó con estos planes.
Sin embargo, el proyecto no murió. Fue presentado al público en 1999, y hoy en día funciona como "laboratorio volador" de la oficina de diseño de Sujói.
En muchos sentidos, el Su-47 se convirtió en la base del nuevo caza ruso de quinta generación, el Su-57.
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