"Con el presupuesto dedicado a los aviones Eurofighter EF-2000 y A-400M se podrían mantener 25 hospitales y 27.720 camas de hospital durante un año", aseguran desde el Centre Delàs d'Estudis per la Pau.
30 abril 2020
Una lectura de 5 minutos
¿Y si el dinero que se invierte en armamento fuera a parar a la sanidad pública? Es lo que proponen desde el Centre Delàs d’Estudis per la Pau –una entidad independiente de análisis de paz, seguridad, defensa y armamentismo dedicada a la investigación– y la organización International Peace Bureau –IPB–.
Esta reorientación del gasto militar de España, dicen, podría estar destinada «a dotar de recursos y medios para hacer frente a la actual crisis causada por la COVID-19». Así lo explicaron representantes de estas organizaciones en una rueda de prensa celebrada el pasado lunes con motivo del Día de Acción sobre el Gasto Militar –GDAMS, por sus siglas en inglés–.
El mismo día, 27 de abril, el Stockholm International Peace Research Institute –SIPRI– publicó nuevos datos sobre el gasto militar global correspondientes al año 2019. En ese año, la cifra se sitúa en 1,92 billones de dólares.
El gasto, concluye el informe, crece por cuarto año consecutivo y registra el mayor incremento en la última década. En España, este organismo sitúa este tipo de gasto en los 17.200 millones de euros. Una cifra que sería más alta según los cálculos del Centre Delàs –que incluyen partidas recogidas en presupuestos de otros ministerios además del de Defensa–.
Esta entidad estima que el gasto militar, por tanto, fue de 20.050 millones de euros el año pasado: el equivalente a 55 millones diarios. «Con el presupuesto dedicado a los aviones Eurofighter EF-2000 y A-400M –17.861 millones de euros en total– se podrían mantener 25 hospitales y 27.720 camas de hospital durante un año«, concretan desde esta asociación. Otro ejemplo: con el coste de un helicóptero NH-90, un programa aprobado desde 2018 con un presupuesto de 1.585 millones de euros, podrían mantenerse más de 990.700 camas de UCI.
«A raíz de esta cifra y la senda de crecimiento que está tomando, hicimos una reflexión sobre las necesidades que hay realmente en cuanto a seguridad», explica a La Marea Jordi Calvo, coordinador del Centre Delàs, vicepresidente del IPB y coordinador también de la Campaña Global sobre el Gasto Militar.
Su propuesta, sin embargo, no tiene un enfoque de seguridad militar sino de seguridad humana. Una perspectiva que tiene en cuenta la sanidad «como parte importante de la seguridad para la población –como no puede ser de otro modo, más todavía en el contexto actual–», recalca.Infografía que compara el gasto en armamento con el de servicios y equipamiento sanitario. Fuente: Centre Delàs d’Estudis per la Pau
Las pandemias como amenaza real por encima de las de carácter militar
«¿Qué se ha hecho para prepararnos frente a una pandemia?», se pregunta Calvo. «Por lo que hemos visto, poco, sobre todo en cuanto a la capacidad de respuesta en el ámbito sanitario», añade enseguida el coordinador del Centre Delàs. Y, en este sentido, compara estas circunstancias con la preparación para amenazas de carácter militar que sí existe: «España, como otros países, se ha preparado para, por ejemplo, operaciones militares, bien por inercia, bien por análisis interesados».
Esto, continúa, «nos ha llevado a tener muchos recursos en stand by, no utilizados, que sirven para responder a amenazas de carácter militar que no existen ni existirán, al contrario que las pandemias, el cambio climático u otras cuestiones que ocurren en nuestro contexto más cercano«.
Calvo se refiere así a las armas que el Estado compra y que «no se utilizan para nada». «Los PEA –Programas Especiales de Armamento– enriquecen a la industria militar pero no consiguen responder a las necesidades de seguridad que requerimos en este país», concluye Calvo. El Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado siete PEA desde el segundo semestre de 2018 con el consecuente gasto de más de 13 mil millones de euros, según datos del Centre Delàs.
Además, señalan desde esta organización, se contempla un nuevo techo de gasto para los programas del avión de combate Eurofighter, el submarino S-80 y para la adquisición de 5 fragatas F-110, 348 vehículos de combate sobre ruedas (VCR) y 23 helicópteros NH-90. Desde el Centre Delàs recalcan que estas partidas para nuevas compras y para mejoras de modelos adquiridos anteriormente pero ya obsoletos, sitúan el coste total de los PEA por encima de los 42 mil millones de euros desde que se iniciaron en 1997.
Beneficios para unos pocos
Desde el Centre Delàs insisten en la idea que apuntaba su coordinador y observan con preocupación el aumento del gasto militar. «Este crecimiento de los presupuestos militares y el aumento sostenido de las transferencias de armas dan impulso a una ya consolidada carrera armamentista que solo beneficia a unos pocos», apuntan en un comunicado a raíz del Día Global de Acción sobre el Gasto Militar que tuvo lugar este lunes.
Y añaden: «Nos muestra cómo de efectiva ha sido la presión de organizaciones militares como la OTAN –cuyos estados miembro suman 1,03 billones de dólares, el 54% del gasto militar mundial– al demandar fuertes incrementos en los presupuestos militares».
Desde esta organización se muestran críticos ante «la respuesta militarizada a la presente crisis sanitaria y el coste de oportunidad que supone» y apuntan a que el mismo trabajo que está haciendo la UME o el ejército podría hacerlo personal civil.
Este artículo se publica gracias a miles de personas como tú.
Lamarea.com está editada por una cooperativa que rechaza los anuncios del Ibex35, la publicidad que cosifica a las mujeres y los publirreportajes encubiertos.
Desde 2012 apostamos por el periodismo de investigación, los análisis y la cultura. Y sobre todo apostamos por ti, por informar sobre los temas que te preocupan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario