Por Cristina Suárez
Martes 22 de noviembre de 2016, 12:00h
Chernóbil sigue escociendo en muchas heridas. Hace 30 años tuvo lugar uno de los accidentes medioambientales más graves de la historia de nuestro planeta y aún hay zonas en las que pisar su suelo y respirar su aire pueden hacer detonar graves problemas de salud. De hecho, la central al norte de Ucrania sigue cercada en 30 kilómetros a la redonda.
Con la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor 4, que cuesta 1.500 millones de euros y garantiza la protección contra radiaciones nucleares durante los próximos 100 años, algunas iniciativas -muchas de ellas fallidas- han salido a la luz para revivir este lugar que quedó perdido desde que su reactor explotó en 1986 e inundó con una nube radiactiva a media Europa.
Dos compañías chinas, GCL System Integration Technology (GCL-SI) y China National Complete Engineering Corp (CCEC), han acordado con Ucrania construir una gran planta solar en la zona de exclusión de la central. El gobierno ucraniano, que pretende aprobar una ley para que otras compañías exploten la zona con agricultura y energía solar limpia, asegura que Chernóbil estará completamente limpio de partículas radiactivas en el próximo año.
Según Reuters, la construcción de la granja solar comenzará en el próximo año una vez que el sarcófago del reactor 4 esté completado. Los ingenieros de GCL-SI ya han estado recorriendo la zona para analizar el terreno y determinar cuál es el lugar más propicio.
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