AL MENOS 37 MUERTOS POR DISPAROS DE COHETES Y BOMBARDEOS EN EL NORTE DE SIRIA. EFE
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, confirmó que las tropas progubernamentales han ocupado la carretera de Castelo, después de haber avanzado por el área de las Granjas de Al Malah y de haber cortado prácticamente el tráfico por esta ruta hace unos diez días.
Desde entonces las fuerzas del régimen tenían a su alcance con armas ligeras y medianas la zona, la cual ha sido bombardeada intensamente por la aviación siria y rusa, que apoya al Ejército del presidente sirio, Bachar al Asad.
Los rebeldes habían lanzado una contraofensiva para evitar que las autoridades se hicieran con el control de dicha carretera, por la cual no sólo llegan los suministros a los barrios orientales de Alepo, sino que por ella son evacuados los heridos más graves que necesitan recibir tratamiento fuera de la urbe.
Según el Observatorio, los rebeldes todavía pueden salir y entrar de Alepo por pistas de tierra, pero el tránsito por estos caminos es muy peligroso debido a los combates entre los dos bandos, que han proseguido en torno a la estratégica carretera, así como en los barrios de Al Jalidiya y Beni Zaid, al norte de la ciudad.
Mamún al Jatib, dijo que las fuerzas del régimen aún no están desplegadas en el camino de Castelo pero se han acercado mucho y está al alcance de sus disparos.
Al Jatib explicó que el bloqueo de la carretera agravará la situación humanitaria en los barrios dominados por los insurgentes, donde actualmente ya escasean los alimentos básicos.
“La situación es catastrófica. No existen los requisitos mínimos para sobrevivir. No hay fruta, ni leche, ni harina”, detalló el activista desde el interior de la ciudad.
Asimismo, destacó que en esos barrios faltan medicamentos y las instalaciones médicas necesarias para tratar a los heridos graves, víctimas de los bombardeos diarios de la aviación siria y rusa sobre Alepo.
“Con el cierre de la carretera de Castelo, ni siquiera será posible trasladar a los heridos graves a los hospitales turcos”, al otro lado de la frontera, añadió Al Jatib.
La carretera de Castelo es un tramo de autopista de unos seis kilómetros de longitud, ubicado en la circunvalación de Alepo a su paso por el norte de la ciudad; une sus barrios septentrionales y orientales con el resto de la provincia homónima en manos de los insurgentes y los conecta con la frontera sirio-turca.
Con el control de Castelo, las fuerzas del régimen pueden interrumpir el tránsito de bienes y personas desde y hacia la mitad oriental de Alepo, donde residen entre 200.000 y 300.000 personas, e imponer así un cerco en torno a los barrios rebeldes.
El coordinador de la ONU del acceso humanitario para el conflicto en Siria, Jan Egeland, aseguró que el este de Alepo podría convertirse en el área sitiada más grande del país, donde las fuerzas gubernamentales también cercan otras poblaciones e impiden el acceso de bienes de primera necesidad y la salida de heridos.
Mientras, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Husein, expresó su preocupación por los civiles atrapados en las partes de Alepo controladas por la oposición, a medida que se intensifica la violencia, escasean los alimentos, el agua y medicamentos.AL MENOS 37 MUERTOS POR DISPAROS DE COHETES Y BOMBARDEOS EN EL NORTE DE SIRIA. EFE
AL MENOS 37 MUERTOS POR DISPAROS DE COHETES Y BOMBARDEOS EN EL NORTE DE SIRIA. EFE
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, confirmó que las tropas progubernamentales han ocupado la carretera de Castelo, después de haber avanzado por el área de las Granjas de Al Malah y de haber cortado prácticamente el tráfico por esta ruta hace unos diez días.
Desde entonces las fuerzas del régimen tenían a su alcance con armas ligeras y medianas la zona, la cual ha sido bombardeada intensamente por la aviación siria y rusa, que apoya al Ejército del presidente sirio, Bachar al Asad.
Los rebeldes habían lanzado una contraofensiva para evitar que las autoridades se hicieran con el control de dicha carretera, por la cual no sólo llegan los suministros a los barrios orientales de Alepo, sino que por ella son evacuados los heridos más graves que necesitan recibir tratamiento fuera de la urbe.
Según el Observatorio, los rebeldes todavía pueden salir y entrar de Alepo por pistas de tierra, pero el tránsito por estos caminos es muy peligroso debido a los combates entre los dos bandos, que han proseguido en torno a la estratégica carretera, así como en los barrios de Al Jalidiya y Beni Zaid, al norte de la ciudad.
Mamún al Jatib, dijo que las fuerzas del régimen aún no están desplegadas en el camino de Castelo pero se han acercado mucho y está al alcance de sus disparos.
Al Jatib explicó que el bloqueo de la carretera agravará la situación humanitaria en los barrios dominados por los insurgentes, donde actualmente ya escasean los alimentos básicos.
“La situación es catastrófica. No existen los requisitos mínimos para sobrevivir. No hay fruta, ni leche, ni harina”, detalló el activista desde el interior de la ciudad.
Asimismo, destacó que en esos barrios faltan medicamentos y las instalaciones médicas necesarias para tratar a los heridos graves, víctimas de los bombardeos diarios de la aviación siria y rusa sobre Alepo.
“Con el cierre de la carretera de Castelo, ni siquiera será posible trasladar a los heridos graves a los hospitales turcos”, al otro lado de la frontera, añadió Al Jatib.
La carretera de Castelo es un tramo de autopista de unos seis kilómetros de longitud, ubicado en la circunvalación de Alepo a su paso por el norte de la ciudad; une sus barrios septentrionales y orientales con el resto de la provincia homónima en manos de los insurgentes y los conecta con la frontera sirio-turca.
Con el control de Castelo, las fuerzas del régimen pueden interrumpir el tránsito de bienes y personas desde y hacia la mitad oriental de Alepo, donde residen entre 200.000 y 300.000 personas, e imponer así un cerco en torno a los barrios rebeldes.
El coordinador de la ONU del acceso humanitario para el conflicto en Siria, Jan Egeland, aseguró que el este de Alepo podría convertirse en el área sitiada más grande del país, donde las fuerzas gubernamentales también cercan otras poblaciones e impiden el acceso de bienes de primera necesidad y la salida de heridos.
Mientras, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Husein, expresó su preocupación por los civiles atrapados en las partes de Alepo controladas por la oposición, a medida que se intensifica la violencia, escasean los alimentos, el agua y medicamentos.
Redacción: EFE
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