28 de agosto, 2014 — La Misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS) ha iniciado ya la investigación en torno al derribo de uno de sus helicópteros en ese país, lo que considera como un ataque a la Organización mundial.
Así lo explicó este jueves el jefe en funciones de esa Misión, Toby Lanzer, durante una conferencia de prensa en la capital, Juba.
”Estamos tratando esto como una acción hostil contra Naciones Unidas. Los helicópteros vuelan, no caen del cielo”, señaló Lanzer.
Precisó que ya se está analizando la caja negra del aparato, las grabaciones de voz y los datos del panel de control, y enfatizó que la investigación avanza con rapidez para determinar qué ocurrió.
Los restos mortales de tres tripulantes rusos que perecieron en el suceso y el que sobrevivió, también ruso, llegaron este jueves a Juba y próximamente se organizará un servicio fúnebre en homenaje a las víctimas.
El helicóptero fue derribado el pasado 26 de agosto cerca de la localidad de Bentiu, en el estado de Unity, cuando realizaba un vuelo de carga. Lanzer señaló que tanto fuerzas gubernamentales como de oposición han sido vistas con anterioridad en la zona donde ocurrió el siniestro y confió en que la investigación permita determinar quien perpetró ese ataque.
El jefe en funciones de la UNMISS señaló que esta tragedia ha tenido un efecto inmediato en las operaciones humanitarias y de paz en el estado de Unity, pues se han suspendido de momento los vuelos en esa zona.
En la localidad de Bentiu, a la que sólo puede llegarse por vía áerea en estos momentos, se calcula que hay unas 47.000 personas sobreviviendo en condiciones muy precarias en instalaciones protegidas por la UNMISS.
“La magnitud de las necesidades en Bentiu es tan grande que necesitamos comenzar a volar allí lo antes posible”, afirmó Lanzer y agregó que, no obstante, la seguridad del personal y del equipamiento de la ONU es algo prioritario.
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