domingo, 11 de agosto de 2013

Fuerzas Armadas, petróleo y chauvinismo



La patriotería chilena es enfermedad transversal. Cubre de extremo a extremo el espectro político y de cúpula a base de la pirámide social. Es posible que así ocurra en otras repúblicas, pero escribo de lo que conozco. En video http://youtu.be/Qrhc8JCoqO0 que cubre de 1970 al 2010 es posible escuchar, muy enfático, al Presidente Allende sobre la condición excepcional de los uniformados del país. Serían eminentemente profesionales, jamás intervienen en política… (sic). Añade el ex mandatario “no son como los militares de otros países de Latinoamérica”. Le faltó decir que “los otros” eran golpistas y gorilas… Nuestros institutos castrenses, en cambio, eran distintos. Esta manifestación del particularismo chilensis queda desmentido el 11 de septiembre de 1973..

En otra esfera, nuestra economía padece déficit energético. La nafta está ahora disparada a casi US$2.por litro. Hubo antiargentinismo frenético cuando Buenos Aires dispuso el cesó del flujo de combustible. Por otro lado, Bolivia -república fronteriza- es un emporio de recursos energéticos. No obstante, canje de “¡Mar por petróleo, gas y agua!” no se acepta. Es estimado insolencia al orgullo patrio. Se opta por importar al menos los dos primeros productos de Indonesia y del Golfo de México. Ignoro si hay intentos de integración en esta esfera con Perú.

Traer el flujo eléctrico derivado de centrales asentadas sobre ríos patagónicos a través de cables argentinos hasta el centro del país se observa con desconfianza. Se escucha, “los trasandinos no son de fiar”. La incompetencia de negociar de La Moneda es manifiesta. Nadie promociona la complementariedad.

En el 2007 -durante una cumbre- el Presidente Chávez ofrece petróleo -40% más barato que el precio de mercado. El precio del litro queda a alredor de US$0.10.-. SE opone a tal oferta el canciller Foxley y es refrendada por la Presidenta Bachelet. Textualmente se expresa “no aceptamos que desde fuera nos digan lo que debemos hacer”, “no toleramos que nadie desde el exterior intervenga en nuestros asuntos”, “los chilenos resolveremos el problema (energético) entre chilenos”. Instrucciones de Washington o Londres se acatan. Sugerencia de Caracas se rechazan. Esto es complejo de superioridad respecto a las repúblicas de nuestra América y complejo de inferioridad respecto a los centros mundiales de poder. En suma, chauvinismo puro, duro y maduro.

N. de la R.
El autor, profesor Pedro Godoy P., es miembro del Centro de Estudios Chilenos CEDECH.


No hay comentarios:

Publicar un comentario