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SEÚL, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Corea del Sur ha expresado este lunes su confianza en que Corea del Norte reabra las líneas militares comunes de cara a la reunión gubernamental que se celebrará entre el miércoles y el jueves en Seúl para abordar varios temas de interés bilateral.
"Dado que la delegación norcoreana estará protegida por las fuerzas surcoreanas, las dos Coreas necesitarán usar las líneas militares, por lo que se espera que sean reabiertas", ha dicho el portavoz del Ministerio de Defensa de Corea del Sur, Kim Min Seok, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Yonhap.
Las líneas militares discurren por las costas oriental y occidental de Corea del Norte y son usadas por funcionarios de ambos países, sobre todo, para garantizar el control de la zona fronteriza, una de las más fortificadas del mundo.
Pyongyang cortó las líneas militares de su costa oriental en 2011, después de que Seúl suspendiera las visitas turísticas al Monte Kumgang, y las de la costa occidental el pasado mes de marzo, tras declarar el "estado de guerra" en la península coreana.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur anunció ayer que, en lugar de la reunión ministerial que se había anunciado para el próximo miércoles, se celebrará una reunión entre "autoridades responsables" de los gobiernos de las dos Coreas durante dos días.
Fuentes surcoreanas han revelado que la desnuclearización de la península coreana podría estar en la agenda de la reunión gubernamental, dado que Seúl ha planteado este tema en los encuentros bilaterales que se celebraron entre 2000 y 2011.
Además, se sabe que el Sur pretende abordar el cierre del complejo industrial de Kaesong, el reencuentro de las familias separadas por la guerra (1950-1953) y las visitas turísticas al Monte Kumgang y que el Norte quiere hablar sobre la celebración conjunta de un acto para conmemorar el aniversario de la histórica cumbre coreana del año 2000.
En el ámbito logístico, los miembros de la delegación norcoreana cruzarán la frontera común a través de la carretera intercoreana conocida como Gyeonggui, y se desplazarán hasta Seúl usando los coches proporcionados por el Gobierno de Park Geun Hye, escoltados por uniformados surcoreanos.
La cita ha sido acordada tras la reunión maratoniana de 17 horas, con un solo receso de 45 minutos, que se celebró el pasado domingo entre una delegación surcoreana y otra norcoreana en La Casa de la Libertad, ubicada en la localidad fronteriza de Panmunjon, en el primer encuentro intercoreano desde 2011.
INICIATIVA NORCOREANA
La reunión de trabajo en Panmunjon y la gubernamental de esta semana han sido posibles por la oferta que el Comité para la Unificación Pacífica de Corea formuló el pasado jueves y que el Ministerio de Unificación aceptó apenas 24 horas después.
Pyongyang propuso "conversaciones entre las autoridades del Norte y del Sur" para normalizar las operaciones en Kaesong y condicionó a la aceptación de Seúl la inclusión del reencuentro de las familias coreanas y la reanudación de los circuitos turísticos en el Monte Kumgang.
Desde el cierre de Kaesong, Corea del Norte se había ofrecido a mantener reuniones con representantes de los empresarios surcoreanos para solucionar cuestiones pendientes, como las materias primas y los productos acabados que siguen en el complejo industrial.
Seúl había rechazado estas reuniones, al considerar que la sociedad civil no está autorizada para tomar decisiones sobre Kaesong, y había ofrecido en varias ocasiones a Pyongyang abrir un diálogo gubernamental para abordar este tema.
MARCHA ATRÁS
Se trata del tercer acto de distensión que el régimen comunista lleva a cabo desde el agravamiento de la crisis bilateral, que comenzó en 2012, con los lanzamientos de misiles de largo alcance de abril y diciembre, y alcanzó su punto álgido en 2013 con la prueba nuclear de febrero y los lanzamientos de misiles de corto alcance de mayo.
Anteriormente, el enviado especial de Corea del Norte a China, Choe Ryong Hae, anunció la disposición de su Gobierno a reanudar las conversaciones a seis bandas sobre la desnuclearización de la península coreana.
El Gobierno de Kim Jong Un también accedió, sorpresivamente, a retirar las plataformas de lanzamiento de cohetes de largo y corto alcance ubicadas en su costa oriental.
En medio de la escalada de tensión del último año, Corea del Norte declaró el "estado de guerra" en la península coreana, amenazó con atacar objetivos surcoreanos y las bases militares que Estados Unidos posee en Guam, Hawai y Japón y anuló los acuerdos emanados de las conversaciones a seis bandas.
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