Varias tripulaciones de carros de combate ‘Leopardo 2E’ y de vehículos de combate ‘Pizarro Fase II’ de la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, con base en Cerro Muriano y que están ahora desplegadas en Letonia en el marco de una misión internacional de la OTAN, se han impuesto en una competición de tiro a los carros y vehículos de combate de otros tres países.
Así lo ha destacado el Ejército de Tierra, en la edición de mayo de ‘Tierra Digital’, consultada por Europa Press, señalando que “no hay mayor premio que el reconocimiento y el prestigio que se consiguen tras demostrar las capacidades de combate y la alta cualificación a los compañeros de misión”. Lo saben bien las tripulaciones españolas que se impusieron al resto de contingentes en la competición de tiro ‘Iron Spear’ que se ha disputado en la base de Adazi, en Letonia.
Esta edición ha resultado algo más descafeinada que las tres anteriores debido a la crisis del coronavirus, que impidió que se desplazasen los componentes de los otros batallones multinacionales que participan en la misión ‘Presencia Avanzada Reforzada’, desplegados en Lituania, Polonia y Estonia.
Pero eso no resta mérito a la actuación española, que “ha dejado patente la seriedad de sus procedimientos y su profesionalidad”, pues, según ha asegurado teniente De la Puerta, jefe del vehículo ‘Pizarro’ ganador, el contingente español “ha dado muy buena imagen”.
Su victoria llegó cuando parecía que todo se les ponía en contra. En primer lugar, unos días antes de la competición sufrieron la baja de su tirador orgánico, por una lesión en la mano. Luego, instantes antes de iniciar su participación, su vehículo tuvo un problema, y lo solucionaron ‘in extremis’.
A pesar de ello, el teniente mantenía intactas sus esperanzas de hacer un buen papel, aunque sabía que los rivales eran fuertes: los otros tres ‘Pizarro’ españoles, todos del Regimiento de Infantería ‘La Reina’ número 2, junto a dos ‘LAV’ y dos ‘Coyote’ canadienses, dos ‘BMP’ eslovacos y cuatro ‘Cimitar’ letones.
Su punto fuerte fue “la rapidez entre un objetivo y otro”, algo en lo que también tuvo mucho que ver su tirador de circunstancias, el soldado Reyes, que, según ha señalado el teniente, “en la torre se siente cómodo, y la puntería es algo innato en él”, lo que permitió la victoria de esta tripulación, a la que se sumó también un cuarto puesto español.
El día de los carros fue aún mejor, ya que los cuatro primeros clasificados fueron los componentes de la sección del Regimiento ‘Córdoba’ número 10, y el del sargento Rojano consiguió imponerse a los demás por apenas un segundo. El triunfo fue como poner un broche de oro al sueño cumplido que ha supuesto para toda su tripulación, unida desde 2015, el poder ir a Letonia.
A priori sus rivales, los polacos, contaban con una ventaja: su carro, el ‘PT-91’, es de carga automática, a diferencia de los ‘Leopardo 2E’ de la BRI X, que son de carga manual. Así que el reto era intentar ser más rápido que la máquina y arañar algún segundo de ahí.
El soldado Herrador, el cargador del carro ganador, lo logró con solo “tenerlo todo muy bien ordenado dentro del puesto e intentar cargar lo más rápido posible”, como hace siempre. La actuación de todos ellos ha servido para demostrar que en España “se hacen las cosas bien”, que para ellos era lo más importante desde el principio.
La competición desarrollada consiste en un ejercicio que se lleva a cabo con un solo vehículo cada vez. El objetivo es hacer impacto en diez blancos que se elevan o bajan por control remoto. El vehículo ocupa tres posiciones de tiro diferentes, en un itinerario de 500 metros que se tiene que recorrer desde la primera posición a la tercera.
Entre la segunda y la tercera también se debe hacer fuego con el vehículo propio en movimiento. Se valora la cantidad de blancos impactados, el tiempo transcurrido entre que aparece cada grupo de blancos y en el que todos ellos son abatidos, además de la priorización de los mismos y la comunicación por parte del jefe del parte de enfrentamiento.
Contar con blancos abatibles en esta edición del ‘Iron Spear’ ha sido posible gracias al ingenio español. El campo de tiro de la base no dispone de este tipo de blancos, aunque en otras ocasiones los habían prestado los estadounidenses, que esta vez no han podido participar. Por eso, al jefe del contingente, el teniente coronel Hermoso, se le ocurrió la idea de fabricar unos con lo que pudiesen encontrar en el mercado local.
Así, con el control remoto de apertura de un garaje y un torno, y con el trabajo de los especialistas en electrónica y en chapa, se consiguió fabricar unos que cumplieron perfectamente la función y permitieron medir
el tiempo de reacción de la tripulación, aspecto este que finalmente marcó la diferencia.
Por ejemplo, los tres carros españoles que quedaron primeros, todos hicieron blanco al primer impacto, todos designaron la prioridad de blancos correctamente y solo se diferenciaron en un segundo entre el primero y el segundo, y un segundo entre el segundo y el tercer. Esto no se hubiera podido medir con unos blancos fijos.
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