Las cifras del gasto militar mundial por regiones (1988-2019)Fuente: SIPRI
Cada minuto que pasa se gastan en el mundo 4 millones de dólares con fines militares. Eso indican los últimos estimados del SIPRI (el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación sobre la Paz, siglas en inglés). En 2019, el gasto militar mundial casi llegó a 2 000 millardos de dólares [1], el nivel más alto desde 1988, calculado teniendo en cuenta la inflación. Eso significa que hoy en día se gasta en armamento, en ejércitos y en guerras mucho más dinero del que se gastó en la última fase del enfrentamiento entre Estados Unidos y la URSS y sus alianzas respectivas.
El gasto militar mundial está en plena aceleración: en un solo año ha aumentado en un 3,6% en términos reales. Su locomotora es el gasto militar de Estados Unidos, que –con un incremento de 5,3% en un año– se elevó en 2019 a 730 000 millones de dólares. Esa cifra corresponde al presupuesto del Pentágono e incluye sus operaciones de guerra.
A ella se agregan otros rubros de carácter militar. El Departamento de Veteranos, que se ocupa de los militares en situación de retiro, dispone de un presupuesto anual de 217 000 millones de dólares, en constante aumento. La comunidad de inteligencia de Estados Unidos, que se compone de 17 agencias, declara un presupuesto superior a los 80 000 millones anuales, que es sólo la parte visible del iceberg del gasto estadounidense en operaciones secretas. El Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security o DHS) gasta anualmente más de 70 000 millones de dólares. El Departamento de Energía dedica cada año unos 24 000 millones de dólares al mantenimiento y modernización del armamento nuclear de Estados Unidos.
Si tomamos en cuenta todas esas asignaciones, y otras que no hemos mencionado, el gasto militar real de Estados Unidos ya sobrepasa los 1 000 millardos de dólares al año. El gasto militar de la OTAN, estimado por el SIPRI en 1 035 millardos para el año 2019, es en realidad muy superior a esa cifra.
El gasto militar de Rusia –65 000 millones en 2019– es 11 veces inferior al de Estados Unidos y 16 veces inferior al de la OTAN. El gasto militar de China está estimado por el SIPRI en 261 000 millones, alrededor de un tercio del de Estados Unidos, aunque la cifra oficial proporcionada por Pekín es de unos 180 000 millones.
Entre los países europeos miembros de la OTAN, los que más fondos dedican al gasto militar son Francia, Alemania y el Reino Unido con unos 50 000 millones cada uno.
El gasto militar de Italia, hoy en el lugar número 12 a nivel mundial, está estimado por el SIPRI en 26 800 millones de dólares en 2019. Así se confirma que el gasto militar de Italia, que durante el primer trimestre de 2020 aumentó en más de 6% en relación con 2019, sobrepasa los 26 000 millones de euros anuales, lo cual representa un gasto promedio de 100 millones de euros diarios.
Estados Unidos –según anunció el secretario de Estado Mike Pompeo– pidió a sus aliados de la OTAN asignar 400 millardos de dólares más para incrementar el gasto militar de la OTAN. En el marco de esta alianza militar bajo las órdenes de Estados Unidos, Italia está atada a mecanismos automáticos de gasto.
Por ejemplo, Italia es parte de la «Land Battle Decisive Munitions Initiative» para la compra de municiones cada vez más sofisticadas y costosas –misiles, cohetes, proyectiles de artillería– para las fuerzas terrestres. Junto con Estados Unidos, Francia y Reino Unido, Italia es parte del grupo de países que –en virtud de un acuerdo firmado en febrero pasado– proporcionarán con sus satélites «capacidades espaciales» a la OTAN en una amplia gama de actividades. Italia entra así completamente en el nuevo programa militar espacial de la OTAN, trazado por el Pentágono y por muy restringidos círculos militares europeos con las más grandes industrias aeroespaciales, tras los pasos del nuevo Comando Espacial creado por Estados Unidos para «defender los intereses estadounidenses vitales en el espacio, próximo campo de batalla de la guerra».
Todo eso exige más gastos militares, con dinero del contribuyente, precisamente cuando se necesitan enormes recursos para enfrentar las consecuencias socio-económicas de la crisis del coronavirus, principalmente el aumento del desempleo.
Pero hay una “empresa” que sí está reclutando. El 29 de abril, la OTAN abrió «un programa innovador para contratar jóvenes profesionales», a los que promete «un salario competitivo» y posibilidades de carrera como «futuros líderes e influencers».
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