Si usted lanza un dardo sobre un mapa del mundo sin golpear el agua, lo más probable es que las Fuerzas estadounidenses hayan estado allí alguna vez en 2015.
Según un portavoz del Comando de Operaciones Especiales (SOCOM, según sus sigla en inglés), las Fuerzas de Operaciones Especiales (SOF, en inglés) se desplegaron en 2015 en 147 de las 195 naciones reconocidas en el mundo, con un aumento de 80 % desde 2010. “El crecimiento global de las misiones de las SOF ha sido impresionante”, escribió Nick Turse.
Como dijo el comandante general de SOCOM Joseph Votel ante la audiencia del Aspen Security Forum en julio de 2015, se despliegan más tropas SOF a más ubicaciones para conducir más operaciones que en lo más álgido de las guerras de Afganistán e Iraq. En palabras de Turse, “cada día, en alrededor de 80 o más países el Comando de Operaciones Especiales emprende misiones sin nombre sobre las que rehúsa comentar”.
En dólares constantes, el presupuesto de SOCOM más que se ha triplicado en 2014 respecto a 2001, al alcanzar a tres mil millones de dólares. En 2015, el financiamiento de SOCOM había subido a casi diez mil millones dólares. Turse observó que estos fondos no incluyen el financiamiento adicional de las ramas militares específicas, que SOCOM estima que ascienden a otros ocho mil millones dólares anuales, ni otras sumas sin revelar que no estaban disponibles en la Oficina Gubernamental de Transparencia. “Cada día –escribió Turse–, mayores tropas de élite de Estados Unidos de América están realizando misiones en 80 a 90 naciones”.
La mayoría de éstas son misiones de entrenamiento “diseñadas para la tutoría del poder y la forja de lazos más fuertes con los aliados”. Las misiones de entrenamiento se centran sobre todo en puntería de rifle, desplazamiento básico por tierra de pequeñas unidades tácticas y operaciones de contraterrorismo. Por ejemplo, en 2012-2014 las Fuerzas de Operaciones Especiales llevaron a cabo 500 misiones de Intercambio de Entrenamiento Combinado (JCET, en inglés) en 67 países cada año.
Oficialmente, las JCETs se dedican a entrenar fuerzas de Estados Unidos, pero según un funcionario de SOCOM entrevistado por Turse, estas misiones también “son asociaciones castrenses paternales adoptivas con militares extranjeros” que “construyen inter-operabilidad entre las SOF de EE.UU. y las fuerzas de la nación-socia”. Turse escribió que JCETs “es apenas una parte de la historia” cuando se trata de operaciones multinacionales de entrenamiento de ultramar.
En 2014, las Fuerzas de Operaciones Especiales organizaron 75 operaciones de entrenamiento en 30 países, cantidad que proyectan aumentar a 98 ejercicios para finales de 2015, según la oficina del Secretario de Defensa.
Además del entrenamiento, las Fuerzas de Operaciones Especiales también se enganchan en “acciones directas”. Misiones de contraterrorismo, que incluyen aquellas que Turse describe como “asesinatos de bajo perfil mediante drones y ataques de matanza/captura de ‘operadores por lo menos musculosos y de alto octanaje’”, son dominios específicos del Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC), tales como el Equipo 6 de la marina de guerra (SEAL, sigla en inglés) y la Fuerza Delta del ejército.
África ha visto el mayor aumento de despliegues de SOCOM desde 2006. Ese año, apenas el 1 por ciento de operadores especiales desplegados en ultramar viajaron al África. En 2014, esos despliegues habían subido al 10 por ciento. En Intercept, Turse denunció en octubre de 2015 el desarrollo de las fuerzas de EE.UU. del campo de aviación de Chabelley en Djibouti, nación del este de África.
“Sin que la mayoría de los norteamericanos lo supiera y sin ningún anuncio público evidente, EE.UU. tomó recientemente medidas para transformar ese minúsculo puesto avanzado en la base de un eje dominante para su guerra secreta en África y Oriente Medio operada por el Comando Conjunto de Operaciones Especiales del aparato militar de EE.UU. (JSOC, sigla en inglés)”.
Turse reportó que Chabelley ha llegado a ser “esencial” para las operaciones secretas de drones sobre Yemen, suroeste de Arabia Saudí, Somalia, parte de Etiopía y Egipto meridional. Imágenes aéreas de Chabelley tomadas entre abril de 2013 y marzo de 2015 atestiguan la expansión significativa de la base y la presencia de drones, aunque los funcionarios rechazaron responder preguntas sobre el número y tipos de drones estacionados en esa base.
Turse resumió: “la transformación alarmante de esta poco conocida guarnición en este país también poco conocido coincide con la actividad militar de EE.UU. en África, donde, en gran parte por debajo del radar, crecieron rápidamente el número de misiones, los despliegues de operaciones especiales y los puestos avanzados con poco escrutinio exterior”. (Para la cobertura previa de Proyecto Censurado sobre operaciones militares de EE.UU. en África, ver a Brian Martin Murphy, “El ‘nuevo’ imperialismo norteamericano en África: la guerra secreta del Sahara y AFRICOM”, en Censurado 2014: Fearless Speech in Fateful Times[Discurso audaz en épocas proféticas]).
Como informa Turse, si SOCOM “ha crecido de manera inusitada en financiamiento y personal para despliegues de alcance global” desde el 11/9, ¿el resultado de esta expansión no constituye un hecho significativo? En un informe publicado en The Nation de octubre de 2015 Turse dio a conocer el escepticismo de varios expertos en sus respuestas a esta pregunta. Según Sean Naylor, autor de “La huelga implacable”, esta historia del Comando de Operaciones Especiales Conjuntas (JSOC) es “una herramienta más en el kit de herramientas del responsable político”, no es un “substituto de la estrategia”.
JSOC pudo haber tenido un impacto en la historia de Iraq –donde sus fuerzas capturaron a Saddam Hussein, mataron a Uday y a Qusay Hussein, y “destriparon” Al Qaeda– pero, como escribió Turse, los impactos no son lo mismo que éxito. Semejantemente, Andrew Bacevich, un veterano de Vietnam y autor de “Breach of Trust: How Americans Failed Their Soldiers and Their Country” (La infracción de la confianza: Cómo los norteamericanos fallaron a sus soldados y a su país) le dijo a Turse: “Desde tan lejos como desde Vietnam… que el ejército de Estados Unidos tiende a confundir entradas con resultados.
Según lo medido por las operaciones realizadas, los esfuerzos se valúan por el tonelaje de las bombas lanzadas o los cadáveres contados; esto se toma como prueba del progreso realizado. Las Fuerzas de Operaciones Especiales repiten hoy ese error en todos los países donde tienen presencia.”
Los medios corporativos no han cubierto la expansión masiva de las Fuerzas de Operaciones Especiales alrededor del mundo entero, mucho menos plantean preguntas críticas sobre si estas misiones alcanzan realizaciones significativas. El aumento ocurrido en los últimos cinco a diez años “no hace noticia”, así que todo este proceso ha sido totalmente ignorado y menos denunciado por la gran prensa corporativa de EE.UU.
En su lugar, la presencia global de personal militar de EE.UU. se maneja típicamente como el fondo tácito de informes más dramáticos de operaciones militares o de decisiones políticas específicas. Así, por ejemplo, en octubre de 2015, la revista Time publicó un gráfico que documentaba “lugares con algunos miembros más significativos” de personal militar de EE.UU. instalado “adentro de más de 150 países a través del mundo”.
Sin embargo, el mapa del mundo de Time apenas ofreció nueve punto –ninguno de ellos localizados en África–y el gráfico entero ilustró como barra lateral la historia primaria sobre el anuncio del presidente Obama de mantener el número actual de tropas en Afganistán la mayor parte de 2016, decisión que invirtió su plan original de retirar a la mayoría del personal militar hacia el final de su presidencia.
Nota: La creciente presencia militar en todo el planeta del decadente imperio de Estados Unidos fue seleccionada como “la noticia más censurada” del año académico 2015-2016 por el Proyecto Censurado de California, que está cumpliendo 40 años en la tarea de investigar y sacar a la luz las grandes noticias ignoradas por los grandes medios hegemónicos.
Investigadores estudiantiles: Scott Arrow (Sonoma State University) and Bri Silva (College of Marin)
Evaluador académico: Robert McNamara (Sonoma State University) and Susan Rahman (College of Marin)
http://www.hispantv.com/noticias/
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