La Armada logra deshacerse de su buque insignia en una cuarta subasta por 2,7 millones - El portaaviones 'Príncipe de Asturias', del que solo queda su armazón, salió la venta en abril por 4,8 millones
Casi tres años después de que el portaaviones Príncipe de Asturias fuese dado de baja por sus elevados costes de mantenimiento -30 millones al año-, la Armada ha conseguido deshacerse de sus mil toneladas de acero y chatarra. Del Arsenal Militar de Ferrol, donde el buque permanece inmovilizado desde diciembre de 2013, partirá rumbo a Turquía para ir al desguace. Tras tres subastas desiertas, con un precio de salida de 4,8 millones de euros, finalmente Defensa logró un comprador al rebajar su precio hasta los 2,4 millones de la última puja. La adjudicación recayó en la Unión Temporal de Empresas formada por la compañía española Surus Inversa y su socio turco, Leyal. El importe final de la venta se cerró en más de 2,7 millones, unos 300.000 euros por encima del precio de salida.
Una vez que se compruebe que toda la documentación está en orden, el destino del buque insignia de la Armada durante un cuarto de siglo será el puerto de la localidad turca de Aliaga, frente a la isla griega de Lesbos, donde la empresa Leyal dispone de unas instalaciones adecuadas para proceder al desguace, según informan desde el Cuartel General de la Armada
Todas las piezas reutilizadas ya han sido retiradas. Del portaaviones, construido en la década de los ochenta por la empresa Bazán (actual Navantia) y que entró en servicio en 1988, ya tan solo queda su armazón. Ante el elevado coste de su mantenimiento, Defensa se vio obligado a dar de baja al Príncipe de Asturias porque tras 25 años de servicio requería una renovación urgente cuya inversión podía ascender hasta los 150 millones de euros. El hecho de que este tipo de buques no suelan tener una visa superior a los 30 años hacía que la operación fuese demasiado costosa como para mantener el barco solo unos años más.
El proceso de baja comenzó en la base naval de Rota, donde se llevó a cabo la fase previa de inmovilización y parte del desarme. En febrero de 2013, el Príncipe de Asturias realizó su última navegación hasta Ferrol para realizar allí el proceso de desmantelamiento. La desmilitarización del buque no implicó que todos sus componentes sean descartados. De hecho, muchos podrán ser utilizados para otros buques de la Armada, como los equipos electrónicos, sistemas de comunicaciones o elementos de energía y propulsión como motores o turbinas.
Cuando la Armada dio de baja el portaaviones Príncipe de Asturias, Defensa barajaba la posibilidad de comercializar su buque estrella a una Marina de otro país, una opción que finalmente se dio por descartada.
Mantenimiento muy elevado
La Armada angoleña, indonesia o brasileña mostraron interés, pero ninguna gestión llegó a traducirse en una adquisición porque les resultaba inviable mantener el portaaviones español. Un buque con capacidad para 600 personas frente a los 300 efectivos a los que no llega su sucesor, el Juan Carlos I. Se trata de una plantilla elevada con la que no cuentan todos los países en su Marina para poder mantener el buque operativo.
Para su primera subasta, en abril de este año, el Ministerio de Defensa fijó el precio de salida en 4,8 millones. Pero ninguna de las 14 empresas que visitaron el buque acabó llevándose su casco y tuberías. Solo la compañía canaria Logiscrap, dedicada a la separación y clasificación de materiales, presentó entonces una oferta, pero finalmente no llegó a materializarla ya que no depositó la fianza exigida en el plazo estipulado.
En la subasta de hace poco más de un mes, la Armada rebajó en un 40% el precio con el que en un principio había puesto a la venta su buque insignia, hasta los 2,4 millones de euros. A esta última puja se presentaron tres empresas, pero la Junta Delegada de Enajenaciones y Liquidadora de Material del Cantábrico detectó "deficiencias" en la documentación de las tres compañías interesadas. Finalizado el plazo de subsanación, solo la UTE Surus y Leyal, que había optado a la subasta con una oferta de más de 2,7 millones de euros, solventó esas deficiencias.
En breve, según informaron ayer desde el Cuartel General de la Armada, se dictará resolución de adjudicación provisional, que se transformará en definitiva por parte de la Junta Secundaria de Enajenaciones y Liquidadora de Material de la Armada. Una vez adjudicado se abre un plazo de diez días para formalizar la adjudicación, momento en el que empiezan a contar los dos meses fijados para la retirada del buque del Arsenal Militar de Ferrol.
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