domingo, 15 de mayo de 2016

Intercepciones aéreas: ¿Por qué Rusia acosa a los aviones de EEUU?


15 MAY, 2016 23 vistas 0 jyj50022


Desde que Rusia se anexionó Crimea en 2014, la tensión con Occidente no ha dejado de crecer, afectando el este de Ucrania, Siria y otros puntos calientes de la antigua esfera soviética. Estratégicamente, Moscú ha estado trabajando para proteger las áreas vitales de los intereses rusos en el Este mediante la limitación de las operaciones de Estados Unidos en la región. Para conseguirlo, Moscú está llevando a cabo una táctica agresiva basada en la realización de numerosas intercepciones aéreas sobre aviones de EEUU, especialmente en los mares Negro y Báltico. Las intercepciones, las cuales al parecer están ocurriendo cada vez con mayor frecuencia, tienen por objeto disuadir a Washington de operar en ese espacio aéreo.

El pasado 14 de abril, un avión de combate ruso Su-27 realizó una maniobra de tonel sobre un avión espía RC-135de la Fuerza Aérea de EEUU que estaba volando en el espacio aéreo internacional sobre el Mar Báltico. Sólo tres días antes, dos Su-24 volaban en varias ocasiones y de forma peligrosa cerca de un destructor de EEUU, también en el Mar Báltico. La intercepción aérea más reciente se produjo a menos de una semana de que el Consejo Rusia-OTAN se convocara por primera vez desde 2014. Algunos de los temas objeto de debate en la reunión fueron los combates en Ucrania y Afganistán, la transparencia militar y la reducción del riesgo de las intercepciones – temas oportunos y relevantes dados los últimos inci
Sin embargo, algunas intercepciones se desvían de la norma. La táctica de la intercepción rusa se basa en disuadir a las fuerzas de una nación rival de transitar un espacio o territorio específico. Los aviones o barcos rusos pueden mostrar maniobras agresivas, hostigar e intimidar a los objetivos. Si el avión o barco extranjero se atreve a seguir con su ruta inicial y no se desvía del rumbo, los vuelos rasantes continuarán, y las probabilidades de una colisión accidental aumentarán.

Aunque la táctica conlleva un riesgo de daños en ambos lados, el iniciador tiene la ventaja. Por lo general, en intercepciones aéreas, un avión de combate se dirige hacia un bombardero o avión de reconocimiento. El avión del iniciador de la intercepción es a menudo mucho menos valioso (en coste monetario y en el número de la tripulación de vuelo a bordo) que el objetivo interceptado. En cuanto el iniciador lleva a cabo maniobras peligrosas alrededor del objetivo, este último debe decidir si arriesgarse a continuar y poner en peligro su avión (por lo general mucho más valioso que el del iniciador) o apostar a lo seguro y huir.

Para Rusia, las intercepciones ofrecen un medio para disuadir tanto a barcos como aviones de EEUU, sin provocar combates abiertos. Por ello, esta táctica la lleva usando Moscú desde hace ya bastante tiempo (véase el cuadro de Ejemplo de Intercepciones Rusas – abajo).

Pero las intercepciones no siempre salen según lo planeado. En el incidente de la isla de Hainan en abril de 2001, por ejemplo, una colisión durante una intercepción dejó un piloto chino muerto, su J-8II resultó destruido y un avión EP-3E de EEUU acabó gravemente dañado. Una serie de intercepciones durante la época de la Guerra Fría también causaron colisiones, concretamente entre barcos. Esto llevó al acuerdo sobre incidentes en el mar entre EEUU y la URSS en 1972, en el que se proponía reducir las probabilidades de colisiones y gestionar la escalada de tensiones cuando se produjeran. Se realizaron más esfuerzos para limitar el riesgo de la escalada de tensiones mediante el Código para Encuentros no Planeados en el Mar (CUES) en 2014, que incluyó a Rusia y a China, así como un acuerdo a mayores en 2014 entre los Estados Unidos y China para regular incidentes entre los dos países.

En los últimos años, estos acuerdos han demostrado ser insuficientes para detener los incidentes, al menos entre EEUU y Rusia. Y dada la tensión sustancial entre los dos países, una colisión aérea o marítima de este tipo como resultado de una intercepción podría desencadenar un cruce de acusaciones, lo que llevaría fácilmente a una escalada de tensión que ninguna de las dos partes quiere.

Aun así, siempre y cuando la rivalidad persista entre Rusia y los Estados Unidos, es probable que las intercepciones aéreas o marítimas continúen.



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