50 militares invasores extranjeros murieron el viernes en la guerra contra Yemen en dos incidentes separados, en lo que supone la mayor cifra de muertes de soldados de países árabes del Golfo Pérsico desde el inicio de la guerra de Yemen, el 26 de Marzo. De ellos, 45 soldados eran de los Emiratos Árabes Unidos y otros 5 de Bahrein.
Los 45 soldados de los EAU murieron en una explosión en la provincia de Maarib. Los militares yemeníes y combatientes de Ansarulá lanzaron un misil Tochka de fabricación rusa contra un depósito de armas causando la explosión que mató a los militares emiratíes.
El Ejército de los EAU fue el primero en confirmar su participación en una operación terrestre en Yemen, enviando tropas a la ciudad sureña de Adén con el fin de ayudar a las fuerzas pro-saudíes a conquistar territorio. Tras confirmar su presencia, los EAU no desvelaron lo que estas tropas estaban haciendo, aunque aparentemente, ellas estuvieron dedicadas principalmente a defender su depósito de armas, que saltó por los aires el viernes por el impacto del misil Toshka.
La agencia de noticias emiratí WAM dijo inicialmente que 22 miembros del Ejército habían resultado muertos el viernes, pero más tarde tuvo que reconocer que 23 más habían fallecido debido a sus heridas. Los observadores señalan que esta alta tasa de muertos deja entrever el importante papel de los EAU en el conflicto yemení.
En lo que se refiere a las muertes de los cinco militares de Bahrein, país controlado por el régimen dictatorial de la familia Al Jalifa, que reprime las protestas pro-democráticas de la población, el gobierno de Manamá no dió más detalles, aunque ellas tuvieron lugar en la frontera entre Yemen y Arabia Saudí en un enfrentamiento contra los combatientes de Ansarulá.
Estas últimas bajas muestran la calidad de las operaciones llevadas a cabo por el Ejército yemení y los Comités Populares de Ansarulá en todo el país en general y en Maarib en particular contra las tropas invasoras de los países del Golfo. La batalla de Maarib está yendo mal para los militares del Golfo Pérsico y los militantes partidarios del presidente saliente Abed Rabbo Mansur Hadi y sus aliados de Al Qaida. Todo ello pone en duda la capacidad de dichas fuerzas para lanzar un ataque contra la capital del país, Sanaa, partiendo de Maarib, tal como ellos habían anunciado.
La cifra de muertos en Maarib se eleva a 106 si se tiene en cuenta a las fuerzas yemeníes pro-Hadi, lo que daña la capacidad de esta alianza para sostener ulteriores combates.
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