Avión Shenyang J-31 chino
Viernes 25 de septiembre del 2015, 13:15h
El nuevo caza furtivo chino J-31 se parece al F-35 estadounidense como si fuera una copia… seguramente obtenida mediante el espionaje, los ciberataques y los servicios de inteligencia. Pero hace falta más que un aspecto exterior similar para dar la talla en el campo de batalla. Analizamos si puede llegar a superar a su máximo rival en Occidente.
Copiar las armas de tu enemigo cuando estás convencido de que superan las tuyas es una historia tan vieja como la de la antigua Roma. Los romanos tuvieron la astucia de, tras derrotar a los íberos, querer copiar su espada; mejor dicho, lo pretendieron, porque de las espadas ‘de antenas’ -que les aterraban por lo potente de su filo- sólo consiguieron copiar las formas. Los romanos llamaron a su nueva espada ‘gladius hispaniensis’, pero no supieron, o no pudieron, descubrir las técnicas de forja del acero íbero –que continuó hasta el siglo XVII-.
Y así ha sucedido a lo largo de la historia del armamento. Durante la Guerra Fría, el bloque soviético se hacía, con una cierta facilidad, con los planos de productos occidentales de la última tecnología, a pesar de que las medidas de seguridad y el contraespionaje que pretendían protegerla.
Así vemos cómo el avión soviético Tupolev Tu-144 parece una copia formal del famoso Concorde francobritánico de los años 70 y que acabó su fase inicial de desarrollo incluso antes; sin embargo, sus prestaciones no mejoraban las de su primo occidental.
El avión F-35 estadounidense
China y su industria militar
La antigua política industrial de ‘cañones en lugar de mantequilla’ llevó a los arsenales soviéticos y chinos a preferir la cantidad a la calidad en carros de combate, aviones, buques, submarinos, etc. Y esto les penalizaba la adopción de nuevas tecnologías propias porque los recursos se destinaban a costear la producción y no a la investigación. Porque el modo de adquirirla estaba en los rivales estadounidenses y, en general, todos los occidentales, que gastaban ingentes cantidades de dinero en I + D; les resultaba fácil encontrar los modos de hacerse con los planos de casi cualquier cosa y así se ahorran 10 o 20 años de investigaciones, desarrollos y los gastos correspondientes.
En general, la tecnología militar estadounidense es mucho más efectiva en su aplicación real en los campos de batalla. Esto ya se vio en la II Guerra Mundial y, desde entonces, sus buques, carros de combate, aviones, etc. están bastante por encima de los demás, incluso de sus aliados británicos, franceses, etc. El problema está en que quien los copia, no tiene garantizados los mismos resultados operativos.
En el año 2009 se sospechó que China había robado los planos del estadounidense F-35 y, en 2011, se supo que los chinos estaban ultimando un nuevo caza –el Shenyang J-31, apodado Shen Fei o ‘halcón gerifalte’-, cuyo primer vuelo fue conocido en el año 2012.
Tampoco ha de olvidarse que Occidente se ha acostumbrado a encargar las industrias chinas a fabricar componentes de casi todo producto tecnológico y, como no podía ser de otro modo, también ocurre con componentes que necesita la industria de la defensa.
Sin embargo, aunque conceptualmente ambos aviones son casi iguales, el F-35 está en lo que se llama la 5ª Generación, que es la última que podrá ser pilotada por una persona. Pero estamos a la espera de conocer las verdaderas posibilidades del J-31 en un combate aéreo moderno.
El parecido entre el diseño bimotor del J-31 y el del F-35 es sorprendente, si bien éste último –según los datos que han filtrado fuentes chinas- podría volar durante una distancia algo más larga y soportar una carga de armamento ligeramente mayor –8.165 kg frente a los 7.250 kg que aproximadamente puede transportar el avión chino-. Pero donde mejor demuestra el F-35 la calidad del original es en el peso total máximo con el que es capaz de despegar: 31.750 kg, mientras que el J-31 no podrá elevarse sobre la tierra si su peso en conjunto supera los 25.000 kg.
¿Por qué el J-31 se queda a las puertas de igualar al F-35? Los expertos de la industria aeroespacial reconocen que, bajo la piel del avión de combate estadounidense, encontraremos elementos desarrollados por un software más avanzado que el que utiliza China.
El J-31 mide 16,8 metros de largo, 11,5 m de ancho y 4,8 m de alto, dimensiones que lo convierten en un aparato ligeramente más grande que el F-35 -15,5 metros, 10,6 m y 4,2 m, respectivamente-. Sin embargo, su autonomía una vez despega de la base es inferior: 647 millas náuticas -1.200 km- por las 690 -1.278 km- del F-35.
http://www.onemagazine.es/noticia.asp?ref=25012
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