A pesar de los esfuerzos internacionales para promover la no proliferación nuclear, varios países continúan aumentando sus capacidades en este ámbito. Entre los líderes se encuentra Pakistán que, según estimaciones, será la tercera potencia nuclear en una década.
1. El creciente arsenal nuclear de Pakistán
Un 90% de todas las armas atómicas se dividen entre EE.UU. y Rusia, y a pesar de que ningún país sería capaz de superar en un futuro próximo a estas dos potencias, actualmente se observa un activo crecimiento del arsenal nuclear entre otros países, recuerda en su artículo para 'The National Interest' Daniel R. DePetris, experto de la empresa de consultoría estratégica Wikistrat, Inc.
El líder en este ámbito es Pakistán, cuyo gobierno destina una enorme cantidad de dinero en su presupuesto militar para desarrollar armas nucleares y adquirir la infraestructura necesaria para su lanzamiento.
Según los cálculos del Fondo Carnegie para la Paz Internacional y el Centro Stimson (EE.UU.), Islamabad podría acumular hasta 350 ojivas en los próximos diez años y ocupar el tercer lugar en la lista de las potencias nucleares (ahora se encuentra en el sexto, por detrás de Rusia, EE.UU., Francia, China y Reino Unido). Por otra parte, Pakistán se encuentra entre los pocos países que no firmaron el Tratado sobre la no proliferación de armas nucleares de 1968.
Para garantizar el crecimiento rápido de su arsenal, el país está invirtiendo no solamente en uranio enriquecido sino también en plutonio. De este modo, en enero de 2015, el Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional de EE.UU. informó que Pakistán abrió su cuarta planta de plutonio en la localidad de Khushab, que supone para el país un canal adicional para obtener el material necesario para crear las bombas atómicas.
2. Las armas nucleares de Islamabad, una prioridad para la inteligencia de EE.UU.
EE.UU. no solamente vigila el programa nuclear pakistaní, se prepara para una catástrofe
"El gobierno de EE.UU. no solamente vigila el programa nuclear pakistaní. Se prepara para una catástrofe y trata de convencer a Islamabad de que deje de invertir en la expansión de su programa", escribe DePetris. Washington está preocupado por el hecho de que las armas atómicas de Pakistán puedan quedarse fuera de control y poner los intereses norteamericanos en riesgo: ya sea un grupo terrorista que robe el material termonuclear, extremistas que se infiltren en el Ejército pakistaní o una escalada de violencia entre Pakistán y la India.
La extrema preocupación de Washington en este ámbito quedó demostrada en los documentos filtrados por WikiLeaks en 2010. Según la revelación, en el marco de la reunión de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la seguridad nuclear en el año 2009, la subsecretaria para el control de armas de EE.UU., Ellen Tauscher, pidió el apoyo de China para convencer a Islamabad de aplicar el Tratado de reducción de materiales fisibles (FMCT).
3. El arsenal nuclear de Pakistán ya generó conflictos con EE.UU. en el pasado
El enriquecimiento de uranio por parte de Islamabad complicó las relaciones bilaterales con Washington a mediados de los años 70, cuando EE.UU. impuso sanciones económicas contra el país con el fin de prevenir el desarrollo de su programa nuclear. En 1998 el presidente Bill Clinton promulgó restricciones que impedían enviar cualquier ayuda a Pakistán, después de que esta nación realizara una prueba nuclear (dos semanas después de que la India hiciera lo mismo, también bajo sanciones).
Reuters / Larry Downing
Las sanciones incluían también numerosas multas a empresas de todo el mundo que violaban el control de Washington sobre la exportación de armamento. Sin embargo, la situación cambió de manera radical tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. cuando el país norteamericano obtuvo el apoyo de Islamabad en la lucha contra Al Qaeda.
4. Pakistán necesita armas nucleares para su defensa
Pakistán no puede competir con su rival histórico, la India, en armas convencionales. "En virtud de la gran población de la India, su impresionante crecimiento económico y el potencial para seguir aumentando su PIB en los próximos años, Islamabad siempre estará en un segundo plano", escribe el experto. De este modo, en 2014 Nueva Delhi ha gastado casi 50.000 millones de dólares en la modernización y la construcción del armamento, mientras que Pakistán 10.000 millones.
Precisamente por ese motivo, Pakistán ve su arsenal nuclear como un asunto muy importante. El país, a diferencia de la India, rechazó la política de 'no primer uso', lo que autoriza al ejército pakistaní a desplegar sus armas nucleares en el campo de batalla en caso de que la seguridad del país esté en un grave riesgo ante una posible incursión india.
5. Conclusiones
A pesar de todos los intentos de la comunidad internacional de promover la no proliferación nuclear, Pakistán seguirá desarrollando y fortaleciendo sus capacidad mientras mantenga las relaciones tensas con su vecino, la India, opina DePetris. Ambos países experimentaron tres guerras desde que Islamabad obtuviera la independencia en 1947 y en cada una de ellas Pakistán salió como perdedor.
Reuters / Mian Kursheed
En 1971 tuvo lugar su derrota más grave, cuando Pakistán se vio privado de la parte este de su territorio, que más tarde se independizó, convirtiéndose en Bangladés. "Para todos los pakistaníes, las lecciones de estos conflictos siempre son iguales: no podemos repetir la historia. Por lo tanto, debemos acostumbrarnos a que Pakistán se convertirá en la tercera potencia nuclear", concluye el experto.
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