martes, 12 de mayo de 2015

Las bombas de barril del gobierno sirio condenan a los civiles a una vida bajo tierra

https://www.youtube.com/watch?v=KqkRTJFDtps


Amnistía Internacional (AI) afirmó este martes que “el terror enloquecedor y el insoportable sufrimiento” han abocado a muchos civiles en Alepo (Siria) a llevar una existencia subterránea para escapar del constante ataque aéreo con bombas de barril con el que las fuerzas del Gobierno castigan las zonas en poder de la oposición y las arremetidas indiscriminadas de grupos opositores.

En un informe titulado 'La muerte está por todas partes: crímenes de guerra y abusos contra los derechos humanos en Alepo', AI describe con detalle el “círculo del infierno” provocado por los “horribles crímenes de guerra” y otros abusos que las fuerzas gubernamentales y los grupos armados de oposición cometen a diario en esta ciudad siria, la más grande del país.

Además, concluye que algunas de las operaciones del Gobierno deBachar el Asad en Alepo constituyen crímenes de guerra y contra la humanidad, y crímenes de guerra en el caso de los combatientes de la oposición.

El informe traza una imagen especialmente perturbadora de ladevastación y las matanzas que han causado las bombas de barril (cargadas de explosivos y metralla) lanzadas por los leales al Gobierno contra escuelas, hospitales, mezquitas y mercados abarrotados. Muchos hospitales y escuelas han buscado refugio en sótanos o búnkeres subterráneos.

“El sinnúmero de atrocidades, especialmente el bombardeo incesante y despiadado al que las fuerzas del Gobierno someten a las zonas donde vive la población civil, han hecho que la vida para los civiles de Alepo sea cada vez más insoportable. Estos censurables y constantes ataques contra zonas de viviendas, señal de una política que pone sistemática y deliberadamente en el punto de mira a la población civil, constituyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”, explicó Philip Luther, director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

Luther añadió que, “al atacar de forma incesante y deliberada a la población civil, el Gobierno sirio parece haber adoptado una cruel política de castigo colectivo contra la población civil de Alepo”.
Fuerzas del Gobierno: Bombas de barril 

Amnistía Internacional señala que los ataques con bombas de barril (barriles de petróleo, tanques de gasolina o bombonas de gas llenos de explosivos, combustible y metralla que se lanzan desde helicópteros)mataron a más de 3.000 civiles en la gobernación de Alepo el año pasado y a más de 11.000 en toda Siria desde 2012.




El mes pasado, activistas locales denunciaron al menos 85 ataques con bombas de barril en Alepo que mataron como mínimo a 110 civiles. El Gobierno sirio no ha reconocido ni una sola víctima civil por estos ataques, y El Asad, en declaraciones a los medios de comunicación el pasado mes de febrero, negó categóricamente que sus fuerzas hubieran utilizado este tipo de armamento.

Sin embargo, supervivientes de ocho ataques con bombas de barril narran en el informe de AI la “espeluznante carnicería” que presenciaron tras las explosiones. “Había niños sin cabeza y pedazos de cuerpos por todas partes. Es como uno se imagina el infierno”, declaró un operario de una fábrica local al describir el panorama que presenció tras el ataque contra el barrio de Al Fardous en 2014.

“Siempre estamos nerviosos, preocupados, mirando al cielo”, dijo a Amnistía Internacional un maestro de Alepo. Otro residente describió esta ciudad como “el círculo del infierno” porque “las calles están llenas de sangre” y “las personas que mueren no son combatientes”.

“Hay un claro sentimiento de miedo y desesperación entre la población civil de Alepo. Muchos habitantes de la ciudad se sienten abandonados y han perdido toda esperanza en el futuro”, comentó Luther, quien añadió que “hace más de un año la ONU aprobó una resolución en la que se pedía el fin de los abusos contra los derechos humanos y en concreto los ataques con bombas de barril, asegurando que habría consecuencias si el Gobierno no cumplía”.

Además de bombas de barril, el informe documenta tres ataques con misiles de las fuerzas gubernamentales, entre ellos uno contra una exposición artística infantil en la escuela de Ain Jalut en abril de 2014.
Grupos de la oposición: abusos 

Por otro lado, Amnistía Internacional recalca que los grupos armados de oposición también han cometido en Alepo crímenes de guerra al empleararmas poco precisas (como morteros y cohetes improvisados rellenos de bombonas de gas, denominados “cañones del infierno”) en ataques que mataron al menos a 600 civiles en 2014.

Según los residentes, los ataques de los grupos armados de oposición suelen ser “totalmente aleatorios”. “Nunca te sientes seguro, jamás. Te puede tocar en cualquier momento”, afirma un residente del barrio de Al Jamaliya.

En el informe se documenta también el uso generalizado de la tortura, la detención arbitraria y el secuestro por ambos bandos en el conflicto.

Amnistía Internacional pidió al Gobierno sirio que ponga fin a los arrestos y las detenciones arbitrarios y las desapariciones forzadas, y a los grupos armados que dejen de secuestrar civiles y tomar rehenes. “Todos los bandos deben terminar con la tortura y otros malos tratos y tratar con humanidad a las personas detenidas”, añade.

Por último, esta organización solicitó a todos los bandos del conflicto de Siria que pongan fin a los ataques deliberados contra la población civil y los edificios o las infraestructuras civiles y que dejen de emplear armas explosivas poco precisas, como las bombas de barril o los morteros, en zonas pobladas.


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