El 'USS Donald Cook', primero de los destructores del Escudo Antimisiles, ayer en aguas de Rota.
España estudia con Washington incrementar la carga de trabajo del astillero gaditano que le prometió Bush a Aznar y que Zapatero perdió tras la retirada de Irak
El Gobierno español ha abierto una ronda de conversaciones con la Casa Blanca con el objetivo de retomar una vieja aspiración: que los astilleros de Cádiz se hagan con el mantenimiento de los buques de la Sexta Flota estadounidense.
El ‘Donald Cook’, el primero de los cuatro destructores norteamericanos destinados al Escudo Antimisiles, ha llegado a Rota. Y con él, los primeros contratos de mantenimiento para los astilleros de Navantia en San Fernando (Cádiz), por valor de 190 millones de euros (unas 200.000 horas de trabajo).
Sin embargo, existe un plan más ambicioso que viene de lejos. El Gobierno Rajoy trabaja sobre un proyecto diseñado hace una década por el ex presidente José María Aznar y pactado con suhomólogo George Bush: España debía asumir el mantenimiento de una parte importante de los aproximadamente 60 buques –entre militares y civiles- que conforman la Sexta Flota de Estados Unidos.
Según ha sabido El Confidencial Digital, este fue uno de los asuntos que se puso sobre la mesa durante el encuentro que celebraron Barak Obama y Mariano Rajoy con ocasión de la visita del presidente español a Washington. Gestiones que han tenido continuidad esta misma semana, con la visita a España del secretario de la Armada de los Estados Unidos.
Fuentes del sector naval, consultadas por El Confidencial Digital, precisan que “en ningún caso se trataría de trasladar a España la totalidad de las tareas de mantenimiento y reparación de los buques de la Sexta Flota. Pero sí de aumentar considerablemente la cantidad de buques –hasta ahora anecdótica- que pasan por el astillero de Navantia en Cádiz”, afirman.
Un proyecto de Aznar
A partir de 2001, los gobiernos de José María Aznar y George Bush comenzaron a estrechar sus relaciones hasta el apoyo español a la Guerra de Irak, escenificado en la denominada Foto de las Azores, que confirmaba a España como uno de los aliados más fiables para Washington.
Por aquel entonces, según recuerdan fuentes militares de la Armada consultadas por El Confidencial Digital, el gobierno español ya tenía muy avanzadas las negociaciones para trasladar buena parte del peso de la Sexta Flota a Rota. Con ella, llegarían cientos de millones de euros mensuales para los astilleros en concepto de contratos de mantenimiento, subsanando así la falta de carga de trabajo casi endémica que sufren los talleres gaditanos.
El ‘enfriamiento’ trasatlántico de Zapatero
Sin embargo, el desarrollo de aquel plan sufrió un grave contratiempo. La llegada al gobierno deJosé Luis Rodríguez Zapatero provocó un enfriamiento diplomático entre los dos países con pocos precedentes. Una de las primeras decisiones del Ejecutivo socialista fue ordenar la retirada de las tropas españolas de Irak, ejecutada por el ministro José Bono en 2005.
Washington frenó de inmediato cualquier plan para hacer de Rota el centro de las operaciones de su Armada en el Mediterráneo y el Atlántico. En su lugar eligió Italia, concretamente Nápoles, donde quedó instalado definitivamente el Naval Support Activity, centro neurálgico de operaciones y cuartel general de la VI Flota estadounidense.
Según explican las fuentes de la Armada consultadas, Washington lo explicó entonces aludiendo asu necesidad de estabilidad, de apostar por alianzas que no sufrieran giros inesperados atendiendo a cambios presidenciales. “Gobierne quien gobierne un país aliado (sea del signo político que sea), las relaciones militares con Estados Unidos no se deben ver afectadas”, argumentaron entonces.
Las ‘paces’ de Obama con España
No sería hasta dos años después de la llegada de Obama a la Casa Blanca cuando el Ejecutivo deJosé Luis Rodríguez Zapatero consiguió normalizar las relaciones entre España y Estados Unidos.
En febrero de 2010, Zapatero fue invitado oficialmente a participar en el denominado ‘Desayuno Nacional de Oración’. Coincidiendo que ese viaje, un grupo de oficiales y técnicos militares se desplazaron desde Nápoles hasta Cádiz para conocer los astilleros de Navantia.
Curiosamente, unos meses después llegó el primer contrato para la Unidad Productiva de Reparaciones de Cádiz-San Fernando. La fragata ‘USS John L. Hall’ reparó daños en su estructura y en las máquinas en los astilleros gaditanos.
En posteriores visitas al astillero español, también participó el embajador estadounidense en Madrid,Alan D. Solomont, quien aseguró que España recibiría en el futuro mayor carga de trabajo por parte de la marina estadounidense.
Un año después, el Pentágono informó de la elección de Rota como ubicación del componente marítimo del escudo antimisiles balísticos europeo. Sin embargo, el paso de buques de la Sexta Flota por Cádiz no ha crecido como cabía esperar. Hasta ahora.
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