miércoles, 8 de enero de 2014

El plutonio de las pruebas nucleares sigue en la estratosfera

Prueba nuclear francesa durante la Operación Canopus en el atolón de Fangataufa, Polinesia


La locura de la Guerra Fría dejó una profunda huella en nuestro planeta. Entre 1945 y 1992 se realizaron más de 2.000 detonaciones nucleares y el material radiactivo de las explosiones se esparció y acumuló por todo el mundo. Tanto es así, que cada uno de nosotros llevamos la huella indeleble de la era nuclear en nuestros huesos, y el análisis de los isótopos acumulados revelaría la época en la que nos ha tocado vivir. Ahora, un equipo de investigadores suizos acaba de comprobar que parte del plutonio y el cesio liberados en aquellas pruebas (y en accidentes como Chernóbil y Fukushima) siguen suspendidos en la estratosfera y que fenómenos como las erupciones volcánicas pueden ayudar a depositarlo.

Científicos del Instituto de Física de las Radiaciones de Lausana han analizado las muestras de aerosoles recogidas en la atmósfera desde 1970 y ofrecen conclusiones sobre la concentración global de partículas radiactivas como consecuencia de las pruebas nucleares, de accidentes como el de Chernóbil o el estallido del satélite SMAP-9A a gran altura. El equipo, coordinado por José Antonio Corcho Alvarado, concluye que la concentración de estas partículas es más alta de lo esperado y que se depositan en la superficie muy despacio. "Los ensayos nucleares en los años 50, 60 y 70 introdujeron alrededor de 10.000 kilogramos de plutonio en la atmósfera y el accidente del satélite SNAP-9A introdujo alrededor de 1 kg del isótopo plutonio-238", explica Corcho Alvarado a lainformacion.com. "Casi la totalidad de este plutonio ha desaparecido de la atmósfera en las últimas décadas, pero como se demuestra en nuestro artículo, una cierta cantidad de este plutonio está todavía en la estratosfera".


Para el estudio, los científicos han analizado las muestras recogidas por aviones militares seis veces al año. En las capas más bajas de la atmósfera, como la troposfera, las partículas se fijan a pequeñas gotas y se depositan en la Tierra con cierta rapidez. En la estratosfera, en cambio, estos isótopos permanecen durante mucho tiempo. Hasta ahora se creía que era una cantidad despreciable pero, con los datos recogidos desde 1970, el equipo de Corcho Alvarado demuestra que es mayor de lo que se creía. "Aunque el tiempo de vida media de las partículas en la estratosfera es de 2,5 o 5 años", asegura el investigador, "hay una cantidad determinada de partículas que tienen tiempos de vida en la estratosfera mucho más largos, de varias décadas y hasta cientos de años. Actualmente detectamos en la estratosfera la fracción de partículas de plutonio-239 y 240 que tiene tiempo de vida de varias décadas o superior".

De los 10.000 kilogramos de material radiactivo vertidos a la atmósfera entre los años 50 y 70, los científicos creen que ha sobrevivido en la estratosfera "entre uno y varios kilogramos de plutonio". Estas partículas no suponen un riesgo para la salud humana, pero en su día sí pudieron significar un riesgo en muchas zonas del planeta. "Debido a la dilución de estos isótopos radioactivos en la atmósfera, sus concentraciones son pequeñas y no suponen un riesgo para la población", recalca Corcho Alvarado, "pero toda introducción incontrolada de material radioactivo en el medio ambiente supone un riesgo". En el caso del accidente del satélite SNAP-9A, en abril de 1964, que estalló a gran altitud lanzando dos kilos de plutonio sobre la atmósfera, hubo "un gran riesgo para la población". El análisis publicado en Nature Communications demuestra que "todavía hay una cantidad residual de aquel Plutonio 238 en la estratosfera". 

Este plutonio es transportado regularmente de la estratosfera hacia la troposfera de forma natural y uno de los mecanismos que revela el estudio de Corcho Alvarado son las erupciones volcánicas. Utilizando los datos de la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia en 2010, los científicos demuestran que este tipo de eventos "pueden producir un incremento de este intercambio de la estratosfera hacia la troposfera y aumentar el transporte de contaminantes como el plutonio-239 y 240". Los científicos proponen que el estudio de estos isótopos pude servir también para conocer mejor cambios en las masas de aire de cara a conocer mejor el clima.


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