sábado, 14 de septiembre de 2013

Una medusa? No, el paracaídas de una Soyuz

Viendo los vídeos del aterrizaje de la Soyuz TMA-08M el pasado 11 de septiembre me volví a acordar de un fenómeno bastante curioso que suele pasar desapercibido para la mayoría de espaciotrastornados. Y es que, ¡el paracaídas de la Soyuz se comporta como una medusa! Sí, sí, como lo oyen. En las imágenes del último aterrizaje no se aprecia demasiado bien, pero en el vídeo de la vuelta a casa de la Soyuz TMA-03M se ve perfectamente. Hipnotícense ustedes mismos contemplando del descenso una y otra vez:


Y es que una cápsula de 2800 kg colgada de un paracaídas de mil metros cuadrados es un sistema físico ciertamente interesante plagado de todo tipo de modos de oscilación. Estas llamativas oscilaciones son comunes en cualquier paracaídas de gran tamaño, pero ninguno de ellos sirve para frenar una cápsula que acaba de regresar del espacio con tres personas en su interior. Los cosmonautas describen la experiencia del descenso en una Soyuz como algo un tanto mareante. Ahora ya sabemos por qué. Y ahora, a ver el vídeo una vez más.


No me diga que no es bonito (NASA).

Secuencia del despliegue del paracaídas principal (izquierda) y de reserva de una Soyuz (RKK Energía).

Curiosa imagen donde se ve el paracaídas piloto de la Soyuz a la derecha (Roscosmos).

Secuencia de comunicaciones en el descenso de una Soyuz.


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