martes, 13 de agosto de 2013

Rusia proyecta nuevo bombardero estratégico.



Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, declaró que Rusia comenzará a desarrollar durante el 2014 el proyecto técnico de su nuevo bombardero estratégico. Este nuevo y prometedor complejo de aviación de largo alcance sustituirá los actuales bombarderos rusos Tu-95MS y Tu-160. El proyecto de este nuevo bombardero estratégico correrá a cargo de la Oficina de Construcción Túpolev. 
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Antes de inicios de 2014 la Oficina de Construcción presentará al Ministerio de Defensa el plan de trabajo para la creación del bombardero y el cálculo de los costos de estos trabajos. La producción en serie de este avión está prevista para 2020. Aunque según otras fuentes de información, el 2020 podría ser solo la fecha del primer vuelo de este avión. Los motores del complejo aéreo de largo alcance llevan en proceso de desarrollo desde 2011. No se descarta que este avión utilice una variante mejorada de los actuales reactores en uso, tales como 117C o NK-32. Los sistemas de armamentos también están en proceso de fabricación. Supuestamente, el principal armamento de este avión serán los nuevos misiles estratégicos del tipo X-101, con alcance a 5500 km, y podrá utilizar misiles de corto alcance o bombas dirigidas. En la actualidad ya es conocido que según el proyecto aprobado este futuro bombardero será construido siguiendo el esquema de “ala volante”, parecido al bombardero norteamericano B-2 Spirit. Hasta ahora este es el único bombardero estratégico “invisible” llevado a la producción en serie. 

El precio de venta de un bombardero con el complejo de accesorios y piezas de repuesto superaba los novecientos millones de dólares durante la década de los noventas. El costo de desarrollo y la producción de todos estos aviones ascendió a cuarenta y cinco millardos de dólares. Es probable que al igual que su homólogo norteamericano, el B-2, el bombardero ruso desarrolló velocidades máximas cercanas a la velocidad del sonido. La apuesta fundamental será el alcance y su baja visibilidad en los radares. En este sentido se distingue del proyecto del futuro bombardero estratégico chino, el cual, a juzgar por las fotos de sus maquetas, superará la velocidad del sonido. Los gastos financieros y dificultades técnicas del proyecto chino se prevén colosales, sobre todo si consideramos que, a diferencia de EEUU o Rusia, China no tiene ningua experiencia en esta rama. De hecho, si China quiere llevar este programa hasta la fase de producción en serie, tendrá que gastar más recursos que para los dos programas de desarrollo de los cazas de quinta generación, o, por ejemplo, que todo su programa de vuelos cósmicos pilotados. 
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En tanto, el trabajo en el avión ruso no comienza desde cero. En las décadas de los setenta y ochenta, la Oficina de Construcción Túpolev trabajó con el proyecto del avión Tu-202, que debía ver la luz en las variantes de bombardero estratégico y cazasubmarinos de largo alcance. Este avión también seguía el esquema de “ala volante”. Su alcance de vuelo ascendía a los dieciséis mil kilómetros y el radio de acción en su variante de bombardero con seis misiles estratégicos alcanzaría los 5500 km. Durante la década de los ochenta se llevaron a cabo múltiples investigaciones aerodinámicas con la utilización de la maqueta de este avión. Los proyectos de nuevos bombarderos estratégicos siempre conllevan grandes riesgos tecnológicos. Sin embargo, de resultar exitoso este proyecto, pondría a disposición de Rusia un sistema de ataque global efectivo, capaz de alcanzar su objetivo prácticamente en cualquier punto del planeta escasas horas después de recibir la orden, sin requerir para ello de bases en el exterior.


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