Un pequeño ejercicio de cálculo: sumar el número de misiles Scud a los Katiusha que Hezbolá posee y añadir luego los misiles Shehab y Zelzal. Más tarde dividir los 7 millones y medio de habitantes de la entidad sionista entre todos ellos y se sabrá cuántos israelíes corresponden a cada misil. En cuanto al problema de la geometría, consiste en dibujar tres círculos alrededor de Tel Aviv: el primero para el alcance de los Shehab, el segundo para los Scud y el tercero para los Katiusha.
Éste es el pasaje de un artículo publicado en el diario israelí Haaretz, y firmado por el columnista Zevi Bareil, que ilustra el nivel de preocupación de los dirigentes y expertos israelíes, debido a la amenaza existencial que representan la fuerza disuasión balística que ha acumulado la Resistencia libanesa desde finales de julio de 2006 hasta la actualidad.
Entre Hezbolá e Israel se ha creado un equilibrio del terror, cuyo objetivo es disuadir a Israel de cualquier confrontación contra el Líbano. El ex secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, se refirió a este tema cuando dijo que “Hezbolá tiene más misiles que muchos gobiernos.”
Por lo tanto, Israel se enfrenta a dos opciones: o cohabita con esta fuerza y se resigna a un status quo, que es, literalmente todo lo contrario a lo que contempla su doctrina militar basada en la ofensiva, o corre el riesgo de entrar en una confrontación, cuya esencia y consecuencias el mando militar ignora.
En los últimos años, Israel ha movilizado a sus servicios de inteligencia para obtener información o datos suficientes sobre el nivel de armamento, entrenamiento y preparación de Hezbolá para una próxima confrontación.
El mando militar israelí ha desarrollado un mapa para medir el ritmo de desarrollo del armamento de Hezbolá. En cuanto a sus indicadores, se han medido en dos fases:
La primera comenzó con el final de la Guerra de Julio de 2006 y continuó hasta el año 2010: Hezbolá logró en ese tiempo un salto cualitativo, de acuerdo a la confesión de fuentes militares de Israel.
En cuanto a la segunda fase, ésta es la más importante porque está ligada a la crisis siria y en el transcurso de la cual Hezbolá ha reducido las diferencias de su armamento frente al de Israel al adquirir sistemas de defensa antiaérea muy sofisticados y misiles de tipo Scud.
Misiles de todo tipo
Según el testimonio del antiguo director del Servicio de Investigación en el Departamento de Información del Ministerio de Defensa israelí, general de brigada Yossi Bedetz, ante la Comisión de Asuntos Exteriores y de Seguridad del Knesset en 2010, Hezbolá dispone de un arsenal formado por miles de misiles balísticos de todos los tipos y con diferentes alcances, incluyendo misiles de combustible sólido más precisos y de más largo alcance. Él concluyó diciendo que el Hezbolá de 2010 era completamente diferente del de 2006.
Las estimaciones israelíes sobre la cantidad de misiles en poder de la resistencia libanesa han cambiado: de 12.000 misiles, según el Estudio Aviad, a los 20.000, según señaló el ministro de Defensa Ehud Barak en agosto de 2007. Más tarde, según fuentes de los servicios de inteligencia israelíes, la cifra sería de 42.000 misiles de tipo “Katiusha”, “Raad”, “Jaibar” y “Fateh 110”.
A éstos, los servicios de inteligencia israelíes añadieron en 2010 los misiles M-600, que son considerados más precisos que los precedentes, y que tienen un alcance de 250 kms y transportan una cabeza explosiva que pesa media tonelada. Esto sin olvidar los misiles Scud transferidos por Siria, de un alcance máximo de 500 kms y equipados con ojivas que pesan media tonelada, y los Zelzal, de 400 km de alcance y una cabeza explosiva de 300 kgs.
El presidente de la Dirección Política y de Seguridad del Ministerio de Defensa israelí, Amos Gilad, señala también que Hezbolá dispone de misiles Scud-D, de 700 kms de alcance y una ojiva de 150 kgs, que pueden llegar a cualquier objetivo en Israel desde cualquier parte del Líbano. Para el comentarista de cuestiones militares, Amir Boukhbot, la adquisición de Scud por la resistencia ha modificado el equilibrio estratégico en Oriente Medio.
Hezbolá ha adquirido un misil considerado el sucesor del antitanque Kornet, que poseía antes de la guerra. Se trata de un misil ruso bautizado con el nombre de “Crisantemo”, que adquirió en 2008. Con un alcance de seis kilómetros, este misil puede penetrar en la armadura de todos los tipos de tanques.
Israel se halla además en una situación de incapacidad para frenar la adquisición de armas por parte de Hezbolá y que se desarrolla día tras día. Pese a ello, los israelíes han tratado últimamente de impedir la adquisición por la Resistencia libanesa del sistema de defensa antiaéreo SA-17, uno de los más sofisticados, y de misiles supersónicos tierra-mar rusos Yajont.
Con la entrada en acción del drone Ayub, lanzado por Hezbolá en octubre último y que penetró hasta una profundidad de 55 kms en el espacio aéreo de la Palestina ocupada, la Resistencia en el Líbano inauguró el primera ecuación de disuasión aérea en la historia del conflicto con Israel.
Esto permitió romper el sistema de protección del espacio aéreo israelí, a partir de ahora penetrable, dado que Hezbolá dispone de varios tipos de drones, según el Departamento de Información del Ministerio de Defensa israelí.
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