Luis Salazar Brehm / Jueves, 7 Mayo 2020 - 21:50
Los drones armados se han convertido en un elemento cada vez más común de los campos de batalla modernos. Hasta hace relativamente poco, Estados Unidos era la única superpotencia mundial que empleaba de forma rutinaria aviones no tripulados para acechar a los terroristas en África, Oriente Medio y Asia. Ese ya no es el caso. Irán dio a conocer un ejército de nuevos drones equipados con misiles antitanque en abril, y China está exportando drones a Medio Oriente. Sin embargo, Washington es reticente a exportar su propia tecnología de drones y ha observado cómo drones estadounidenses han sido derribados en Yemen, el Golfo Pérsico y Libia.
La tecnología de drones militares fue pionera en Israel en la década de 1980 y luego fue usada por Estados Unidos en Bosnia a principio de los 90´s, luego usados por EU contra el terrorismo. En los últimos años países como China, Turquía, Irán y Rusia han avanzado rápidamente en la construcción de sus propios drones. De mayor preocupación es que China, Irán y Turquía también están exportando drones armados. Esto es el resultado de dos tendencias: la decisión de Estados Unidos de NO vender sus drones armados para evitar la proliferación de la tecnología, y el deseo de otros países de adquirir estas armas de quien las ponga a disposición. Por ejemplo, EAU había buscado drones armados estadounidenses desde principios de la década de 2000; finalmente se le permitió comprar Predators desarmados en 2013, y ha recurrido a China para satisfacer algunas de sus otras necesidades de drones. Desde 2015, legisladores de Estados Unidos han estado presionando a la administración Trump para que permita la venta de versiones armadas.
Del mismo modo Jordania, un aliado cercano de Estados Unidos, recurrió a China en 2015 cuando se rechazaron sus solicitudes de drones armados. El Pentágono ha advertido durante años que China está llenando el vacío dejado por Estados Unidos en las ventas de drones artillados. Se rumora que China ya ha comenzado la venta de drones en el Golfo Pérsico y en otros lugares como Jordania, Arabia Saudita, Irak y Egipto
En 2018 la OACI organizó por primera vez fuera de su cede en Montreal, el simposium sobre drones “Dron Enable”. La cede fue Chengdu, China. Ahí fui testigo de la gran exhibición de drones militares montada por el gobierno chino.
Los drones juegan cada vez más un papel más relevante en los conflictos en Siria, Yemen y Libia. La Marina de Estados Unidos interceptó una seria de drones armados cargados con tecnología iraní con destino a Yemen. Irán también exportó su avión no tripulado Shahed 129, que es una copia del Predator estadounidense, a Siria para probarlo durante la guerra civil del país. (video comparativo entre ambos UAS)
Mientras que China ha estado vendiendo drones a los aliados de EU e Irán está utilizando drones contra los intereses de EU, Turquía también está aumentando sus fuerzas de drones armados y exportándolos. A pesar de los embargos de armas, Turquía ha estado enviando drones a Libia para respaldar a un lado en la guerra civil.
Las defensas aéreas rusas, enviadas a Libia, derribaron un avión no tripulado estadounidense el año pasado. Libia, Yemen y Siria se han convertido en terrenos de prueba para la nueva tecnología de drones militares chinos utilizados por Turquía e Irán.
Las exportaciones estadounidenses de drones armados se han visto obstaculizadas por disposiciones del Régimen de Control de Tecnología de Misiles, que es un acuerdo entre 35 países que regulan las exportaciones de misiles y drones. Ese acuerdo ha impedido que EU y otros signatarios pueda vender drones artillados, pero dio “rienda suelta” a países como China e Irán, que no son signatarios.
La defensa aérea rusa ha mejorado al usar Siria como campo de pruebas. Irán se benefició de manera similar al ver cómo funcionan sus drones contra la tecnología de defensa aérea de los EU en Arabia Saudita.
La carrera armamentista no tripulada es una realidad y una práctica en cualquier conflicto futuro.
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