domingo, 16 de diciembre de 2018

Los ejércitos ilegales que enfrentará la nueva cúpula militar



El Presidente Duque, junto al Ministro de Defensa y la nueva Cúpula Militar y de Policía.
Foto: 

Nicolás Galeano - Presidencia

Por: Unidad Investigativa 
15 de diciembre 2018 , 10:00 p.m.


Cuatro meses y medio después de asumir el mando, el gobierno Duque terminó de consolidar el mapa de la guerra que Colombia está librando después de firmar el acuerdo de paz con las Farc, y que se convertirá en la hoja de ruta de la nueva cúpula militar que asume el mando este lunes. 

En efecto, el Ministerio de Defensa le remitió al Congreso un documento confidencial –conocido por EL TIEMPO–, según el cual en el país hay hoy 7.260 integrantes de grupos ilegales. Asimismo, asegura que estas organizaciones criminales tienen incidencia en 26 de los 32 departamentos.


Además del alcance geográfico, la cifra de hombres en armas resulta alarmante si se tiene en cuenta que equivale a más de la mitad de los integrantes de las Farc que se desmovilizaron en 2016.


Para el Gobierno es claro que esa tropa irregular es la responsable, en buena parte, del aumento del 6,2 por ciento en el número de homicidios con relación al año pasado, cuando se estaba estrenando la paz. 

En efecto, entre enero y octubre de 2017 se registraron 9.957 crímenes, y en el mismo periodo de este año fueron 10.579. 

En el reporte al Congreso, firmado por el ministro Guillermo Botero y fechado el 20 de noviembre, se admite que las disidencias de las Farc vienen en crecimiento.

En su momento, su antecesor, Luis Carlos Villegas, aseguró que no pasaban de 400 combatientes. Pero inteligencia militar calcula que ya tienen más de 1.740 hombres en armas, con incidencia criminal en 19 departamentos: Meta, Guaviare, Vaupés, Guanía, Vichada, Arauca, Casanare, Valle, Cauca, Nariño, Tolima, Caquetá, Putumayo, Huila, Amazonas, Antioquia, Córdoba, Chocó y Norte de Santander.

Para el Comando General de las Fuerzas Militares, es claro que las disidencias están operando de forma idéntica a la guerrilla de la que se escindieron, acudiendo a asesinatos, desplazamientos y reclutamiento forzado. Además, a extorsiones, secuestros y al tráfico de estupefacientes.


En algunos comunicados se identifican como las Farc-EP y, por ende, se rigen bajo los ‘estatutos políticos y militares’ que tenía la citada organización


De hecho, asegura el Gobierno, “en algunos comunicados se identifican como las Farc-EP y, por ende, se rigen bajo los ‘estatutos políticos y militares’ que tenía la citada organización”.

Y advierte que “han venido empleando armas no convencionales contra la Fuerza Pública y atentando contra la población civil con la siembra de minas antipersonales de fabricación artesanal, lanzamiento de explosivos improvisados y empleo de vehículos con explosivos (motos bomba)”.

Eso explica por qué los actos terroristas pasaron de 113, en los primeros 10 meses de 2017, a 126 en el mismo periodo de este año, según datos oficiales. 

Autoridades locales completan esta radiografía señalando que las disidencias ya han logrado consolidar control territorial. Por ejemplo, hacen presencia en los alrededores de Ituango, Briceño y Urabá (Antioquia), donde son comandados por alias Segundo, Diomedes y Ramiro, cuyas identidades ya están en manos de la nueva cúpula. 

Allí, la extorsión a comerciantes y la minería ilegal son los principales botines. Pero la gasolina de la disidencia es, sin duda, la coca.

El Gobierno acaba de admitir que los ingresos del narcotráfico aumentaron en un 150 por ciento en un año, superando los 5.600 millones de dólares, lo que equivale al 1,6 por ciento del PIB y a lo que valen dos leyes de financiamiento.

En ese renglón delincuencial clasifican a los narcodisidentes Miguel Botache, alias Gentil Duarte, y Néstor Vera, ‘Iván Mordisco’, quienes tienen su centro de operación en Guaviare y Guanía. Además, a Walter Patricio Arizala, alias Guacho, narcoguerrillero que opera desde Nariño y Cauca.Eln es el más numeroso

A pesar del poder que están acumulando las disidencias de las Farc, el Eln es actualmente el ejército ilegal más numeroso, con más de 2.206 hombres que tienen incidencia criminal en al menos 14 departamentos.

Según el documento confidencial, esa guerrilla, con la que se tiene suspendido un proceso de paz, suma siete frentes de guerra con operaciones activas en La Guajira, Cesar, Norte de Santander, Arauca, Boyacá, Casanare, Santander, Vichada, Antioquia, Bolívar, Chocó, Valle, Cauca, Nariño y Tolima.

Su actividad ilícita se sigue centrando en el narcotráfico, la minería ilegal, los asesinatos selectivos, el contrabando, el tráfico de armas, el proselitismo armado y la voladura de la infraestructura.

Esta última estrategia de guerra se ha incrementado pasando de 63 voladuras de oleoductos en 2017 a 93. Y las torres de energía también entraron de nuevo entre sus blancos. El año pasado no hubo ninguna voladura y este año ya van 12. 

Hoy hay al menos 16 jefes del Eln plenamente identificados; algunos, incluso, ubicados fuera del país. Entre ellos están Nicolás Rodríguez, alias Gabino; Israel Ramírez, ‘Pablo Beltrán’; Eliécer Chamorro, ‘Antonio García’; Rafael Sierra, ‘Ramiro Vargas’, y Gustavo Giraldo, ‘Pablito’. Todos con antecedentes y un pasado sangriento a cuestas.El reciclaje de la guerra

Y a pesar de la tregua navideña que ofreció y de su supuesta voluntad de sometimiento, el ‘clan del Golfo’ es el tercero en la lista de enemigos públicos que elaboró el Ministerio de Defensa.

De hecho, su jefe, Darío Antonio Úsuga, ‘Otoniel’, es objetivo prioritario para agencias internacionales como la DEA.

Aunque la Fuerza Pública le ha propinado en los últimos tres años fuertes golpes –van 2.778 capturas y 109 muertos–, ‘el clan’ sigue siendo uno de los socios claves de las mafias europeas. 

Tiene bajo su mando 1.600 hombres en armas, con tentáculos en Antioquia, Bolívar, Cesar, Chocó, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Norte de Santander, Santander y Sucre. Y varios de sus cabecillas son integrantes de los exparamilitares que, al igual que las disidencias de las Farc, reincidieron en la criminalidad.

‘Los Pelusos’, reducto del viejo Epl, también clasificó en la carta del ministro Botero. Ya cuenta con 260 integrantes en armas con incidencia en Cauca, Norte de Santander y Valle. 

Y aunque hace 12 días la Policía dio de baja a su máximo cabecilla, Óscar Mauricio Pachón Rozo, ‘los Puntilleros’ también son considerados otro grupo de alta peligrosidad. Suman 50 integrantes armados que operan en Meta, Vichada y Antioquia, donde se refugiaba Pachón luego de que uno de sus socios, preso en Estados Unidos, lo declaró objetivo militar.

Los otros 1.400 delincuentes de los que Botero le habla al Congreso están diseminados en 23 grupos delictivos organizados. Estos, según inteligencia militar, están desplegados en 36 municipios de 11 departamentos, dedicados al “tráfico de estupefacientes, uso de ‘franquicias criminales’ (‘outsourcing’), absorción de otros componentes criminales e impuestos a rentas ilícitas”. 

Este mapa criminal ya se analizó en las mesas de empalme entre las cúpulas saliente y entrante. De hecho, esta última reforzará las operaciones multifuerza Agamenón, Atlas, Esparta y Zeus para someter y reducir estas organizaciones.

La estrategia incluye un trabajo a nivel rural en 13 departamentos, 93 municipios, 565 veredas y 14 ríos.

El ministro de Defensa cerró su radiografía advirtiendo que el diagnóstico de seguridad del país “se refleja en las acciones de reacomodamiento de estos grupos en los territorios donde anteriormente ejercían influencia las Farc, disputándose las economías criminales que generan grandes dividendos, especialmente el fenómeno del narcotráfico”. Y así se lo ratificó a EL TIEMPO.‘Aquí ya lo que queda es ilegalidad total’



Guillermo Botero, ministro de Defensa.
Foto: 

Claudia Rubio / El TIEMPO

¿7.000 ilegales en armas representan un riesgo para la seguridad?

Lo más importante es conocer las cifras, analizarlas y saber qué camino se está cruzando. Lo mejor es reconocer las realidades y, conforme a ellas, diseñar planes para evitar el impacto que puedan tener esos grupos armados. Esto nos lleva a diseñar el Plan Bicentenario, que es la ruta con la que vamos a operar los próximos 4 años.

¿Su capacidad de daño es muy alta?

Lo que tenemos es una sumatoria de varios grupos tipo A, que son a los que estamos atacando en diferentes regiones. Por ejemplo, con el golpe que le dimos a ‘Puntilla’, el de ‘los Puntilleros’, esta organización ya está bastante menguada.

¿Es posible su derrota militar? 

Pero claro que sí. Con el Plan Diamante, que ya completó los primeros 100 días, hemos golpeado duramente a estas organizaciones. Aquí ya lo que queda es ilegalidad total y a esas personas las hemos venido atacando con fuerza. Tenemos resultados buenos, siempre susceptibles de mejorar.

¿Cómo se explica que, según dijo en su momento el gobierno anterior, se reportaran unos 400 hombres en las disidencias de las Farc y ahora ya superen los 1.700?

Son varios los factores. En primer lugar, están quienes primero pensaron en acogerse al proceso de paz y luego no lo hicieron. Un segundo factor es que eventualmente se dio una errónea medición. Estas cifras son las que ahora nosotros manejamos. Una posibilidad es que antes no se haya medido correctamente, pero la otra es que efectivamente haya aumentado el número.

¿El cambio de cúpula obedece a un enfoque más militar?

Las Fuerzas Militares y la Policía evolucionan, lo tienen que hacer para dar paso a las personas que se han venido formando. Lo diferente es que lo hicimos con un proceso de preparación de 4 meses y no tan pronto se llegó al gobierno.

UNIDAD INVESTIGATIVA
u.investigativa@eltiempo.co
En Twitter: @uinvestigativa


https://www.eltiempo.com/justicia/investigacion/los-ejercitos-ilegales-que-enfrentara-la-nueva-cupula-militar-305714

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