Estados Unidos acaba de realizar un ensayo de los componentes no nucleares de la súper bomba atómica B61-12, artefacto que ahora comenzará a fabricar en serie. En territorio de la Unión Europea, que se dice defensora de la paz, la nueva bomba atómica estadounidense será incluida en el equipamiento de la fuerza aérea italiana, lo cual viola simultáneamente el Tratado de No Proliferación Nuclear y la Constitución de Italia.
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Las luces de la escena político-mediática se concentran en este momento en la escalada nuclear en desarrollo en la península de Corea, dejando mientras tanto en la penumbra la que se prepara en la península italiana.
El Air Force Nuclear Weapons Center anunció el 13 de abril de 2017 que, en el polígono de Nellis, en Nevada (Estados Unidos), «un F-16 de la US Air Force largó una bomba nuclear B61-12 inerte [o sea, sin explosivo] demostrando la capacidad del avión para utilizar esa arma y sometiendo a prueba el funcionamiento de los componentes no nucleares de la bomba, incluidos el reglaje y activación del sistema de control, el radar altimétrico, los motores de los cohetes de rotación y el ordenador de control».
Eso quiere decir que la B61-12, la nueva bomba atómica estadounidense destinada a reemplazar la B61 almacenada en Italia y en otros países europeos, entra en la fase de ingenierización que prepara su producción en serie. Los numerosos componentes de la B61-12 se proyectan y se someten a ensayos en los laboratorios nacionales [estadounidenses] de Los Alamos y Alburquerque, en Nuevo México; y de Livermore, California; y se fabrican en una serie de instalaciones situadas en los Estados de Missouri, Texas, Carolina del Sur y Tennessee. A esos componentes se agregan la sección de cola de la bomba, que garantiza la guía de precisión, fabricada por Boeing.
La nueva bomba atómica estadounidense B61-12 no es una simple versión actualizada de la anterior. Es un arma nueva: tiene una cabeza nuclear que permite seleccionar entre 4 opciones de potencia diferentes, en función del objetivo atacado; un sistema de guía que permite que el avión que la utiliza no tenga que posicionarse verticalmente sobre el objetivo sino a distancia de este; y también puede penetrar en el suelo para garantizar la destrucción de los búnkeres de los centros de mando en un primer ataque nuclear.
El ensayo del 13 de abril confirma que la nueva bomba atómica estadounidense puede ser utilizada desde los F-16 C/D de la 31st Fighter Wing, la escuadrilla de cazabombarderos que Estados Unidos mantiene estacionados en la base de Aviano (Italia), actualmente lista para iniciar un ataque nuclear con 50 bombas B61 –esa cifra proviene del estimado publicado por la FAS, la Federación de Científicos Estadounidenses.
La B61-12, según especifica el comunicado, también puede ser utilizada desde los cazabombarderos Tornado PA-200 del 6º Escuadrón de la fuerza aérea de Italia, con base en Ghedi, actualmente listos para iniciar un ataque nuclear con 20 bombas B61 [estadounidenses], en espera de que la fuerza aérea italiana reciba también los F-35 en los que –según anuncia la US Air Force– «se integrará la B61-12».
Pilotos italianos se entrenan actualmente para realizar ataques nucleares bajo el mando de Estados Unidos, señala la FAS [1], precisando que eso está demostrado por la presencia en la base aérea de Ghedi del 704th Munitions Support Squadron, una de las 4 unidades que la fuerza aérea de Estados Unidos mantiene desplegadas en las bases europeas –además de las que existen en Alemania, Bélgica y Holanda– «donde las armas nucleares estadounidenses están destinadas a ser lanzadas desde aviones del país que las alberga». Así que los pilotos de esos 4 países europeos –más Turquía– están entrenados para utilizar la bomba B61 y se entrenan para utilizar las B61-12 participando en Steadfast Noon, el ejercicio de guerra atómica que la OTAN realiza cada año. En 2013 ese ejercicio se realizó en Aviano y en 2014 se hizo en Ghedi.
Según el programa trazado, las B61-12, cuyo costo está previsto entre 8 000 y 10 000 millones de dólares para la producción de 480 bombas, comenzarán a fabricarse en serie en 2020 y a partir de entonces reemplazarán las B61 en Italia y en los demás países de Europa.
En las fotos satelitales publicadas por la FAS pueden comprobarse las modificaciones ya realizadas en las bases de Aviano y Ghedi –en Italia– y en otras bases situadas en Europa y Turquía para recibir las nuevas bombas atómicas estadounidenses. No se sabe cuántas están destinadas a Italia, pero es posible que, dado el contexto de creciente tensión con Rusia, su número sea mayor que la cantidad de B61 actualmente desplegadas. También es posible que, además de Aviano y Ghedi, se desplieguen también en otras bases en suelo italiano, como Camp Darby, donde se almacenan las bombas de la US Air Force de este lado del Atlántico.
La participación, por primera vez, de pilotos polacos con cazabombarderos F-16 C/D en el ejercicio de guerra nuclear de la OTAN realizado en Ghedi en 2014 indica además que, según todas las probabilidades, las nuevas bombas atómicas estadounidenses B61-12 serán desplegadas también en Polonia y en otros países del este de Europa. Varios F-16 y otros aviones de guerra de la OTAN capaces de llevar armamento convencional tanto como armamento nuclear ya se despliegan de forma rotativa en las repúblicas bálticas, fronterizas con Rusia.
Cuando se inicie, en 2020 –aunque no se puede excluir la posibilidad de que comience antes–, el despliegue en Europa de las nuevas bombas nucleares estadounidenses B61-12, que el Pentágono define como «elemento fundamental de la tríada nuclear estadounidense» –o sea, todo el armamento nuclear utilizable por las fuerzas terrestres, la fuerza aérea y la marina de guerra–, Italia, país oficialmente no nuclear, se verá en la primera línea de un enfrentamiento cada vez más peligroso entre la entidad Estados Unidos/OTAN y Rusia.
Hasta el propio general James Cartwright, ex jefe del Mando Estratégico de Estados Unidos, advierte que «armas nucleares como las bombas B61-12, de potencia más reducida (entre 0,3 y 50 kilotones) y más precisas, aumentan la tentación de utilizarlas como primer recurso y no como represalia».
En ese caso, es seguro que Italia sería el primer blanco de la inevitable represalia nuclear.
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