Aunque China promocione su propio caza furtivo J-20, el país asiático sigue mostrando un especial interés por los aviones de combate rusos. Según lo acordado entre Moscú y Pekín, Rusia le suministrará al gigante asiático cuatro Su-35 para finales de año y otros 20 por un valor de unos 2.000 millones de dólares en los próximos tres años. Sin embargo, contando con experiencias previas, cuando los ingenieros chinos no se contenían en su práctica de adquirir y copiar, Moscú tuvo que insistir en la protección de su propiedad intelectual
Anteriormente China 'clonaba' las antiguas versiones de los Su, usando las tecnologías rusas para crear su propia línea de cazas Shenyang J-11, J-15 y J-16, mientras que el nuevo J-20 recuerda el Su-35 en varias de sus características. Sin embargo, el editor de defensa de The National Interest, Dave Majumdar, recalca que China aún no cuenta con las tecnologías necesarias para producir propulsores y electrónica de combate modernos. El caza de quinta generación Chengdu J-20 fue exhibido esta semana por primera vez ante la comunidad internacional, durante la 11ª Exposición Internacional Aeronáutica y Aeroespacial de China que se celebró del 1 al 6 de noviembre en la ciudad de Zhuhai
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