Una fuente próxima a la familia reinante en Arabia Saudí se ha referido a un reciente informe de la CIA que inquieta vivamente a Riad. Se trata de un texto que habla de una “fuerza especial yemení”.
Desde marzo de 2015, las fuerzas saudíes se han mostrado incapaces de vencer a los combatientes de Ansarulá y al Ejército yemení. A pesar de que no hay duda de que Ansarulá tiene combatientes experimentados, no son ellos a los que se refiere el “informe inquietante” de la CIA.
El antiguo presidente yemení, Abdulá Saleh, dispondría de unidades de élite y polivalentes, capaces de causar daños importantes una vez introducidas en el territorio saudí. Ali Abdulá Saleh, que dispuso del poder en el país desde hace dos décadas, se apoyó en el Ejército nacional, y en especial en unidades que provenían del Sur y el Norte de Yemen, con el fin de servir a los intereses de todas las tribus que componen el país.
Un despliegue de las tropas yemeníes en el territorio saudí es posible en un futuro próximo.
La unidad especial a la que se refiere el informe recibe el nombre de Katiba 7/7 y está compuesta de soldados entrenados durante mucho tiempo y capaces de manejar las armas más sofisticadas.
La CIA informó a los saudíes que dicha unidad podría tener una influencia decisiva en el campo de batalla pese a la superioridad aérea del Ejército saudí. Es una fuerza que lleva a cabo operaciones delicadas en la retaguardia enemiga.
Otro de los temas que cita el informe sería el “arsenal balístico” de que dispone el Ejército yemení, un arsenal compuesto por más de 800.000 obuses de mortero Katiusha, 120 lanzacohetes Uragan BM27, cerca de 12.000 misiles Uragan, 4.000 misiles Toshka, 8.000 misiles Luna, 14.000 misiles antiaéreos Peshora y una gama de misiles Scud y M25.
Saleh estaría también reparando y situando en vías de ferrocarril los sistemas de radar del Ejército yemení.
La CIA habría alentado al ministro de Defensa saudí y príncipe heredero, Mohammed bin Salman, contra las fugas de información de los servicios de inteligencia y de seguridad saudíes hacia los yemeníes, lo que quiere decir que el servicio de inteligencia saudí está infiltrado por agentes de los servicios de información yemeníes. Saleh tiene vínculos con pesos pesados del régimen saudí desde hace décadas.
La agencia estadounidense aconseja a Bin Salman que abra sin tardar canales de comunicación con Ali Abdulá Saleh. Queda por ver si Saleh estará dispuesto o no a dialogar con Bin Salman. El discurso de su aliado y líder de Ansarulá, Abdul Malik al Huthi, con ocasión de Aid al Gadir, deja suponer lo contrario: Al Huthi tendió la mano a las poblaciones de las regiones fronterizas de Arabia Saudí afirmando que “los yemeníes están dispuestos a ayudarles en sus futuras revueltas contra los Al Saúd”.
http://spanish.almanar.com.lb/8270
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