Mientras que en EE.UU. "están muy orgullosos de la generación de soldados que lucharon en la Segunda Guerra Mundial", los militares del siglo XXI siguen cometiendo crímenes contra la población japonesa.
Toru YamanakaAFP
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El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha llegado este miércoles a Japón para participar en la cumbre del G7, que se celebra este jueves y viernes. Durante su viaje, Obama visitará también la ciudad de Hiroshima,convirtiéndose de esta manera en el primer mandatario estadounidense en visitar la ciudad, tristemente conocida por haber sufrido un bombardeo atómico de EE.UU. Aunque muchos esperan las disculpas del mandatario al pueblo japonés, la Casa Blanca descarta tal posibilidad. Ben Rhodes, asesor en seguridad nacional del presidente norteamericano aseguró que los estadounidenses "están muy orgullosos de la generación de soldados que lucharon en la Segunda Guerra Mundial".
La presencia militar, que se ha convertido en una ocupación
Mientras tanto, hay otro tema incómodo más a discutir durante la visita. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, prevé abordar el debate sobre la presencia militar estadounidense en Okinawa. Esa prefectura japonesa alberga la mayor parte de las fuerzas estadounidenses en el país asiático: 32 bases con 25.000 soldados desplegados.
La abundante presencia de militares estadounidenses, a quienes los ciudadanos se refieren como "una ocupación", sigue siendo una fuente permanente de crímenes y violencia en las islas.
Asesinatos y abusos sexuales en vez de defensa
Sin ir muy lejos, la semana pasada, un civil que trabajaba en una instalación militar norteamericana fue detenido por su presunta vinculación con el asesinato de una mujer japonesa. Abe expresó su rechazo: "Es un delito imperdonable, expreso mi rabia al respecto. El crimen impactó no solo a la población de Okinawa, sino a todo el país". Obama se vio obligado a presentar disculpas: "Le expreso mis sinceras condolencias por el fallecimiento de la joven. Estamos adelantando una investigación escrupulosa y colaboramos en ese proceso".
En Okinawa hay movimiento de protestas no solo contra los abusos, sino en general contra la presencia militar
Pero la historia criminal data de los años 1950 y abundan los delitos. Uno de los casos más graves se produjo en septiembre de 1955, cuando un soldado norteamericano secuestró a la niña japonesa Yumiko, de solo seis años de edad. Al día siguiente el cuerpo de la menor fue hallado en un vertedero de basura. Un familiar de la niña comentó al periódico japonés 'The Asahi Shimbun', que recuerda "el asesinato de Yumiko cada vez que pasa un crimen similar. Siento mucho dolor".
En el año 1995, tres soldados de Estados Unidos violaron a una niña de 12 años, lo que desembocó en protestas de miles de japoneses. En febrero del 2008, un infante de marina norteamericano agredió a una adolescente japonesa. Y los delitos semejantes siguen comprometiendo la presencia de los militares norteamericanos en Okinawa.
"EE.UU. como superpotencia ha sentido siempre una cierta inmunidad"
Sobre la tensa situación, el politólogo y analista internacional, Miguel Candelas, opina que Washington cuenta con un gran poder para defender a sus militares que cometen crímenes. "EE.UU. como superpotencia con las bases militares que tiene desplegadas a lo largo y ancho del planeta ha sentido siempre una cierta inmunidad". "En Okinawa hay movimiento de protestas no solo contra abusos, sino en general contra la presencia militar", añade politólogo.
Las bases militares de EE.UU.RT
https://actualidad.rt.com/actualidad/208376-bases-militares-eeuu-japon-violencia
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