jueves, 28 de enero de 2016

¿Está Israel a punto de lanzar una nueva guerra en Gaza?




Se citan fuentes militares de Tel Aviv para apoyar esta idea, que, de ser cierta, requeriría que Israel se embarque en una nueva ofensiva militar contra los palestinos del territorio sitiado. Esta conclusión, que ha sido abordada seriamente por los medios de comunicación palestinos, ha llevado a muchos gazatíes a creer que están a punto de sufrir una nueva guerra.

Sin embargo, el análisis que ha llevado a esa conclusión se ha basado en algunas premisas incoherentes. El hecho de que Israel se haya interesado en las pruebas de misiles efectuadas por el brazo militar de Hamas, las Brigadas Al Kasam, y de que se haya hablado sobre la reconstrucción de los túneles de Hamas no significa, necesariamente, que el gobierno de Benjamín Netanyahu esté planeando otra guerra. Por otra parte, Israel ha insistido en que el bloqueo impuesto por Egipto a Gaza ha contribuido en gran parte a limitar y reducir las capacidades militares de Hamas.

En estos momentos, Israel es incapaz de lograr su objetivo estratégico de liquidar y eliminar a los grupos de la resistencia dentro de Gaza sin reocupar el enclave o, al menos, tomar el control de la ciudad de Gaza. Un documento estratégico elaborado por el jefe del estado mayor israelí, Gadi Eizenkot, y publicado por el ejército en una decisión sin precedentes hace tan solo cinco meses, sostiene claramente que cualquier guerra futura con Gaza debe tratar de hacerse con el control de la principal autoridad de Hamas y de los centros de sus mandos militares.

La publicación de este documento significa que los altos mandos militares israelíes están obligando a los políticos a aceptar ciertas condiciones para una guerra en la Franja de Gaza. Entre estas condiciones se incluyen permitir al ejército alcanzar sus objetivos estratégicos y, en particular, la reocupación de Gaza.

La publicación del documento de Eizenkot fue una respuesta a las críticas dirigidas por los políticos y los medios de comunicación israelíes por la actuación del ejército en la guerra de 2014, especialmente por su incapacidad para resolver los asuntos en menos de 51 días. El documento es un texto “político” hecho público en el contexto de una confrontación entre las elites política y militar de Israel.

Está claro que Eizenkot está diciendo a los políticos que la reocupación de la Franja de Gaza es crucial para el logro de los objetivos estratégicos en cualquier guerra futura. El pistoletazo de salida para una guerra que no incluyera ese cometido proporcionaría al ejército una excusa, ya fabricada, si fuera incapaz de cumplir con su deber de lograr esos objetivos.

Los círculos de Tel Aviv en los que se toman las decisiones son conscientes del elevado precio militar, político y económico de una reocupación permanente de Gaza. No es una casualidad que, con la excepción del ex ministro de exteriores Avigdor Lieberman, no haya mucho entusiasmo en Israel por la reocupación del enclave costero, ni siquiera en la extrema derecha.

En cuanto a la atención que está prestando el ejército de Israel a la creciente fortaleza militar de Hamas y a la reconstrucción de sus túneles bajo la frontera, se trata de aprender las lecciones de la última guerra. Entonces, el ejército y los servicios de seguridad del Shin Bet fueron acusados de no haber descubierto los túneles y de no haber proporcionado la información necesaria para que los políticos determinaran los objetivos de la ofensiva.

Lo que reduce las posibilidades de librar una guerra total es el hecho de que quienes toman las decisiones y los estrategas de Israel son conscientes de que Hamas no quiere una confrontación militar a gran escala. También saben que la máxima prioridad del movimiento islamista es hacer frente a los efectos del bloqueo ilegal impuesto a Gaza por Israel, con la complicidad de Occidente y sus aliados en la región, sobre todo Egipto. El líder de Hamas Ismael Haniya dejó claro el 23 de enero que esta era su prioridad cuando, en una conferencia de prensa, dijo que el movimiento no está interesado en ninguna confrontación con Israel.

Al mismo tiempo, la creencia de que Israel puede lanzar una guerra contra Gaza para encubrir su fracaso a la hora de evitar los ataques de la resistencia y las operaciones en la Cisjordania ocupada no es lógica. La razón es que esos actos están siendo efectuados por individuos y no están coordinados por ninguna organización. Por tanto, ninguna acción militar en Gaza reducirá la frecuencia de estos ataques y operaciones; más bien, podría tener el efecto contrario.

Por otra parte, en el caso de que las actuales conversaciones entre Turquía e Israel culminaran en un acuerdo por el cual se levantara el bloqueo de la Franja de Gaza, las posibilidades de una nueva guerra contra ese territorio palestino serían todavía menores. Hamas estaría más interesado en aprovechar el fin del bloqueo, para aliviar el sufrimiento de los palestinos. Esto también beneficiaría a Hamas en su intento de mantener la paz. Israel cree que la normalización de sus relaciones con Turquía es un objetivo estratégico y, por tanto, no está animado a incrementar las tensiones con Gaza de forma que pudiera amenazar las posibilidades de llegar a un acuerdo con Ankara.

No obstante, no podemos descartar por completo una nueva guerra. Si el bloqueo y las consiguientes dificultades económicas llevan al colapso del gobierno y de los servicios públicos en la Franja de Gaza, entonces prevalecerá el caos. Esto conllevaría, al menos, una escalada de ataques contra Israel y, entonces, Netanyahu se sentiría obligado a “responder” con la fuerza bruta.


Acerca del traductor: Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestina, Israel y Medio Oriente. Le puedes seguir en Twitter como @bouleusis

Fuente: Dr. Saleh al Naami, Middle East Monitor / Traducción: Javier Villate en el Blog Disenso


http://palestinalibre.org/articulo.php?a=59863

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