La embajada rusa en Damasco fue bombardeada con fuego de mortero procedente de una zona controlada por las fuerzas antigubernamentales, en un ataque que no causó víctimas, informó hoy el gobierno de Rusia, que llamó a la comunidad internacional a condenar el hecho.
"Condenamos con firmeza el bombardeo criminal de la misión diplomática de Rusia en Damasco", declaró el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.
"Esperamos un claro pronunciamiento por parte de la comunidad internacional acerca de este acto terrorista", manifestó el departamento.
"Lo que se requieren no son solo palabras, sino acciones concretas también", añadió el Ministerio, citado por la agencia de noticias EFE.
Según el texto, el ataque tuvo lugar ayer por la mañana, y no causó víctimas, y procedía de una zona controlada por las milicias contrarias al gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad.
Desde la época soviética, Rusia es uno de aliados más importantes de Siria en la escena diplomática internacional y uno de los sostenes militares del Ejército sirio en la guerra contra una variedad de grupos insurgentes que desde 2011 buscan derrocar a Al Assad.
La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que su país seguirá suministrando armas y entrenamiento al Ejército sirio para combatir al grupo islamista Estado Islámico (EI), luego de que Estados Unidos denunciara un preocupante refuerzo de la presencia militar rusa en Siria.
Estados Unidos, que desde el año pasado bombardea al EI en Siria y el vecino Irak, reanudó la semana pasada conversaciones militares con Rusia sobre una posible cooperación contra los yihadistas en Siria, pero no quiere que el apoyo ruso a Damasco refuerce la posición de Al Assad.
Washington responsabiliza a Al Assad del conflicto en su país y sostiene que su solución pasa por una transición política sin ningún rol del presidente, algo que Rusia considera inviable.
Además, Rusia rechaza que Estados Unidos arme y adiestre a grupos rebeldes "moderados", argumentando que tal acción agrava el conflicto.
La información sobre el ataque a la embajada rusa en Damasco, que ya había sido blanco de acciones similares desde el inicio de la guerra en Siria, se difundió luego de que Putin recibiera en Moscú al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para abordar la situación en Siria, un país limítrofe con Israel.
Durante el encuentro, Netanyahu explicó que el objetivo de su visita a Moscú era expresar su preocupación por la situación en Medio Oriente y concretamente en Siria, después de que fuentes occidentales denunciaran una escalada de la presencia militar rusa en el país árabe.
"En estas condiciones he pensado que era muy importante venir aquí para explicar nuestra postura y hacer todo lo posible para que no haya malos entendidos entre nuestras fuerzas (armadas) y las suyas", dijo el primer ministro israelí a Putin.
Netanyahu también acusó a Irán de querer formar, con ayuda de Siria, un "segundo frente" anti israelí en los Altos del Golán, territorio sirio controlado por Israel desde la Guerra de los Seis Días, de 1967.
Además, aseveró que "Israel hará todo lo posible para evitar la apertura de un segundo frente en los Altos del Golán e impedir el suministro de armas a Hezbollah", el grupo chiita libanés aliado de Irán y Siria, que tiene a combatientes en territorio sirio luchando contra la insurgencia junto al Ejército nacional.
El presidente ruso respondió que "el Ejército sirio y Siria en general están en tal situación que no están para abrir un segundo frente, ojalá consigan salvar su propio Estado", y garantizó a su interlocutor que "todas las actuaciones de Rusia en la región han sido y serán responsables".
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