martes, 7 de julio de 2015

Más fracasos saudíes en el sur de Yemen








A fin de paliar la frustración y la confusión que existen en las filas de las fuerzas saudíes basadas en el sur, el régimen de los Al Saúd se ha visto obligado a recurrir a los Emiratos Árabes Unidos obligándoles a enviar a 60 oficiales y soldados de las fuerzas emiratíes al distrito de Al Bariqa, situado en Adén, donde han establecido su sede y la han reforzado con baterías y sistemas de misiles antitanque.

Según fuentes locales que se comunicaron con el periódico libanés Al Akhbar, los soldados emiratíes, dotados de chalecos antibalas y equipos de armas sofisticadas y bajo “una forma de supervisión profesional extranjera”, se desplegaron en uno de los dos frentes en Bir Ahmad y Dar Saad. Estas operaciones militares sobre el terreno eran dirigidas conjuntamente por medio de un acuerdo entre los EAU y Arabia Saudí.

Del lado saudí, cerca de 100 oficiales y elementos saudíes, fueron transferidos a un lugar vecino al ocupado por los de los Emiratos Árabes Unidos y sometidos a las mismas medidas de seguridad. Además, un navío que transportaba a 400 militares saudíes permaneció anclado en el Golfo de Adén para entrar en acción en caso de urgencia. 

Siempre según Al Akhbar, las fuerzas emiratíes comenzaron sus operaciones bajo la dirección de un oficial llamado Abu Abdulá. Él mantuvo un cierto número de reuniones con las facciones armadas en el curso de las cuales fue acordado proseguir su agresión, pero distribuir también 800 armadas individuales para cada facción y también dinero a razón de un millón de riales saudíes al día a los distintos grupos.

Cabe señalar que un líder de los hombres armados, Hashim al Sayyed, fue nombrado responsable de la distribución de as armas y el dinero. El oficial emiratí prometió a las facciones armadas la llegada de unos 1.600 militares que serán transferidos en las próximas semanas hacia el sector de Al Bariqa.

De repente, sin embargo, sucedió un incidente que provocó un cambio dramático en el plan saudí hasta el punto de ponerlo en cuestión.

En efecto, una de las salas de operaciones de las fuerzas emiratíes, situada en un apartamento en el barrio de Dar Saad, en Adén, fue descubierta por el Ejército yemení, que la atacó directamente con un misil matando a un cierto número de militares, incluyendo un alto oficial, cuya muerte fue anunciada bajo la forma de “un mártir caído en la frontera entre Yemen y Arabia Saudí”.

Este incidente provocó una desconfianza paranoica entre los soldados de la coalición saudí, desencadenando una serie de acusaciones. Esto ha debilitado la moral de las fuerzas de los EAU y de Arabia Saudí, cuyos movimientos son rápidamente conocidos por las fuerzas yemeníes.

Y para añadir más a las miserias de la coalición saudí, se han producido profundas divergencias entre las facciones armadas apoyadas por la coalición saudí en estos últimos días. En efecto, ciertos grupos salafistas se han retirado súbitamente de los frentes de Al Bariqa y Lohayy porque sus elementos “fueron atacados por la espalda por fuerzas amigas”. Este escenario se repitió varias veces obligando a aquellos a retirarse.

La retirada de las fuerzas salafistas ha sumergido al resto de facciones que luchan a su lado en un estado de confusión dado que dichas fuerzas disfrutan de una experiencia en el combate y saben utilizar las armas occidentales, y en particular estadounidenses, mientras que el resto de las facciones armadas del sur saben utilizar sólo armas más clásicas.
http://www.almanar.com.lb/spanish/

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