Se sumarían a cuatro buques traídos en diciembre. “Estamos pasando un intercambio bilateral intenso", dijo Rossi.
Con sus pocos recursos y bajo la guía del camino hecho por Brasil, la Argentina se vuelca a adoptar el equipamiento militar de Rusia, un intercambio que entró en la agenda de esta semana con la visita de Cristina Kirchner al reinado de Vladimir Putin.
Agustín Rossi estuvo reunido ayer con su par ruso, general de Ejército Serguéi Shoigú, y anunció que en el marco de un “intercambio bilateral intenso” planea comprar tres helicópteros MI-17E, que se sumarían a los dos que ya posee la Fuerza Aérea.
El Ministerio de Defensa ya había comprado a fines de 2014 cuatro buques tipo Neftegaz. Para estos vehículos marítimos, esta semana el ministro ruso se comprometió a entrenar durante 60 días en los puertos de las ciudades de Murmansk y Arkangel a los 106 marinos que se encargarán de la alineación de los barcos.
El camino lo trazó el gigante Brasil, que de hecho pertenece al BRICS junto a Rusia y está mostrando un interés creciente por ser parte de la discusión de la geopolítica y la seguridad global.
Brasil, la primera economía de América latina, es hoy el inversor en Defensa referente de la región, pese al estancamiento de su PBI, que golpea a nuestra economía recesiva, que el gobierno se empecina en negar.
Pero hay otra potencia mundial que está buscando un lugar en el mercado de Defensa latino, y es China. Sobre todo a través de convenios hechos con Venezuela, la industria militar china está invirtiendo fuerte para ser tenida en cuenta como proovedora de la región. Para eso, cada vez con mayor esfuerzo busca hacer presencia en las ferias y eventos internacionales.
Argentina también concretó intercambios con China. En diciembre de 2013, en plena corrida cambiaria, el Ministerio de Defensa compró material militar a la empresa China North industries Corp (Norinco) y China Xinxing Import And Eport Crporation, por un monto superior a los u$30.000.000.
Algo que generó malestar en el sector industrial y algunos diputados transmitieron la bronca en el Congreso sosteniendo que “la mayoría de la indumentaria adquirida bien podría haberse producido en Argentina, pues se trata de prendas fabricadas en base a lana, algodón y poliéster”.
Los nuevos helicópteros rusos que podría adquirir Argentina llevan el nombre de Mil Mi-17, conocidos también como serie Mi-8M. Son helicópteros bimotor de transporte con capacidad de portar cohetes y misiles guiados antitanque. Es uno de los modelos más populares en el mundo por su comparativo bajo costo y alta capacidad de carga útil.
La cartera que conduce Rossi debe superar la escandalosa desaparición de un poderoso misil del Ejército ocurrido en La Plata, que el ministro argumentó que resultaba inoperable sin el lanzador, y el robo de 26 mil balas 9mm del Batallón 603, cerca de Rosario. El socialismo, preocupado, temía en ese oportunidad que las municiones hayan caído en manos de bandas narcos que ya dominan los barrios de la ciudad.
En la nueva sede del Ministerio de Defensa ruso, ambos funcionarios acordaron los términos de un convenio marco de cooperación para “fortalecer el desarrollo de la política de Defensa e intensificar la confianza entre ambas naciones”, indicó la cartera nacional en un comunicado. La rúbrica se concretará hoy ante la presencia de Cristina Kirchner y Putin.
“Argentina y Rusia están pasando un momento de situaciones bilaterales intensas", aseguró Rossi y agregó: “La relación estratégica entre ambos países es otra expresión del fuerte vínculo de América Latina con los BRICS”.
De esta manera Rusia aspira a ampliar su presencia en el mercado de armamentos de América Latina. Así lo manifestó en una reciente entrevista el vicedirector de Roroboronexport, la empresa estatal que monopoliza las exportaciones militares rusas.
“Rusia sigue siendo uno de los pocos países que producen toda la gama de armamentos y material de guerra, desde armas de infantería y terminando por submarinos nucleares. Si juzgamos por el criterio eficiencia/costo, veremos que las armas rusas continúan poseyendo prestaciones muy ventajosas frente a sus rivales”, dijo Ladyguin en diálogo con el portal Defensa.com
Ladyguin buscó despegar la política del intercambio militar, y aseguró que “Rusia no explota el suministro de armas o la transferencia tecnológica como palanca de presión política. Somos absolutamente independientes en nuestra política de instrumentación de la colaboración militar con otras naciones y respetamos la independencia de nuestros socios”.
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