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China se muestra incansable en la modernización de su guardia costera, que los últimos años ha crecido enormemente. Según Ryan Martinson, del Colegio de Guerra Naval de EE.UU., esta tendencia está directamente ligada a la expansión marítima del país.
Pekín debe elevar su capacidad para ejercer el control administrativo sobre sus aguas territoriales y convertirse en "una gran potencia marítima", comunicó en junio el director de la Administración Oceánica Estatal de China, Liu Cigui. El gigante asiático está cumpliendo ambos objetivos, destaca Martinson en su artículo para la revista 'The National Interest'. Para vigilar los más de tres millones de kilómetros cuadrados de aguas que tiene bajo su jurisdicción, una parte de las cuales está en disputa con otros Estados, Pekín ha logrado construir la mayor flota de guardacostas del mundo, calcula el analista.
Según su cifra, solo en los dos últimos años Pekín añadió a sus fuerzas marítimas de 'protección de derechos' 52 nuevas embarcaciones tipo 'cutter'. Eso sin contar las 11 naves de gran desplazamiento de la Armada del Ejército Popular de Liberación trasladadas a finales de 2012 a las unidades de vigilancia marítima, en las que actualmente están totalmente integradas y en activo. También en 2012, la guardia costera firmó el primero de toda una serie de contratos para construir naves de muy gran desplazamiento (de entre 3.000 y 5.000 toneladas) capaces de permanecer en alta mar durante períodos largos. El primero de estos barcos entró en servicio a principios de 2014. Para finales de este año se incorporarán otros seis gigantes.
Para Martinson, la flota china de 'protección de derechos' tiene como objetivo tanto operaciones de búsqueda y rescate o de protección del medioambiente como patrullas simbólicas en las aguas en disputa. Pero su tarea más importante es estar presentes en casos de incidentes y asegurar las políticas expansivas de Pekín, deduce el analista estadounidense.
Teniendo en cuenta las últimas tendencias de inversión multimillonaria china en todos los sectores que puedan contribuir al desarrollo de su Marina, la conclusión de Martinson parece bien fundada. En 2014, el presupuesto militar general de China se ha incrementado en un 12,2% (hasta 800.000 millones de yuanes, más de 130.000 millones de dólares). El país continúa la fase activa de la construcción de portaaviones y submarinos. Se calcula que Pekín ha construido ya hasta seis submarinos nucleares de la clase 094 (Jin), cuyos cohetes balísticos pueden alcanzar Alaska desde las aguas chinas, una circunstancia que ya provocó preocupación por parte de Washington.
Este mes de septiembre China por primera vez participó en el Simposio Internacional del Poderío Naval, un foro de los máximos responsables de las fuerzas navales de 113 naciones del mundo celebrado en el Colegio de Guerra Naval de EE.UU. Según 'SinoShipNews', el Consejo Estatal de China ha empezado a permitir que empresas extranjeras se instalen en la zona de comercio libre de Shanghái si llevan a cabo negocios en el sector de la construcción naval.
China acaba de finalizar ejercicios navales conjuntos con Irán y Pakistán y, según informa el rotativo 'Want China Times', está negociando cooperación marítima con Seychelles, Mauricio, Sri Lanka, Bangladesh y Camboya. Además, de acuerdo con el diario, Pekín está considerando la posibilidad de construir bases navales en el océano Índico.
Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/141953-china-armada-expansion-mar
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