© Lockheed Martin/US Navy
A pesar de los numerosos problemas técnicos y de los retrasos en su construcción, el Pentágono se aferra sin otra alternativa al programa del caza polivalente de quinta generación F-35, que tiene, además, un enorme impacto económico en 10 naciones.
Existen preocupaciones estratégicas de que el avión F-35 Lightning Joint Strike Fighter sea vulnerable a ataques cibernéticos, de que su casco pueda romperse y de que sus especificaciones de diseño hayan sido robadas. El año pasado inspectores del Pentágono revelaron un total de 363 defectos en el programa de desarrollo del caza de ataque unificado (Joint Strike Fighter, JSF) F-35. Sin embargo, la Fuerza Aérea de EE.UU., la Infantería de Marina y la Armada no quieren abandonar el programa de desarrollo del avión porque, al parecer, siguen creyendo en la gran promesa que el F-35 representa.
El Pentágono ha comprado un total de 29 aeronaves de este tipo este año y ha solicitado financiación para adquirir 34 aviones adicionales para el año fiscal 2015. Mientras tanto, han salido a la luz sobrecostos enormes que casi han duplicado las estimaciones de gastos iniciales, elevando los costos de la construcción de los aviones hasta alrededor de 400.000 millones y los de mantenimiento hasta 1,5 billones de dólares, informa 'Business Insider'.
Una de las razones por las que el proyecto se ha convertido en tamaño despilfarro es que 46 estados de EE.UU. y otros nueve países están invirtiendo de manera significativa en el plan, pues de su desarrollo dependen muchos ingresos y puestos de trabajo.
Todos los estados de EE.UU. excepto Alaska, Hawái, Nebraska y Wyoming tienen vínculos económicos con el F-35. Con ello, 18 estados están involucrados en el proyecto con más de 100 millones de dólares de su actividad económica, de acuerdo con la principal contratista, Lockheed Martin. En total, el proyecto ha creado cerca de 32.500 puestos de trabajo en EE.UU. El estado donde el proyecto del F-35 tiene mayor impacto económico es Texas. Lo siguen California, Florida, New Hampshire y Maryland.
A nivel mundial, otros nueve países tienen importantes vínculos con el desarrollo del F-35. Australia, entre ellos, posee el mayor número de vínculos económicos con el proyecto miliar con 27 contratistas que se ocupan del diseño del caza y de sus sistemas electrónicos. Asimismo, en el proyecto están implicados Canadá, Dinamarca, Francia, Italia, los Países Bajos, Noruega, Turquía y el Reino Unido.
Teniendo en cuenta el reciente retraso del proyecto, el caza polivalente de quinta generación podría convertirse en realidad en septiembre de 2017, señala el rotativo.
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