Grecia es la oveja negra de la zona del euro. Desde que a finales del 2009 reconociese públicamente haber mentido a Bruselas con las cuentas, y después de haber recibido en concepto de ayudas unos 230.000 millones de euros, en el Viejo Continente se mira al país con escepticismo. Ante semejante escenario, Atenas ha buscado reforzar viejas alianzas para modernizar su ejército.
Por eso ha recibido esta semana en la capital griega el ministro de Defensa heleno, Dimitris Avramopoulos, a su homólogo ruso, Serguéi Shoigú. Tal y como informa el periódicoRossiyskaya Gazeta, ambos representantes firmaron un importante acuerdo sobre suministros militares.
Los detalles del acuerdo no se han hecho públicos, pero sí se sabe que el documento abarca todo el ciclo del comercio de armas entre Rusia y Grecia, desde los suministros hasta la formación de especialistas militares y servicios posventa. El viceministro ruso de Defensa, Anatoli Antónov, comentó por su parte que el documento elimina los obstáculos existentes a la cooperación militar y ajusta a las realidades de hoy las bases legales del Acuerdo ruso-griego sobre la cooperación técnica militar (1994).
Los griegos conocen muy bien y aprecian el material naval ruso. Hace unos años las Fuerzas Navales de Grecia incorporaron aerodeslizadores de desembarco Zubr, capaces de desplazarse a 60 millas por hora y considerados el mejor transporte militar para un país con 2.000 islas.
El país mediterráneo necesita modernizar su ejército, pero no le sobra el dinero, y en esta situación Rusia puede ayudar. Grecia es uno de los pocos miembros de la OTAN que compra armamento ruso. Hace unos años, y gracias a la colaboración rusa, los griegos crearon el mejor sistema de defensa antiaérea en la región.
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