31 de octubre de 2013 Dmitri Litovkin, para Rusia Hoy
Moscú realizará durante este mes las pruebas del misil balístico más moderno, el RS-26 Rubezh con bloques nucleares maniobrables hipersónicos. Según anunció a Vladímir Putin el director del mando operativo principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el teniente general Vladimir Zarudnitski, este sistema amplía sustancialmente las posibilidades de las fuerzas estratégicas nucleares rusas de superar los sistemas de defensa antimisiles.
Las características técnicas del nuevo misil no se han hecho públicas. Sin embargo sí se sabe que se le colocarán "bloques maniobrables nucleares hipersónicos", lo que aumentará su capacidad.
"Los misiles balísticos tienen una trayectoria de vuelo y una dotación de energía determinada, salir de esos parámetros desarrollando nuevos modelos de esta tecnología es bastante difícil", nos explica Vladímir Dvorkin, antiguo director del 4º Instituto científico de investigación del Ministerio de Defensa, que se ocupa del estudio de las consecuencias de la utilización de las armas atómicas. "Por eso hoy en día lo más probable es que tan solo se puedan modernizar los componentes de la cabeza de los misiles balísticos".
Ya en 1997 el entonces director del Estado Mayor, Yuri Baluyevski, con orgullo anunció que Rusia había creado un aparato volador Hipersónico, el GLA. Su vuelo sigue un "patrón no clásico", es decir, no realiza parábola "clásica" por la que vuelan todas las cabezas nucleares actuales, sino que puede cambiar a voluntad la trayectoria. El GLA salió al espacio exterior y después volvió a entrar en la atmósfera terrestre.
La velocidad de una cabeza nuclear convencional al entrar en las capas más espesas de la atmósfera era de 5000 metros por segundo. La velocidad del GLA fue dos veces mayor. Todo esto hacía que fuera muy difícil que los sistemas de radiolocalización antimisiles lo descubrieran. Además, como señalaron los militares, a diferencia de las cabezas nucleares convencionales, el GLA podía ser redireccionado durante cualquier momento del vuelo.
A comienzos de ese mismo año, la oficina de construcción "Ráduga", en Dubná, a las afueras de Moscú, expuso en el salón aeronáutico MAKS, un nuevo sistema, el aparato experimental hipersónico J-90. En Occidente fue denominado AS-19 Koala. Este misil tenía como objetivo sustituir a los misiles de crucero J-55 que se instalaban en los bombarderos estratégicos Tu-160. El alcance de vuelo era de 3.000 km. El misil podía portar dos cabezas con guías individuales capaces de alcanzar objetivos a 100 kilómetros de distancia del punto de separación. El J-90 debería convertirse en una versión modernizada del bombardero estratégico Tu-160M. Sin embargo, según datos oficiales, los trabajos en el misil se detuvieron en 1992.
Pero había proyectos todavía más exóticos. Por ejemplo, una de las oficinas de construcción de misiles propuso colocar en los misiles balísticos pesados, además de las cabezas, algunos misiles de crucero supersónicos o hipersónicos. Los constructores consideraban que así la URSS podría enfrentarse a las unidades de portaaviones estadounidenses en cualquier lugar del mundo desde Siberia. El misil balístico abriría la cabeza en una zona cercana al supuesto lugar del objetivo y desde allí los misiles de crucero mismos lo encontrarían y atacarían. La idea se rechazó por ser excesivamente cara y Koala se convirtió en el único representante real de las investigaciones hipersónicas científicas. El resto de desarrollos se mantuvieron en el más absoluto secreto.
Pero después de que EE UU reactivara sus propios trabajos para la creación de aparatos voladores hipersónicos, Moscú comenzó la búsqueda activa de sus propios "ases" hipersónicos, Y el "bloque maniobrable nuclear" del misil balístico RS-26 Rubezh es el más importante de ellos.
Actualmente Washington está desarrollando trabajos en varios misiles hipersónicos al mismo tiempo: el HySTR, el Hyper-X, el X-34. Algunos de ellos se están creando sobre la base de misiles balísticos estratégicos que han sido dados de baja.
Pero hay otros misiles. Por ejemplo, en el último salón aeronáutico MAKS-2013 el representante de la empresa ruso-india "BraMos" reconoció que en breve India obtendrá una variante hipersónica de este misil antibuque. Según contó ya se ha creado un motor hipersónico para este misil y ha pasado las pruebas. Lo único que retrasa la aparición del producto final es que no hay materiales capaces de proteger el sistema de guía del aparato del sobrecalentamiento que provocaría una avería.
Por otro lado, como se puede deducir del trabajo ruso, Moscú ya ha solucionado este problema. No hace tanto el antiguo director de Roscosmos, la agencia federal espacial, Vladímir Popovkin, anunció que Rusia estaba llevando a cabo las pruebas del sistema de misiles "Tsirkon". Este sistema cuenta con un nuevo misil hipersónico creado sobre la base del misiles de crucero hipersónico "Onix" (el análogo ruso del "BraMos" indio"). El aparato hipersónico se encuentra entre el armamento de los submarinos atómicos polivalentes rusos más modernos, el proyecto 855 "Yasen", formando parte del sistema de misiles móvil costero "Bastión". También entrará a formar parte del armamento de la familia de cazas Su-30Mk y del nuevo bombardero de ataque Su-34.
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