por Polina Lavrentieva
En el verano de 2011, Thierry Meyssan aseguraba que no había en Libia ninguna primavera árabe y que la población de ese país no se había rebelado contra Muammar el-Kadhafi sino que los países occidentales estaban instrumentalizando el movimiento separatista de la región libia de Cirenaica. Dos años más tarde, ahí están los resultados: Trípoli ha perdido totalmente el control no sólo de Cirenaica sino también de la región de Fezzan, como han podido comprobarlo los enviados especiales de la ONU. Las riquezas de Libia están ahora en manos de diferentes pandillas y de las transnacionales estadounidenses.
No se logra detener el proceso de desintegración de Libia desatado por el asesinato del Muammar el-Kadhafi. Así lo demuestra un nuevo informe de la ONU. En un contexto de separación de las provincias en la Libia «liberada del dictador» están registrándose ejecuciones expeditivas, una opresión política masiva y torturas.
Según el informe común de la Misión de Apoyo de la ONU en Libia (MANUL) [1] y del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, al menos 27 personas habían muerto en las cárceles de ese país a finales de 2011 [2] y había 8 000 detenidos. Estos últimos fueron encarcelados en 2011 como «partidarios de Kadhafi». La mayoría de esas personas ni siquiera han sido investigadas y nadie sabe por cuánto tiempo estarán en la cárcel ya que el sistema judicial prácticamente ha dejado de funcionar.
El New York Times indica que en la nueva Libia se arresta a la gente por motivos religiosos y étnicos o por la simple sospecha de que no son leales a «la democracia». Los prisioneros a los que tuvieron acceso los inspectores de la ONU relataron que habían sido golpeados y torturados con fuego y con privación de alimentos en las cárceles.
En abril de este año se votó en Libia una ley que prohíbe la tortura y condena los secuestros pero esa ley no tiene ningún efecto real, lo cual es solamente otro aspecto de la desintegración del Estado libio. Las regiones van retirándose poco a poco –como habíamos previsto hace 2 años en esta misma columna–, proceso que además no está exento de derramamiento de sangre.
De ese modo, el 27 de septiembre [de 2013] la región de Fezzan proclamó su independencia, o al menos su total autonomía [3], decisión que tomaron los jefes tribales «por el mal trabajo del Congreso». En junio, la región [rica en petróleo] de Cirenaica [4] tomó una decisión similar. De las tres regiones históricas de Libia, únicamente la Tripolitania sigue formando parte del país. Por el momento, no hay fuerza capaz de reunir de nuevo a esos tres Estados históricos que conformaban la nación libia desde 1951.
Fuente
http://www.voltairenet.org/auteur125669.html?lang=es
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