miércoles, 27 de mayo de 2020

El principal aliado de Rusia se hizo amigo de China y aspira a convertirse en una potencia de misiles


El principal aliado de Rusia se hizo amigo de China y aspira a convertirse en una potencia de misiles
© Sputnik / Viktor Tolochko



El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, exigió que la industria militar del país trabaje más arduamente en el desarrollo de su propio misil. Sputnik investigó los motivos por los que el principal aliado de Rusia necesita su propio proyectil y cómo ha colaborado con otros países —como China— en el ámbito técnico-militar.


Es importante señalar desde el principio que Bielorrusia no es novata en el desarrollo de armas y que China ha jugado un papel importante en la creación de armamento bielorruso. La joya de la industria militar del país sin duda es el lanzacohetes múltiple Polonez que se estrenó en 2015. En esencia, esta arma bielorrusa consiste en el transportador lanzador MZKT-7930 Astrolog y los misiles antiaéreos chinos A200. El lanzacohetes entró en servicio en 2016.


© SPUTNIK / SERGEY GUNEEV
El transportador lanzador MZKT-7930 es producido en una planta de la capital bielorrusa, Minsk, mientras que sus modificaciones son usadas activamente en diferentes armas rusas como, por ejemplo, el sistema ruso de misil balístico de corto alcance Iskander o el sistema de misiles de defensa costera Bastion. Entretanto, el modelo de Polonez de 2015 contaba con proyectiles chinos con un alcance de entre 50 y 200 kilómetros.



En 2017, Bielorrusia presentó el modelo modernizado de su lanzacohetes múltiple, el Polonez-M, que entró en servicio en 2019 y que, además, fue suministrado a Azerbaiyán. Esta modificación dispone de un alcance aumentado: sus misiles son capaces de alcanzar y destruir blancos a 300 kilómetros de distancia. La modificación de 2019 tiene una cantidad de componentes de producción bielorrusa mayor. Pero el más importante, el misil, sigue siendo chino.
Industria militar independiente

Este fue el tema principal durante la visita de Lukashenko a una empresa de la industria militar en las proximidades de Minsk el 22 de mayo, donde le presentaron un informe sobre el ensamblaje de misiles chinos producidos especialmente para el lanzacohetes múltiple Polonez. El presidente del país eslavo no se mostró satisfecho: señaló que Bielorrusia necesita sus propios misiles para no depender de nadie. 
"Necesitamos nuestro propio misil. No podemos crear armas que nos hagan depender de otros países. Nadie va a darnos estas armas sin pedir nada a cambio. Tenemos que dar gracias a los chinos por su disposición [a cooperar] con nosotros. Pero en el futuro debemos no depender de nadie", subrayó el mandatario del país eslavo.

El presidente bielorruso ya anunció que pronto mantendrá una conversación con su homólogo chino, Xi Jinping, sobre el futuro de la cooperación militar entre ambos países. 


SPUTNIK
Rusia, por su parte, mantiene una posición moderada con respecto a la cooperación entre Pekín y Minsk. El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró el 26 de mayo que no hay ninguna restricción que impida la cooperación entre Minsk y Pekín en el ámbito técnico-militar. El canciller ruso subrayó que Moscú y Minsk son aliados y que los dos países tienen muchos proyectos comunes en el mismo ámbito.



Al mismo tiempo, Rusia y Bielorrusia no han logrado llegar a un acuerdo sobre el desarrollo de nuevos misiles bielorrusos ni sobre las pruebas en el territorio ruso. Es posible que Minsk ponga sus nuevos proyectiles a prueba en el territorio de otros países miembros de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva. 

Si bien la cooperación con Pekín no es ningún problema, los proyectos comunes de la parte bielorrusa y Ucrania sí lo son, teniendo en cuenta que Kiev está orientado hacia la OTAN.
¿Contra quién se defiende Bielorrusia?

Lukashenko en reiteradas ocasiones señaló que es un país pacífico y que no amenaza a ninguno de sus vecinos. El país eslavo no tiene intenciones de crear misiles balísticos intercontinentales, ni dispone de armas nucleares. Pero no siempre fue así: después de la disolución de la URSS en el territorio del país quedó una parte del arsenal atómico soviético, pero para 1996 Minsk ya se la había entregado a la Federación de Rusia y a partir de entonces dejó de ser una potencia nuclear. 
"Nuestra tarea estratégica en el ámbito de la defensa es causar daños inasumibles al enemigo. Y tenemos que demostrarlo ahora para que los que intenten entrar en guerra contra nosotros entiendan que somos capaces de responder dignamente. La mejor solución desde el punto de vista armamentístico a día de hoy son los misiles, armas de precisión", declaró el mandatario bielorruso.

La doctrina militar de Bielorrusia tiene un carácter exclusivamente defensivo, de ahí que la creación de nuevos misiles de alta precisión puede ser considerado una medida de disuasión estratégica. Pero, ¿de dónde proviene la mayor amenaza militar para Minsk?


© SPUTNIK / VITALI ZALESSKI
Teniendo en cuenta que Bielorrusia forma parte de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, el mayor peligro para la soberanía del país eslavo proviene de sus vecinos occidentales, que forman parte de la Alianza Atlántica: son Polonia y los países bálticos, sobre todo, Lituania. Precisamente el territorio de Polonia y de los países bálticos se ha convertido en el foco de la militarización del bloque atlántico. 



En el territorio de estos cuatro países a menudo se realizan maniobras de las fuerzas de la Alianza. Allá se dirigen nuevos refuerzos militares de la OTAN, es decir, la concentración de tropas aumenta en la zona de manera constante y esto evidentemente preocupa a Minsk.

Cuando la gestión política de Bielorrusia fija la meta de crear un misil que es capaz de cubrir hasta 300 kilómetros, manda un fuerte mensaje de disuasión a sus vecinos porque si Minsk coloca sus lanzacohetes múltiple en la frontera con sus vecinos occidentales, sus misiles serían aptos para alcanzar tanto la capital de Polonia, Varsovia, como la capital lituana, Vilna. 

Pero es importante volver a indicar que Minsk lanzará un ataque solo en caso de que su propio territorio sea atacado antes.
El futuro de los misiles bielorrusos

Los especialistas de la planta que el presidente de Bielorrusia visitó el 22 de mayo prevén que el primer prototipo del nuevo misil de producción nacional con alcance de hasta 300 kilómetros esté listo para septiembre. Pero es poco probable que logren construir el misil para esta fecha límite sin la ayuda de terceros países. En este caso Minsk podría cooperar con Kiev o con Pekín, como ya hemos mencionado.


© SPUTNIK / EVGUENY BIYATOV
Esta primera posibilidad ya fue barajada en el pasado. Por ejemplo, en otoño de 2019 el presidente Lukashenko anunció que Kiev y Minsk tenían planes de cooperar en el ámbito de la construcción de misiles. En aquella ocasión se reunió con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, y habló, entre otras cosas, de crear empresas conjuntas con la participación de los dos países.



El dirigente bielorruso subrayó que su país es capaz de crear su propio misil por sí solo, pero que en ese caso necesitaría unos cinco años para conseguirlo. En este sentido, las declaraciones del presidente bielorruso no coinciden con las promesas de los especialistas en misiles de la planta en Minsk, quienes estimaron que crearían el prototipo de un nuevo proyectil en cuestión de varios meses.
Al mismo tiempo, las posibilidades de Minsk de crear sus propios misiles para lanzacohetes múltiple Polonez planean serias dudas porque, en realidad, Bielorussia nunca ha sido una potencia de misiles —ni lo es Ucrania— en el pasado. 

Por lo tanto, la única opción viable sería seguir cooperando con China en este ámbito: es posible tratar de producir la mayor parte de componentes en Bielorrusia para que los de fabricación nacional sean más numerosos en el nuevo misil con base china. Otra opción claramente podría ser comprar los misiles en Rusia, pero Minsk no baraja esta posibilidad.


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