El astillero de Navantia Cartagena ha sido el escenario esta mañana de una ceremonia poco frecuente: el cierre del casco del primero de los nuevos submarinos españoles de la clase S-80.
El buque, que llevará el nombre de «Isaac Peral» y el numeral S-81, se encuentra situado en la grada número 1 de armamento de submarinos de este astillero (en la grada número 2 está actualmente el que será el «Narciso Monturiol» S-82). Según ha informado Navantia, el cierre del casco resistente «es un hito fundamental en la construcción de un submarino puesto que éste queda constituido como buque completo. Previamente, se ha llevado a cabo el embarque de todos los módulos principales y un nivel de terminación de las secciones muy elevado. El siguiente paso es la finalización de los trabajos de armamento y el comienzo de la etapa de pruebas».
El próximo reto: la puesta a flote del submarino en octubre de 2020
Navantia ha señalado que esta ceremonia supone un cambio en la fase de obra del submarino, dirigiéndose a partir de ahora los trabajos a su puesta a flote, que está prevista para octubre de 2020. La construcción de los submarinos S-80 es todo un reto para Navantia, pues la industria naviera española no había un construido buques submarinos de guerra desde la década de 1960, cuando la Empresa Nacional Bazán, predecesora de la actual Navantia, construyó los dos pequeños submarinos de la clase «Tiburón» o S-50, con una eslora de sólo 18,8 metros.
Las características de los nuevos submarinos de la clase ‘Isaac Peral’
El «Isaac Peral» es un submarino convencional con 80,81 metros de eslora, 11,68 metros de manga y 13,69 metros de puntal, con un diámetro de 7,3 metros, un desplazamiento en superficie de 2.695 toneladas, una velocidad de 19 nudos y una autonomía de 50 días. Llevará una tripulación de 32 marinos y podrá acomodar además a 8 operadores de fuerzas especiales. Sus características le convertirán en el mayor submarino operado hasta la fecha por la Armada Española. Según ha indicado Navantia, los S-80 tienen propulsión anaerobia, es decir, que no necesita subir a la superficie ni elevar el snorkel para tomar aire, como ocurre con los submarinos diésel-eléctricos. Esto es posible gracias al llamado sistema PIA (Propulsión Independiente de Aire), que se basa en una pila de combustible alimentada por hidrógeno. Gracias a este tipo de propulsión, la firma acústica de los nuevos submarinos será «extremadamente baja», según indica Navantia, lo que hará más difícil su detección una vez sumergidos.
Ya están en construcción cuatro unidades de los submarinos S-80
De momento están en construcción las siguientes unidades de la clase «Isaac Peral» o S-80:
El «Isaac Peral» S-81. Debería ser entregado a la Armada Española en 2022.
El «Narciso Monturiol» S-82. Su entrega está prevista en 2024.
El «Cosme García» S-83. Con entrega prevista en 2026.
El «Mateo García de los Reyes» S-84. Se le espera para 2027.
Estos submarinos deberán sustituir a los tres de la clase «Agosta» actualmente operados por la Armada Española: el «Galerna» S-71, el «Mistral» S-73 y el «Tramontana» S-74 (el cuarto buque español de esta clase, el «Siroco» S-72 fue dado de baja en 2012, a causa de los recortes presupuestarios, al no haber fondos para su reparación). Hace unos años se habló de encargar a Navantia otros dos posibles submarinos de la clase S-80, el S-85 y el S-86, pero no han sido confirmados. Hay que tener en cuenta que disponer de tres o cuatro submarinos está por debajo de las necesidades de una fuerza naval de la entidad de la Armada Española. La Real Armada Australiana, con una entidad similar, opera seis submarinos.
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